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Integración perfecta de El Retiro en un edificio histórico de Madrid

Dicen las leyendas que por los jardines de El Retiro corretean duendes escurridizos, que en la antigua Casa de Fieras un oso polar fue duramente castigado, y que en el Palacio de Cristal vivía una tribu de filipinos que formaban parte de un zoo humano. Mitos o verdades, lo cierto es que El Parque de El Buen Retiro de Madrid es un emblema de la ciudad por el que transcurre la vida de sus habitantes, además de ser un lugar que acoge citas muy importantes ligadas a la capital. Por eso, cuando Comet, empresa francesa que se dedica a alquilar salas de reunión para trabajar o realizar eventos, buscaba establecer un nuevo espacio en Madrid, convocó un concurso que ganó MIL Studios con una propuesta que apostaba por este icónico parque, como leit motiv de la reforma.

Un lugar lleno de historia

Se trata de un edificio de 2.130 m2 ubicado en la calle Alfonso XII número 30, justo enfrente de El Retiro. Consta de 7 plantas de las cuales 5 pertenecen a Comet y que fueron en las que intervino MIL Studios. La idea que se planteó fue que el edificio se nutriera del parque y que su interior recogiera cinco grandes hitos del mismo, lugares altamente reconocibles de ayer y de hoy, fusionando la historia de la ciudad y haciendo al edificio partícipe de la vida madrileña. 

Las intervenciones de MIL Studios fueron en la zona de estar al lado del ascensor, en los pasillos que rodean la escalera y en la zona trasera. Dentro de las salas se intervino ligeramente, haciendo guiños al tema en cuestión de cada planta, con una pequeña decoración en la pared, un color, la moqueta y en algunas salas, un papel. La intervención más fuerte siempre es en las zonas comunes. Las plantas segunda, tercera y cuarta presentan una distribución similar: a la salida del ascensor nos encontramos una pequeña zona de estar que tiene una ventana enorme al Retiro, un pasillo que rodea perimetralmente la caja de escaleras y a través del cual vas accediendo a las salas de reuniones. La parte de atrás de los ascensores se amplía un poco para albergar una zona de estar de mayor tamaño.

En el espacio de Comet Retiro, se ha buscado generar en cada planta un lugar divertido y diferente, pero a la vez fácilmente reconocible en cuanto a los temas planteados, que permita a los usuarios que lo visitan, no solo disfrutar de esta inmejorable ubicación y todos los servicios que ofrece Comet, sino que incluso puedan aprender más acerca de ese gran parque que se abre bajo sus pies, fomentando valores de conservación y cuidado por el entorno que nos rodea, ciudad, naturaleza e historia.

La planta calle es una oda al verde

La entrada se comparte con un despacho de abogados que ocupan las dos plantas restantes del edificio, por lo que la intervención de MIL Studios fue más aséptica. Esta zona se unificó en tonos claros, microcemento, materiales naturales y tonos áridos, que evocan un mundo relacionado con la tierra, la naturaleza y vegetación pero que da una idea de lo que va a suceder después. En ese mismo espacio encontramos una librería, un elemento muy característico de Comet, con temas que nos van introduciendo en los distintos mundos que vamos a encontrar en el resto de plantas. 

De esta zona parten dos túneles, que en realidad son las zonas de evacuación, y que se plantearon de esa forma dándoles un color y marcándolos con luces, que nos hacen de puerta de entrada al mundo de Comet. El tema que se barajó para estas dos salas fue lo verde del Retiro, y como decoración, las actividades que se podrían hacer en él, como una cabaña en el árbol y acampar.

Planteadas como zona de cantina, con muebles que contienen comida donde la gente baja a comer o se prepara un evento con catering, el área de la derecha se proyectó como dos cabañas en el árbol y decoración ad hoc, como kayaks o mapas. En la otra sala encontramos lo que sería una gran tienda de campaña con las zonas de comer dentro de ella. En esta sala había un pilar enorme que se ocultó con un tronco natural, simulando un árbol gigante y la decoración relacionada con el mundo del camping.

El Lago y sus barcas, en la primera planta

Esta planta es la que utiliza la gente para comer y en esta ocasión la inspiración fue el Lago del Retiro. El carácter de agua y la presencia de las barcas, así como la vegetación que todo lo invade, son los elementos principales del espacio. Las paredes se cubren de un collage de azulejos de distintos formatos en tonos blancos, verdes y grises, y sobre ellos una gran onda verde, que nos recuerda a espacios de agua pero que a su vez tiene un carácter técnico: proteger la pared del uso del espacio (cantina) y dar confort acústico, pues la ola está fabricada en material absorbente. La decoración principal y más notable, es la de las grandes barcas originales de El Retiro colgando del techo, así como los remos, salvavidas y peces que completan el resto de paredes. Hay un par de salas de reunión que pueden hacer de complemento al comedor si hiciera falta o funcionan como espacios independientes. Las salas también tienen decoración de salvavidas y papeles que recuerdan al agua, con tonos azules.

