La Fundación ONCE trabaja por la inclusión social de las personas con discapacidad y es consciente de que lo mejor para lograr esa inserción es la formación para promover el talento. Por ello, pone en marcha “Por Talento Digital”, un programa de formación permanente orientado a la mejora de conocimientos y competencias digitales y tecnológicas de las personas con discapacidad y, en consecuencia, para la mejora de su empleabilidad.
La iniciativa “Por Talento Digital” requería para su lanzamiento el diseño y la construcción de un centro donde se llevaran a cabo, en formato presencial y virtual, todas sus actividades. Y es así como surge el proyecto de adecuación del local de planta baja del edificio situado en la calle Fray Luis de León 11, en Madrid. Tanto la obra como el programa de formación se pone en marcha bajo la coordinación y financiación de la Fundación ONCE y de sus asociaciones Inserta Empleo e Inserta Innovación, contando además con el apoyo del Fondo Social Europeo. Se solicitó a varias empresas de arquitectura un proyecto de diseño, implementación y obra y, tras una exhaustiva valoración de las propuestas presentadas por una Comisión de Obras, se adjudicó el proyecto completo “llave en mano” a la empresa 3g office.
El local objeto de la intervención llevada a cabo se ubica en la planta baja de un edificio situado en el casco urbano de Madrid, que en su conjunto está destinado a uso terciario y está conformado por un Módulo Delantero de 1.300 m² y un Módulo Trasero de 566 m². Cuenta con tres accesos: uno directamente desde la calle Fray Luis de León a través de rampa y escalera mediante una puerta automática con hojas de vidrio; otro por el hall principal del edificio mediante una puerta metálica, y el último desde el interior del edificio a través del muelle de carga y descarga por puerta metálica de dos hojas.
Como toda la actuación se ha llevado a cabo en el interior del edificio, no se ha alterado ningún elemento estructural y no se ha intervenido la fachada. Además, no se han dado aspectos urbanísticos especiales y la obra se ha adecuado al CTE y al PGOUM.
Estado previo a la intervención
El local se sitúa en una zona céntrica de Madrid, en una calle con edificios de uso residencial con plantas bajas comerciales, de fácil acceso y cercanía a distintos servicios urbanos. Está conformado por dos zonas diferenciadas, el Módulo Delantero, que da a la calle Fray Luis de León, prácticamente rectangular, y el Módulo Trasero con forma cuadrada. Ambas zonas, unidas con un pasillo y con una distribución ortogonal de pilares de hormigón, se encontraban diáfanas, sin uso y en buen estado de conservación, requiriendo nueva distribución, acabados y revisión de las instalaciones.
Planteamiento de necesidades
La actividad pretendida en el establecimiento planteaba dos ámbitos diferenciados: por un lado, Centro de Formación no reglada y, por otro, servicios empresariales. En este sentido, se necesitaba el planteamiento de un diseño flexible conformado por espacios abiertos y cerrados, preparados para diferentes configuraciones que se adaptaran a las necesidades del trabajo, a las actividades a desarrollar, al número de personas y a las diferentes capacidades y discapacidades de los usuarios.
Además de estos requisitos de actividad, se potencia la sostenibilidad con el uso de materiales reciclados y reciclables, el confort térmico y acústico con aislamientos adecuados, la tecnología con las herramientas digitales más innovadoras del mercado, así como criterios de ergonomía en la elección del mobiliario y la inclusividad. Todo ello diseñando con criterios de accesibilidad universal, pero no solo considerando las cuestiones físicas, visuales y sensoriales de las personas, sino también las cognitivas, la percepción espacial y la forma de ubicarnos, movernos y orientarnos en el centro, creando un espacio para todas las personas.
Accesibilidad y percepción espacial
Reformar un local de uso público no solo significa modernizarlo y adecuarlo a los nuevos usos cumpliendo los criterios y parámetros que nos marca la normativa correspondiente para obtener la licencia. Supone que esta adecuación debe resultar útil y proporcionar bienestar espacial a cualquier persona que lo visite y experimente. Y así es como se ha tratado en este proyecto.
La localización del centro es fácil y clara mediante el rótulo de neón ubicado en los cristales de las ventanas, por el grafiti del cierre y por la composición de la entrada y los colores utilizados, lo que advierte del uso y facilita la orientación. El acceso se lleva a cabo a través de una entrada amplia compuesta por rampa y escalera, con barandillas, contraste adecuado de colores, pavimento antideslizante y puerta automática de vidrio de medidas generosas debidamente señalizada, lo que permite el acceso seguro, cómodo y autónomo a todas las personas.
El acceso se lleva a cabo a través de una entrada amplia compuesta por rampa y escalera, con barandillas, contraste adecuado de colores, pavimento antideslizante y puerta automática de vidrio
A continuación, nos encontramos con un amplio espacio de espera y la recepción, que incorpora mostrador con dos alturas, bucle de inducción magnética, contraste adecuado de colores, pantalla de información con mensajes de clara comprensión, señalética adecuada de localización, información y dirección, tornos de acceso, techo amarillo direccionador, pavimento vinílico de losetas —integra un revés acústico que amortigua el sonido con distinto color para conformar el recorrido—, pavimento podotáctil mediante bandas de encaminamiento y plano háptico en alto relieve y braille. Medidas, en definitiva, que facilitan la movilidad, la comunicación, la orientación y la comprensión del espacio.
