Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta, fundadores de RCR Arquitectes, han sido galardonados con el Premio Pritzker de Arquitectura en su edición 2017. El estudio de Olot se convierte así en el segundo galardonado español tras el Pritzker obtenido por Rafael Moneo en 1996. Se trata además de la primera vez en la que un equipo de tres arquitectos es merecedor del premio.
Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt que esponsoriza el galardón, anunciaba esta tarde el fallo del jurado en el que se reconoce al estudio catalán como merecedor del galardón más prestigioso del mundo de la arquitectura.
«Es una gran alegría y una gran responsabilidad – ha declarado Carme Pigem-. Estamos encantados de que este año tres profesionales, que trabajamos en estrecha colaboración en todo lo que hacemos, hayamos sido reconocidos «.
Para el jurado, RCR «ha tenido un impacto en la disciplina mucho más allá de su área inmediata. Sus obras abarcan desde espacios públicos y privados hasta lugares culturales e instituciones educativas, y su capacidad para relacionar intensamente el entorno específico de cada sitio es un testimonio de su proceso y de su profunda integridad».
Asimismo, Glenn Murcutt, presidente del jurado, ha destacado que «la colaboración de estos tres arquitectos produce una arquitectura intransigente de nivel poético, que representa un trabajo atemporal que refleja un gran respeto por el pasado, proyectando claridad que es del presente y el futuro». Como ejemplo, una fundición de principios del siglo XX se ha convertido en su oficina y muchos restos del edificio original han permanecido, mezclados con elementos de fuerte contraste, que se agregaron sólo donde es esencial.
Desde Olot hasta la conquista del mundo
La trayectoria profesional de Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta daba un paso decisivo en 1988 con la fundación de RCR, estudio afincado en su Olot natal –«nuestro lugar de aprendizaje», como señalaban en una entrevista con NAN Arquitectura y Construcción el pasado año-. Desde entonces, su arquitectura ha estado marcada por el respeto reverencial al lugar que acoge su obra con una visión de futuro que pocos arquitectos poseen, siempre desde un proceso de creación compartido.
El estadio de atletismo de Olot, la Casa Horizonte, en la Vall de Bianya, las Bodegas Bell-lloc, en Palamós, los Pabellones para el Restaurante Les Cols, en Olot, el Crematorio de Hofheide (Bélgica) o el Museo Soulages, en Rodez (Francia), probablemente una de sus obras más reconocidas y galardonadas hasta el momento, forman parte del currículum de este equipo de arquitectos.
Una trayectoria a la que aún le queda mucho recorrido por delante pero que escribirá una de sus páginas más especiales el próximo 20 de mayo, cuando Rafael, Carme y Ramon recojan su Premio Pritzker en el Palacio Akasaka de Tokio.
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