Los libros se hacen con la segunda planta

La Feria del Libro y sobre todo la Cuesta de Moyano fueron la inspiración estética para esta segunda planta. Sus característicos puestos azules y toldos naranjas, así como la presencia de libros, fue la idea para abordar las zonas comunes. Es por ello que el pasillo principal lo rodea un zócalo azul con una instalación de cerca de 500 libros recuperados pegados a la pared, y otra de toldos que enmarca el techo. Las salas de reunión se tematizan con elementos decorativos que hacen referencia a cuentos conocidos por todos y fácilmente reconocibles, como el Mago de Oz, Alicia en el País de las Maravillas, Sherlock Holmes e incluso el Quijote, que no podía faltar en este homenaje. 

El Palacio de Cristal sube a la tercera planta

Esta planta rinde homenaje al Palacio de Cristal, un invernadero de finales del siglo XIX, que en sus inicios albergaba grandes plantas exóticas y tapices que traían los exploradores de las indias. Hoy en día es un centro de exposiciones, relacionado con el Museo de Arte Reina Sofía. La intervención buscaba generar una instalación basada en el efecto característico del vidrio con luz, los colores y reflejos que resultan. Esto lo conseguimos con unas lámparas de metacrilato de colores en los techos. En los pasillos, unos arcos de policarbonatos de colores enmarcan los pasos. Y todo junto con la mezcla de la vegetación y mobiliario de colores, hacen del espacio un lugar colorido y ecléctico. Las salas de reuniones acompañas al concepto, con tapices y vegetación que nos recuerda a los inicios del Palacio de Cristal.

Cuidado con los animales de la planta cuarta

Probablemente la intervención más original y curiosa de todo el proyecto, pues hace referencia a la Casa de Fieras. Antiguamente el zoo se encontraba en el Retiro de Madrid, y la presencia de animales exóticos, tales como tigres, osos o monos, da nombre a este lugar, que hoy en día se ha convertido en biblioteca. Para dar forma a esta planta, nos apoyamos mucho en los orígenes del zoo, grandes fachadas de ladrillo, con ventanas cubiertas con rejas que albergaban las grandes fieras de Madrid, por lo que así afrontamos la materialidad de esta planta: zócalo de ladrillo con grandes espejos con rejas, convierten a nuestro reflejo en protagonista de la historia. 

Un elemento muy característico del zoo era el foso de los monos, con un gran árbol seco en el centro, en el que estos se divertían jugando. Desde MIL Studios introducimos este árbol en el centro de nuestro espacio y liberamos a los monos, que juegan por toda la planta a sus anchas. Este gran árbol natural y seco, da forma a esta planta. Las salas de reuniones, como no podía ser de otra forma, albergan fieras de todos los tipos: flamencos, rinocerontes, lagartos, en forma de bustos colgados de la pared.

Para ver Madrid, lo mejor es subir a la séptima planta

Un gran desconocido, pero muy importante en el parque, es el Real Observatorio de Madrid, que alberga un antiguo telescopio, hoy en día en desuso, pero que funciona como museo. Al encontrarse en esta planta una espectacular terraza con unas vistas impresionantes tanto del parque como de la propia ciudad, decidimos convertirlo en nuestro observatorio personal, lo llamamos por tanto CAC (Comet Astronomic Center). La intervención aquí fue poca, ya que la idea era mantener el espacio como un lugar “encontrado” invadido por la vegetación y el tiempo, en el que introducíamos referencias espaciales y divertidas tales como bolas disco o lámparas con carácter de planeta. El espacio se plantea diáfano con dos zonas de asiento con sofás modulares, que se adaptan a diversas composiciones de sala.

En todas las plantas encontramos pequeños espacios para hablar por teléfono y están resueltos de la misma forma, revestidos de un color verde, la moqueta y una pequeña alfombra que hace de confort acústico. Y en las salas de reunión se apostó por una moqueta que va haciendo un juego de degradados en verde como si fuera musgo y le da a la sala un toque natural evocando un bosque o césped. Era una forma de poner vegetación sin ponerla realmente. 

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