Este encargo consiste en una pequeña tienda de croquetas caseras con zona de compra rápida y espacio de degustación. A través de este proyecto se recupera la artesanía en la elaboración del producto y refleja la filosofía del saber hacer casero, así como el aspecto de las tiendas tradicionales de toda la vida que podemos encontrar en las calles más antiguas de Madrid.
El estudio se ha inspirado en las tiendas tradicionales de ultramarinos de Madrid, recreando su espíritu artesano con un aspecto fresco, renovado y actual
Desde el primer momento, una de las prioridades de Aima Estudio, responsable del proyecto, fue conseguir un espacio mucho más luminoso que tuviera una mezclara tradición, modernidad y artesanía. El estudio se ha inspirado en las tiendas tradicionales de ultramarinos de Madrid, recreando su espíritu artesano, con un aspecto fresco, renovado y actual. Se ha conservado la esencia de los clásicos comercios madrileños en el diseño de la fachada, el mostrador y la zona de caja, reinterpretando elementos tradicionales y haciéndolos más contemporáneos y con una estética más cuidada.
En cuanto a la paleta de colores, se ha elegido como color de base principal un verde pastel o verde agua, inspirado en estos antiguos comercios de los que parte la idea principal. Se ha incluido en el frente de la tienda y a pinceladas en los azulejos y el mobiliario. El tono verde pastel en combinación con el blanco roto y combinado con detalles de latón dotan al local de múltiples reflejos y luminosidad, que ayudan a recrear un ambiente de época pasada.
El local cuenta con tres zonas bien diferenciadas a través de los materiales y acabados: la entrada, la barra, con zona de caja y recogida, y la zona de degustación. En la entrada, se ha utilizado un suelo ajedrezado de baldosas muy típico de las tiendas tradicionales muy resistente al tránsito de clientes. Con el objetivo de marcar las zonas de atención de los clientes, en la zona de caja se han colocado unos letreros luminosos, de diseño propio, que recuerdan a los puestos de mercado de Madrid. Las lámparas utilizadas son de tipo globo vintage y apliques de estilo industrial latonados, logrando acentuar por medio de iluminación directa dirigida diferentes puntos estratégicos del local.
El tono verde pastel en combinación con el blanco roto y combinado con detalles de latón dotan al local de múltiples reflejos y luminosidad, que ayudan a recrear un ambiente de época pasada
Para la zona de degustación, se ha apostado por un pavimento de entarimado de madera con el fin de enfatizar un ambiente artesano, cálido y acogedor. Por otro lado, se han revestido las paredes con baldosas cerámicas sencillas de cerámico blanco tipo 20/20 con junta gris oscura, sobre las que se ha dibujado un mural de dibujos de alimentos que podemos encontrar en los rellenos del producto que podemos adquirir en la tienda y que están pintados a mano alzada.
Para que el espacio fuese más diáfano, se han separado la cocina de la sala de degustación a través de una atractiva cerrajería de vidrio y hierro, que permite el paso de luz natural desde la calle. Además, se han incluido algunos espejos para dar amplitud. También se ha camuflado la puerta de la zona de almacén —a la vista en el antiguo local quedaba vista—, para conseguir un espacio más elegante y ordenado.
El mobiliario ha sido elegido siguiendo con la estética tradicional, con mesas de madera natural con pies de hierro fundido y taburetes, de diseño propio del estudio y fabricado en madera maciza. Está totalmente personalizado con textiles de alta resistencia estilo jacquard que combina verde pastel y blanco y un aro apoyapiés de latón. En cuanto a la decoración, las estanterías están atrezadas con botes y frascos de vidrio vintage rellenos de alimentos naturales, que se usan en la elaboración del producto como pan rallado, harina, trigo… Y cestas de mimbre con flores y plantas secas de diferentes colores, haciendo alusión a los antiguos capazos de mimbre que se usaban para llevar la compra en los mercados y exponer los alimentos en los puestos de venta.
En la fachada, se han pintado las carpinterías de verde pastel y se han colocado sobre los vidrios vinilos al corte con una gráfica personalizada. También se ha diseñado un rótulo enmarcado con molduras y letras corpóreas con toques latonados que hacen destacar al local desde fuera y ayudan a atraer al público. El resultado final es un espacio delicado, muy luminoso y de estética tradicional modernizada que nos transporta a las antiguas tiendas de variedades del centro de la capital.