Bajo el nombre Capblanc, se ubica en la localidad costera de Cullera una vivienda unifamiliar. Un proyecto dirigido por la arquitecta y diseñadora de interiores Paula Piris, siendo esta la obra más ambiciosa del estudio valenciano Inspira Design hasta la fecha debido a su intervención desde la conceptualización de la idea hasta el desarrollo de todo el trabajo de arquitectura, así como en la completa decoración final.
La residencia se extiende sobre casi 300 metros cuadrados, divididos entre un generoso espacio exterior y una estructura de tres niveles: sótano, planta baja y primera planta. Orientada hacia el mar, la casa maximiza el uso de la luz natural, creando un ambiente cálido y acogedor.
Reto arquitectónico
Uno de los desafíos arquitectónicos a los que se enfrentó el equipo de Inspira Design fue el hecho de construir esta vivienda sobre un terreno montañoso y rocoso. Este reto implicó «un esfuerzo adicional del 30%», según Piris, dada la necesidad de «excavar los niveles y estudiar previamente la composición del terreno para asegurar la estabilidad de la estructura».
Los dueños de esta vivienda encargaron al estudio que se viera el mar desde la mayor cantidad de estancias de la casa, por lo que fue necesario jugar con las alturas y levantar la parcela hasta un total de 9 metros sobre el nivel de calle, ajustándose a la normativa urbanística. De esta manera, ambas plantas podrían disfrutar de unas vistas completas a la bahía. Un gran hito del exterior de Capblanc ha sido la creación de una rampa de acceso rodado que conecta la calle con el sótano sin la necesidad de disponer, como ocurre en las edificaciones colindantes, de un ascensor para el acceso de vehículos.
Estilo del proyecto Capblanc
El diseño de Capblanc es una fusión de estilos mediterráneo y moderno, con tonos cálidos y el uso de fibras naturales. Piris destaca la importancia de personalizar cada proyecto basándose en las conversaciones y preferencias del cliente, asegurando así que cada vivienda refleje su personalidad única.
Capblanc destaca por su uso del color blanco, complementado con tonos terracota, turquesa, verde y mostaza. La elección de materiales incluye madera de roble claro, porcelánicos en tonos neutros, microcemento en paredes y metales en acabados blancos para ventanas y barandillas. El papel pintado, un elemento clave en la decoración, aporta una calidez y personalización única a cada espacio.
En el exterior, la casa se presenta con una fachada blanca de mortero de cal, complementada con una envolvente de bloques de hormigón celular, ofreciendo aislamiento térmico y resistencia al fuego. La terraza, al nivel de la planta baja, ofrece extraordinarias vistas al mar y se integra con una piscina infinity. La coherencia entre el interior y el exterior se logra mediante el uso de pavimento porcelánico y grandes puertas correderas de cristal, que facilitan una transición suave entre ambas áreas.
En cuanto al interior, la escalera central es una pieza escultural iluminada naturalmente por grandes ventanales. El salón-comedor, con sus amplias paredes de cristal, ofrece vistas espectaculares y se conecta a una cocina luminosa y espaciosa.
La planta superior alberga el dormitorio principal, un cuarto infantil, una habitación para invitados y dos baños, todos diseñados con atención al detalle y aprovechando al máximo la luz natural.
Fotografías de Lupe Clemente
