Los madrileños gastarán este año 1.989 millones de euros en reformar sus viviendas, frente a los 1.885 millones de 2016. Es decir, 104 millones más. El incremento será del 5,5%, casi dos puntos más que la media nacional, según el Observatorio 360º de la Vivienda y la Reforma en el Hogar realizado por Arthursen para la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), que representa al comercio especializado en soluciones para la reforma, el mantenimiento y la construcción de viviendas y edificios. Andimac participa en la primera edición de Rehabilitar Madrid, que organiza Ifema conjuntamente con el Ayuntamiento de Madrid, los días 22 al 24 de septiembre, en la Plaza de España de Madrid.
Si la compraventa de viviendas usadas ha recuperado los niveles previos a la crisis, de los datos de Andimac se desprende que, hoy en día, cerca del 70% de este tipo de inmuebles pasan antes o después por una reforma, bien para hacerlas más habitables o bien para revenderlas. Esto ha propiciado que desde 2013 –año en que la reforma empezó a remontar- el gasto de las familias en mantenimiento y reforma de los hogares haya crecido un 18,2%. ¿Y a dónde va ese dinero? Según el estudio, a materiales y equipamiento, como las puertas, tarimas, sanitarios, grifería, muebles y accesorios de baño, electrodomésticos y muebles de cocina, que son los que más cambian los españoles en sus hogares.
Entre 2010 y 2016 el gasto en reformas de los hogares ubicados en la Comunidad de Madrid aumentó en 594 millones de euros. Sin embargo, y al igual que para el resto de España, las previsiones son alcistas, pues Andimac estima que el gasto de los madrileños en reformas se elevará hasta los 2.084 millones de euros en 2018. Por otra parte, que el 78% del parque regional de viviendas tenga una antigüedad superior a los 18 años impulsará el gasto en reformas. De hecho, la media por hogar madrileño se elevará este año 37 euros, hasta los 779 euros. Y en 2018 podría escalar, según las perspectivas, hasta los 811 euros.
Pese a que el 80% de las viviendas en nuestro país se tengan en propiedad, las familias españolas aún están lejos de las europeas en cuanto a lo que dedican a reformar su vivienda. De hecho, los hogares destinan al mantenimiento de su casa poco más del 3% de su presupuesto, mientras que gastan más de un 5% a idéntico cometido en el coche. No obstante, atendiendo a los cálculos de Andimac, una reforma integral –que tiene un coste próximo a los 50.000 euros de media para un piso tipo de 90m2- puede revalorizar una vivienda del orden de un 20%; mientras que el coche comienza a desvalorizarse en cuanto sale del concesionario. Aun así, la reforma continúa considerándose un gasto, e incluso un lujo, cuando realmente se trata de una inversión rentable, con retornos tanto en dinero como en salud y comodidad.
El hecho de que, cada vez más, el alquiler vaya ganando terreno frente a la vivienda en propiedad, así como de que más del 50% de las hipotecas en España estén pagadas, anima a muchas familias a acometer las reformas y mejoras de sus casas que durante la crisis tuvieron que aplazar. Pero para empezar a incentivar la reforma desde la Administración es imprescindible recuperar la deducción de IRPF por rehabilitación de vivienda habitual en el tramo estatal y autonómico, impulsar el desarrollo del Código Técnico de la Reforma (CTR) y crear la figura troncal del Asesor Técnico en Reforma, que de manera imparcial e independiente coordine el proceso y que, además, audite a posteriori que esté bien realizada.