Avanzamos en el espacio y recorremos un muro a nuestra derecha que cierra la zona destinada a las aulas de formación. Se trata de un muro interactivo con piezas de led que aportan iluminación y se sincronizan con los juegos y la música, pantallas digitales y un neón del logo del centro para “instagramear”. A la derecha, un paramento bajo, que es la trasera de los muebles, nos define el espacio de trabajo compartido y el coworking. El pavimento podotáctil, el techo amarillo, el contraste de colores, la iluminación, el orden lógico, la continuidad visual y las circulaciones libres, evitan desorientación y confusión, dificultad perceptiva e inseguridad y potencian la deambulación por el interior del edificio.
Seguimos el recorrido y llegamos a los despachos y salas cerradas con vidrio en las que, para aportar cierto grado de intimidad y señalizar con el objetivo de evitar posibles golpes, se han colocado vinilos con diferentes colores con el nombre de cada sala (sala emoji, sala @, sala #…). El tamaño de los rótulos, los colores utilizados, los nombres y el rotulado en braille pegado en las puertas por encima de las manetas facilitan la localización y la autonomía.
Se han priorizado circulaciones sencillas e itinerarios claros y amplios, organizándose los espacios según su uso y señalizándose adecuadamente
A continuación, llegamos al office, zona de descanso para socializar y tomar un café mientras continúa la actividad en el centro, que a su vez incorpora una zona de pausa y refresco para los perros guía. Frente a esta zona se encuentran las aulas de formación cerradas con paneles de vidrio que se han señalizado con vinilos de diferentes colores y se han nombrado con números. Las aulas cuentan con bucles magnéticos y se ha dispuesto aislamiento acústico en el interior de los tabiques y barreras acústicas sobre los mismos, con lo que se mejora el nivel de confort acústico, la tranquilidad y la seguridad perceptiva. Al final del recorrido llegamos al Hub.
En el lado contrario se encuentran las otras tres aulas de formación con las mismas características indicadas y la zona de cuartos de baño. Tanto en el espacio de hombres como en el de mujeres existe una cabina accesible, con todas las prescripciones reglamentarias (aparatos sanitarios, dimensiones, espacios de transferencia, barras de ayuda y timbre de emergencia). Asimismo, se ha dispuesto un cambiador inclusivo con acceso independiente, dotado de camilla y puerta corredera. La señalización utilizada incorpora pictogramas en el lado derecho de la jamba de la puerta y vinilo del perfil correspondiente pegado sobre la propia puerta.
En la distribución espacial se han priorizado las circulaciones sencillas y los itinerarios claros y amplios, organizándose los espacios según su uso y señalizándose adecuadamente. Se ha tenido especial cuidado en todo lo referente a las alturas de colocación de mecanismos y a la hora de evitar elementos en voladizo o proyectar hasta la vertical del suelo, incluso incorporando cuestiones referentes a la evacuación en situaciones de emergencia. La circulación principal es fácilmente interpretable y conecta de manera directa todas las dependencias, permitiendo el acceso directo a las salidas. Además, cuenta con sistemas de alarma visual y sonora, señalización de emergencia luminiscente y comunicación visual, acústica y hablada en caso de evacuación, conectada a los bucles magnéticos.
La fachada
Se ha mantenido la tipología de fachada existente a base de fábrica de ladrillo y revoco coloreado con nueve ventanales que proporcionan iluminación y ventilación a la planta. Con el fin de mejorar el acceso, se ha redefinido la entrada existente generando una nueva rampa en dos tramos con meseta horizontal intermedia, en la zona de menor pendiente de la acera, y tres escalones en la zona de mayor desnivel. Ambos elementos desembarcan en un rellano horizontal en el que se encuentra el cerramiento y la puerta automática de vidrio transparente, señalizado con una composición divertida de vinilos del logo del centro, que permiten el paso de luz, señalizan y reducen la transparencia del vidrio evitando reflejos, contrastes y posibles golpes.
Se sustituye el cierre opaco del local por un cierre de persiana enrollable, automática de chapa perforada. Para evitar posibles actuaciones vandálicas e incívicas se ha recurrido a un artista, @yetitox, para realizar un grafiti que, además de facilitar la identificación y localización del centro, transmite el mensaje de lo que se desarrolla dentro. Para ello, al artista se le dieron unos conceptos que ha sabido integrar perfectamente en el mural y componer la obra (educación en el gesto de la mano pulsando en una pantalla; tecnología mediante la placa base que engloba todo; personas con la cara de la chica joven; discapacidad con las gafas oscuras y la escritura en braille, sostenibilidad con el reflejo de un mundo verde en las gafas; y los logotipos que encuadran la imagen). Los logotipos y las letras en braille incorporan un efecto neón para enlazarlas con las letras luminosas del nombre del centro que se han colocado en las nueve ventanas de la fachada, de esta manera el conjunto resulta absolutamente popular y accesible [1].
[1] John Carey, crítico cultural del Reino Unido, autor de ¿Para qué sirve el arte? (Editorial Debate)