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Batlleiroig reurbaniza el tramo norte de la Rambla de la Girada en Vilafranca del Penedès

La Rambla se ha convertido en un corredor verde que conectará con el Parque sobre la cobertura del ferrocarril en Vilafranca del Penedès y otras áreas residenciales. El nuevo diseño promueve una ciudad caminable y accesible, liberando la rambla de la congestión del vehículo privado y permitiendo una circulación sin restricciones para los peatones a lo largo de toda la calle.

Identificación de problemas y nuevos retos

La Rambla de la Girada de Vilafranca del Penedès se construyó a finales de la década de 1990 como el eje central de un nuevo vecindario. Fue concebida como un eje clásico destinado principalmente al paseo peatonal. La circulación del vehículo privado y la disposición de estacionamientos se situaron cerca de las fachadas de los edificios, dejando una parte central destinada a los peatones, embellecida por plátanos simétricamente dispuestos que, con el tiempo, se convirtieron en imponentes ejemplares, otorgando sombra y carácter al entorno.

Después de tres décadas, esta sección de rambla simétrica se encuentra completamente obsoleta y se replantea para actualizarla y dar respuesta a las expectativas de la sociedad actual. Las deficiencias del espacio público preexistente son muy evidentes: el exceso de espacio otorgado al vehículo privado y una falta de usos definidos.

Ramba Girada
©DELRRIOBANI

De una rambla convencional a un parque lineal

La propuesta para la Rambla de la Girada es convertirla en un corredor ecológico verde que promueva la cohesión social, conectando al norte con el Parque sobre la cobertura del ferrocarril en Vilafranca del Penedès y otros barrios cercanos, y al sur con las zonas agrarias típicas de la zona. El diseño tiene como objetivo crear una ciudad caminable, pacificada y accesible, permitiendo la circulación libre por todo el ancho de la calle.

Se crean zonas con usos diferenciados, ayudando a los usuarios a colonizar los distintos espacios y dotándolos de vida y actividad. Junto a las fachadas, se ubican zonas de descanso más relacionadas con las plantas bajas comerciales y la restauración.

Zona de asientos
©DELRRIOBANI

Diseñar para una gestión sostenible del agua

El proyecto propone un Sistema Urbano de Drenaje Sostenible (SUDS) que filtra, retiene, lamina e infiltra el agua de lluvia dentro del ámbito. Los SUDS favorecen la recarga del nivel freático y disminuyen la cantidad de agua que llega a la red municipal.

Para lograrlo, se ha decidido transformar radicalmente el paradigma de la calle existente impermeabilizada y dominada por el asfalto. En la nueva Rambla, se prioriza maximizar las zonas verdes y el uso de pavimentos drenantes.

En las zonas de mayor uso, tocando las fachadas, se han utilizado adoquines con junta abierta sobre una base de gravas naturales. Más allá de esta franja, las zonas de estancia se han pavimentado con piezas de hormigón drenantes, cuyas juntas de 1,5 cm, rellenadas con gravilla, permiten la absorción eficiente del agua hacia las capas de grava y el terreno, minimizando así la escorrentía.

Otra zona de la Rambla rehabilitada
©DELRRIOBANI

En las zonas centrales se opta por materiales granulares como el sablón y la gresa sobre bases de gravas. Esta elección estratégica de materiales, que prescinde del uso de hormigón in-situ y el asfalto, simboliza la búsqueda de innovación y la mejora de las cualidades de la ciudad del futuro, siguiendo los criterios fundamentales de sostenibilidad y ecologismo.

Para que sea posible una buena gestión sostenible de las aguas pluviales, se conforman dos biotopos longitudinales a lo largo de toda la rambla, que recogen las aguas, tanto las de escorrentía superficial como la que llega por las bases de gravas. Gracias a unos diques, construidos con elementos reciclados de los escombros de la obra, es posible frenar y controlar mejor la velocidad del agua, aparte de crear puntos intermedios de infiltración. En los puntos bajos, se construyen unas balsas donde se ubican unos aliviaderos que, en caso de lluvias muy constantes o torrenciales, enviarán el agua no infiltrada a la red.

Cómo funciona el mecanismo del agua
©batlleiroig

Diferentes terrazas adaptadas al lugar

En la parte central, se crean tres terrazas planas que rompen la pendiente de la calle permitiendo así la pavimentación con sablón y la implantación de mobiliario urbano y juegos infantiles, antes inexistentes. aprovechando la pendiente natural del terreno. Estas terrazas, diseñadas para ofrecer pequeños espacios de descanso, se conciben como entornos acogedores y versátiles y envueltos de verdes.

Cada una de las tres terrazas presenta un desnivel de 90 cm y se conectan a través de rampas accesibles. Las gradas de piedra natural sirven como elementos de contención y también se diseñan para funcionar como anfiteatros, proporcionando espacios adaptables para los ciudadanos. El escalonamiento estratégico permite la introducción de especies vegetales florales, enriqueciendo las especies vegetales del entorno y aumentando la extensión del verde.

Rambla de la Girada en Vilafranca del Penedès
©batlleiroig

Potenciando la superficie verde

Simétricamente entre las dos áreas de carácter distinto, se configura una extensa zona verde lineal que incorpora los plátanos preexistentes, valiosos desde el punto de vista botánico, acompañados de nueva vegetación autóctona y adaptada al clima de Vilafranca. Estos parterres longitudinales actúan como protectores de la zona central, otorgando finalmente ese carácter de parque. Cuatro puentes estratégicamente ubicados conectan las dos zonas laterales con el tramo central, superando zonas vegetadas y la cuneta verde.

Adicionalmente, se introducen dos nuevas alineaciones de árboles paralelas a las fachadas, junto con arbolado puntual en las áreas de juego, con el objetivo de proporcionar sombra y mejorar la calidad general del espacio, creando un entorno más fresco y agradable para el disfrute de la comunidad.

Rambla de la Girada en Vilafranca del Penedès, rehabilitada
©DELRRIOBANI

Fomentar el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente

En consonancia con los valores del proyecto, las gradas se ejecutan con piezas macizas de piedra arenisca local. Estas gradas tienen un ranurado resultado del proceso de extracción propio de la cantera preservando su autenticidad, minimizando los procesos de fabricación y reduciendo la huella de carbono de cada pieza. Las gradas que se encuentran dentro de las zonas verdes se construyen con madera de pino y estacas de castaño, ya que con el tiempo y las arbustivas que se han plantado, se prevé que desaparezcan entre la vegetación.

El uso de estos pavimentos, drenantes y permeables, junto con la maximización de la superficie verde, ayuda a la mitigación de la isla de calor y al control térmico del ambiente del sector. Este enfoque no solo mejora el bienestar de los residentes y usuarios, sino que también fomenta la biodiversidad mediante un aumento estratégico de árboles y arbustos.

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