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KaDeWe: el arte de reinventarse por partes

Texto: Mónica Tostado

Desde su apertura en 1907, el centro comercial KaDeWe —acrónimo de Kaufhaus des Westens (Grandes Almacenes del Oeste)— ha formado parte de la historia de la ciudad de Berlín. Y ha sido, junto con otros iconos comerciales como Galerías Lafayette o Selfridges, parte importante en la vida de sus usuarios y visitantes durante el siglo pasado.

KaDeWe es el centro comercial más grande de Europa, y ha sido un reflejo de la sociedad que lo ha albergado, desde sus inicios en el siglo XX —durante las duras guerras mundiales que tanta destrucción produjeron y la posterior recuperación a partir de los años 50— hasta llegar a nuestros días. Y aún vuelve a reinventarse una vez más, en este siglo XXI, de la mano de OMA, el mega estudio pilotado principalmente por Rem Koolhas, y en este caso particular con un proyecto liderado por Ellen van Loon.

Tras los últimos cambios del siglo XX, la revolución digital y las transformaciones económicas y sociales hacían que el modelo conocido de centro comercial estuviera quedando obsoleto, de ahí que el proyecto de transformación sea más cercano a una táctica casi urbanística que únicamente una mera renovación arquitectónica; con una clara intención de redefinir los patrones de uso y de diseño que se habían mantenido inalterables durante casi más de un siglo.

En vez de tratar el edificio existente como un todo, se plantean ahora cuatro cuadrantes o partes diferentes que tendrán su particular identidad arquitectónica, diferentes cualidades comerciales y, además, estarán dirigidos a cuatro tipos distintos de público: clásico, experimental, joven y genérico. Esto hace que abordar el conjunto sea más fácil, ya que se divide algo enorme en fragmentos más pequeños, y a la vez sea más dinámico. Y, por qué no decirlo, más divertido, tanto para los creadores y diseñadores como para los usuarios. Asimismo, hace que el planteamiento y abordaje de este tipo de organización tenga cierta similitud a un esquema y organización de sectores (o barrios) en un ámbito urbano.

Cada cuadrante tendrá una entrada propia y diferenciada, y estarán organizados alrededor de un espacio o vacío central que cumplirá una doble función: actuará como atrio y lugar de encuentro, además de albergar el núcleo principal de comunicación vertical.

Durante el proceso de diseño, se ha desarrollado cada “vacío” de una manera particular y específica, resultando así cuatro experiencias y cuatro modelos de organización diferentes, siendo realmente el mismo edificio el que los engloba a todos. A través de los nueve pisos, el espacio central de cada sector se transforma en tamaño y extensión, evitando la repetición y haciendo cada planta única, hasta que se alcanza la cubierta. Que además en uno de los casos terminará en un mirador con vistas sobre la fabulosa ciudad de Berlín.

Este planteamiento de división de cuadrantes se refuerza con un sistema global de organización del edificio basado en forma de cruz, lo cual consigue regular mejor el uso de los espacios, la circulación general, las transiciones entre los diferentes sectores y la relación entre las diferentes marcas, a la vez que permite que surjan otro tipo de usos y condiciones.

Recientemente tan solo se ha inaugurado el primer cuadrante, que sirve como aperitivo de lo que podrá ser referencia para los próximos años en lo que respecta al replanteamiento de grandes centros comerciales. Estos se ven abogados a una potente renovación tras el auge del comercio digital y el cambio en las relaciones sociales y ocio, ya que no olvidemos que los centros comerciales también son unos de los lugares de más encuentro interpersonal y de disfrute de tiempo libre, aún en nuestros días.

Como muestra, un botón: ya está en marcha el proyecto del nuevo KaDeWe de Viena, que además incluirá un hotel e, incluso, están preparando sus propios laboratorios de desarrollo de comida.

El futuro ya está aquí.

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