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“El papel del arquitecto será fundamental para hacer posible la revolución del sector”

imagen noencontradaHablamos con Guillaume Loizeaud, director de la División Construcción de Reed Expositions France, organizadora del rebautizado Salón Mundial de la Construcción, feria que congregará del 2 al 6 de noviembre las ferias Batimat, Interclima e Id’eobain. Loizeaud nos cuenta algunas claves de esta cita y repasa la situación del sector de la construcción.

Texto: Lucas Manuel Varas Vilachán

¿Cómo surge la idea de celebrar este Salón Mundial de la Construcción?
Por primera vez, en la edición 2013 del salón se organizó simultáneamente Batimat, Interclima+elec e Idéobain, para responder a una visión de la construcción que ha evolucionado. Con esta forma de organizar las ferias queríamos ajustarnos a la realidad del mercado de la construcción, en la que los oficios están cada vez menos compartimentados, no solo los materiales. Las profesiones están cada vez más conectadas entre sí. Desde un arquitecto hasta un instalador, todo el mundo tiene ya una visión transversal y global, por lo que no tiene mucho sentido organizar los mercados de forma separada. En 2013 concentramos los tres salones a la vez, en un mismo recinto, y con ello comenzamos la andadura de este Mundial de la Construcción.

¿Por qué se ha adoptado esta denominación “Mundial” para el salón?
Ha habido mucha reflexión a la hora de tomar esta decisión. Hemos elegido esta palabra porque presenta varias ventajas. En primer lugar, es un término que todo el mundo comprende de entrada y con el que todo el mundo siente una afinidad natural, sea cual sea su país de origen. Y al mismo tiempo introduce que este salón es una oferta transversal, donde el visitante llegado de cualquier lugar encontrará todos los productos y servicios. Y por otra parte, mundial es una forma muy sencilla de decir “internacional”. Aunque esta feria nació y sigue anclada en Francia, con la edición conjunta de los tres salones, las cifras globales la han situado por encima de las que se celebran en Estados Unidos y en Francia.

Esta presentación en Madrid la estáis haciendo no solo junto a personalidades del mundo de la arquitectura, sino de la mano de Tecniberia, la Asociación Española de Empresas de Ingeniería. ¿Qué importancia tendrán los ingenieros en este carácter transversal del Salón Mundial de la Construcción?
Los ingenieros, aunque la definición de su papel varía un poco de un país a otro, son los que han permitido atender los retos de la construcción en los últimos 20 años. La revolución de la construcción, la revolución digital, la necesidad de conseguir una construcción más eficiente, más barata, exigen un trabajo de diseño mucho más elaborado, por lo que su papel es mucho más crítico ahora mismo en el acto de construir. Este papel del diseño está llamado a reforzarse en el futuro, por se recurre cada vez más a ingenieros de la construcción, economistas y estudios de arquitectura especializados, porque aunque el promotor tiene una idea de lo que quiere, realmente no sabe cómo se debe construir un edificio para atender todos estos imperativos. El papel de estos oficios, del diseñador, del ingeniero, del arquitecto, está llamado a tener cada vez más peso para hacer posible la revolución que tiene que vivir este sector.

¿De qué se trata esta revolución?
Globalmente nos encontramos con unas exigencias normativas y unas expectativas del consumidor, unas exigencias sociales, que van en aumento constante. Mientras tanto el presupuesto de la persona que va a invertir en construcción no avanza al mismo ritmo que sus costes. Si se me permite utilizar una imagen, en los últimos 50 años construir un edificio era como hacer un milhojas: íbamos apilando capas y al final esto nos daba un edificio con un precio determinado donde habíamos sumado características y prestaciones. Hoy en día no podemos seguir trabajando así, hay muchas más exigencias y los costes de ir sumando hacen que el edificio no sea competitivo y no esté al alcance del presupuesto de la persona que lo podría adquirir. Ahora lo tenemos que diseñar todo de una manera global, de modo que el propio diseño de cada uno de estos elementos vaya sumando funcionalidades sin aumentar los costes.

*Lee la entrevista completa en el número 102 de NAN Arquitectura y Construcción

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