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“Salto evolutivo en el diseño de la Arquitectura Sostenible”

Luis de Garrido.Luis de Garrido fue uno de los ponentes del III Encuentro NAN Arquitectura y Construcción. Aquí está un texto relacionado con su conferencia del pasado 7 de julio, realizado por el propio arquitecto:

La Arquitectura es quizás la actividad humana menos vanguardista, y al mismo tiempo, es la actividad humana que mayor rastro deja. Una combinación peligrosa, que exige una extraordinaria responsabilidad, sensibilidad, talento y esfuerzo al arquitecto.

Los cambios sociales de cada tiempo y lugar generan e inspiran todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales, que a su vez, tienen una influencia retroactiva a la sociedad, con cierto retraso. Estas manifestaciones son de extremada importancia para la sociedad, ya que por un lado permiten reconducir su camino evolutivo, y por otro lado, perpetúan un rastro secuencial de las diferentes etapas de su evolución. Pero el caso es que no lo hacen al mismo tiempo.

La pintura, la música y la fotografía pueden retroalimentar con enorme rapidez a la sociedad. Un determinado cambio social tiene un reflejo inmediato en estas actividades. Al mismo tiempo, estas actividades humanas pueden tener una influencia inmediata en su evolución futura.

Sin embargo, la arquitectura, por definición, se manifiesta con un enorme retraso, por lo que apenas puede retroalimentar a la sociedad. Una vez que se identifican ciertos cambios sociales, éstos deben estimular a los arquitectos, pero también a promotores y a entidades financieras. Más tarde debe redactarse un proyecto. Debe aprobarse su construcción. Debe construirse. Y debe habitarse. El proceso puede dilatarse al menos cinco años. Cuando no una década. Como resultado, cuando un edificio se ha construido, el entorno social que estimuló su diseño ya es otro. Y lo que es peor, este nuevo entorno no queda representado, ni satisfecho, por esta nueva construcción.

Dicho de otro modo, la arquitectura, aunque nueva, siempre es obsoleta. Siempre llega con retraso.

Por otro lado, la arquitectura es la actividad humana que más perdura en el tiempo, y es el mejor rastro de la humanidad. Un edificio puede estar en pie cientos de años – incluso miles-, ofreciendo un legado continuado al futuro, representando los valores imperantes de la sociedad de su tiempo. Esta perpetuidad temporal debería estimular la responsabilidad de los arquitectos, con el fin de conseguir una arquitectura flexible, capaz de satisfacer las necesidades humanas de cada época.

Por todo ello, el arquitecto debería hacer un ejercicio de prospectiva, tratando de identificar las características generales de las diferentes etapas evolutivas de la sociedad, así como sus necesidades concretas. Solo de este modo se puede tener cierta garantía de que sus edificios no se inauguren siendo ya obsoletos, y de que puedan satisfacer las necesidades de sus ocupantes, sin necesidad de remodelaciones continuadas (lo que, por otro lado, quizás sea el mayor ejercicio de sostenibilidad que pueda realizarse en arquitectura).

Como resultado de todo lo expuesto estimo que es necesario identificar, delimitar y ejecutar con toda rapidez, un nuevo paradigma arquitectónico sostenible. Un paradigma que deje de lados las percepciones personales de los arquitectos, los intereses económicos del sector, y la terrible inercia cultural en la que siempre está inmersa, y que se centre en ofrecer soluciones a las demandas, presentes y futuras, de nuestra sociedad.

He dedicado toda mi carrera profesional a la arquitectura sostenible, y he modelado una robusta estrategia compositiva sostenible, controlada por 27 indicadores. Como resultado he formalizado un nuevo paradigma arquitectónico que denomino “Naturalezas Artificiales”.

Bajo el término “Naturalezas Artificiales” propongo un sistema ecológico artificial que tiene sus propias reglas, y que evoluciona en paralelismo con el sistema ecológico natural. Inmerso en este sistema ecológico artificial, he formalizado un nuevo paradigma proyectual capaz de utilizar un conjunto de elementos arquitectónicos industrializados, idóneos para crear edificios que tengan un ciclo de vida infinito, cuyos componentes pueden recuperarse, repararse y reutilizarse de forma continuada y permanente, sin generar residuos ni emisiones. Del mismo modo, estos edificios pueden desplazarse, reubicarse, crecer, modificarse de forma continuada, como si fueran organismos vivos; apenas consumen energía y la energía consumida tiene un origen natural (solar y geotérmica, que es la misma energía utilizada por los organismos de la Naturaleza).

Con la construcción de Green Box, en el año 2009 demostré que era capaz de materializar este nuevo paradigma.

Desde entonces mi objetivo se ha centrado en crear una estrategia compositiva que permita saltos evolutivos en el proceso de diseño. Habitualmente, se realizan propuestas tentativas en el diseño de un determinado objeto, con el fin de lograr unos determinados objetivos, y cumplir con los requerimientos que se hayan establecido. Una vez materializada esta propuesta, otros proyectistas se retroalimentan de la misma, y ofrecen una propuestas sucesivas y secuenciales mas completas y evolucionadas. De este modo, tras un periodo de tiempo, se obtienen propuestas sintéticas, con gran coherencia interna, y que de forma sintética, resulten a la vez muchos problemas, y de una forma elegante. Es decir, se logra la madurez en el diseño de dicho objeto.

Pongamos un ejemplo, el diseño de los automóviles ha necesitado un centenar de años hasta alcanzar propuestas sintéticas e integradoras. Al principio los ingenieros se limitaron a poner el motor en lugar del caballo, y a resolver un puñado de problemas adicionales. Las actuales propuestas sintéticas e integradoras, resuelven infinidad de problemas, y de una forma elegante. Pero el caso es que se han necesitado más de 100 años para lograrse.

Mi idea, por tanto, es acelerar al máximo este proceso de diseño, porque la sociedad no tiene tiempo para experimentar con propuestas sostenibles fallidas. Mi deseo es estimular una rápida retroalimentación de las diferentes propuestas, mediante un sistema proyectual mucho más evolucionado, que no permita que se construyan propuestas de diseño incompletas.

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