Su tipología de edificación es muy común en los centros históricos o barrios tradicionales pero hasta el momento, dos únicos promotores privados individuales habían creado una vivienda tan singular, seguramente por la complejidad de diseño que conlleva el solo conceder una fachada a calle. Un más que posible ejemplo extrapolable a lo que se viene a llamar la “España Vaciada” y que demuestra que otra manera de construir es posible, siendo sensible al entorno, la orientación y los principios básicos de la arquitectura bioclimática pero sin perder de vista el diseño y la calidad espacial.
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El acceso y los recorridos internos atraviesan la parcela de forma longitudinal, creando un esquema lineal de movimiento a través de los distintos espacios, que se amplían o disminuyen según la función primaria que realizan. Al ir avanzando hacia el fondo de la parcela, se va ganando en privacidad hasta llegar a la estancia principal de la vivienda, el salón/comedor/cocina a doble altura que se vuelca al patio final generando un dentro-fuera netamente aprovechable. En la planta alta, mediante el acceso con la escalera situada de forma tangencial, se disponen los espacios más privados.
La edificación posee un funcionamiento higrotérmico, una salubridad y un confort interior máximos al seguir los conceptos que la definen como un edificio de consumo energético casi nulo. Además posee una generación propia de energía primaria renovable de 46 kWh/(m2año) y unas demandas de calefacción y refrigeración muy bajas de 12 y 4 kWh/(m2año) respectivamente, lo que la permite funcionar de manera autónoma la mayor parte del tiempo y volcar a la red el excedente generando cierta amortización económica.
Esta edificación, sumada a otras pioneras en el campo de la sostenibilidad ya existentes en la provincia, pone a Palencia en el mapa de la más alta eficiencia energética a nivel mundial y demuestra que la región está en cabeza en I+D+I.