Los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz han recibido de manos de la ministra de Fomento, Ana Pastor, la Medalla de Oro de la Arquitectura Española que otorga el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), como reconocimiento a “la extraordinaria calidad de su obra arquitectónica y su esfuerzo en ensalzar y ennoblecer la arquitectura y la promoción de la misma”. El acto, celebrado en el salón de plenos del Senado, sirvió también para hacer entrega de las Medallas del CSCAE 2014, otorgadas a Eduardo Mangada Samain y a Manuel de Solá-Morales i Rubió, y Manuel Ribas Piera a título póstumo.
El acto de entrega de las medallas estuvo presidido por Ana Pastor, el presidente del Senado, Pío García Escudero y el presidente del CSCAE, Jordi Ludevid i Anglada. El arquitecto Rafael Moneo, fue el encargado de pronunciar la laudatio a la obra de los arquitectos sevillanos. “La carrera de Cruz y Ortiz confirma cuando un arquitecto se enfrenta a la realidad sin esquivarla es posible conseguir las metas que uno ha soñado”, manifestó el Premio Pritzker en su intervención.
Tras la recepción de la Medalla de Oro, Antonio Cruz pronunció el discurso en nombre de los arquitectos ganadores. Una intervención emotiva en la que, tras los correspondientes agradecimientos, destacó la capacidad del trabajo en equipo de Cruz y Ortiz desde que se conocieran en la escuela de arquitectura de Madrid cuando eran jóvenes. Un encuentro que les llevó en 1973, con solo 23 años de edad, a abrir su propio estudio.
Antonio Cruz se mostró orgulloso de ingresar en una lista, la de receptores de la Medalla de Oro, “que recoge todos los grandes nombres de la arquitectura española, que o bien han sido nuestros maestros directos o nuestros referentes”. En referencia a su trayectoria profesional, el arquitecto aseguró haber “disfrutado con el ejercicio de nuestra actividad, de ahí las obras que muy generosamente nos reconocen”.
Obras entre las que destacan proyectos como la estación ferroviaria de Santa Justa (Sevilla), el estadio de atletismo ‘La Peineta’ (Madrid), el Museo del Mar. Baluarte Candelaria (Cádiz), Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (Sevilla), el Pabellón de España de la Expo 2000 de Hannover,). Son autores además, de las Torres en Wilhelminapier (Rotterdam), así como de la remodelación y ampliación del Rijksmuseum de Ámsterdam, obra con la que recibieron el Premio de Arquitectura Española Internacional que otorga el CSCAE y nombrados Caballeros de la Real Orden del León Neerlandés, la máxima distinción civil otorgada por el gobierno holandés.
Antonio Cruz, en un discurso extensivo a su inseparable compañero Antonio Ortiz, reflexionó también sobre su visión de la arquitectura, mostrando respeto a la vez que una prudente distancia de las modas del momento, un eclecticismo en el que radica buena parte del éxito de su obra.
Un acto solemne
Previamente, el presidente del CSCAE, Jordi Ludevid i Anglada, dio públicamente la enhorabuena a los galardonados y a las autoridades presentes, entre las que se encontraban los decanos de los Colegios de Arquitectos de España.
“La Medalla de Oro de la Arquitectura es el más preciado galardón de cuantos concede el Consejo Superior, -manifestó-. El objetivo con el que nació, hace más de 30 años, fue el de otorgar un reconocimiento público, a la contribución de arquitectos que por su trayectoria han hecho progresar nuestra disciplina. En el contexto actual, tan difícil, el significado de este galardón, cobra mayor importancia si cabe, puesto que queremos convertirlo en un símbolo de resistencia, de innovación y de persistencia”.
El jurado para la concesión de la Medalla de Oro de la Arquitectura Española de este 2014 está formado por Luís Fernández-Galiano Ruiz, Sol Madridejos Fernández, Rafael Durá Melis, Alfonso Toribio Gutiérrez, Vicente Verdú Maciá y Eloy Algorri García.
En cuanto las Medallas del CSCAE, explicó que “cuentan con una trayectoria menos longeva pero trascendente y especializada, se orientan al reconocimiento de personas o instituciones, que por su trayectoria, han prestado extraordinarios servicios a la profesión. Así lo acreditan, sin duda, los nombres de las personas ya reconocidas”. En este 2014, dichas medallas, concedidas a Manuel de Solá-Morales i Rubió, y Manuel Ribas Piera y Eduardo Mangada Samain, reconocen la importancia del urbanismo y de la ordenación del territorio. Así, Ludevid destacó “la enorme aportación de tres arquitectos urbanistas españoles contemporáneos, autores de relevantes investigaciones y proyectos, que además de dejar su huella en nuestras ciudades han contribuido de forma decisiva al mundo académico europeo, que han influido en las políticas públicas de arquitectura llevadas a cabo el pasado siglo y en fin, que han ayudado a consolidar también el perfil de la nuestra profesión con un alcance distinto y verdaderamente capital”.
Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor tuvo palabras de reconocimiento para los premiados, de quienes destacó que “en tiempos del posmodernismo, Cruz y Ortiz aportan algo que no debería perderse en la arquitectura: el ingenio”. Asimismo, reconoció el papel de la arquitectura española, entre cuyos retos, aseguró, se encuentran el permitir el acceso a la vivienda para todos los ciudadanos, le rehabilitación del parque de viviendas existente y el desarrollo de una arquitectura sostenible.
La última de las intervenciones de un acto muy emotivo para todos los asistentes corrió a cargo del presidente del Senado, Pío García Escudero quien recordó su formación como arquitecto: “Los arquitectos no somos artífices de escenarios ni de meros telones de fondo. Lo que nuestros conciudadanos esperan de nosotros es que construyamos espacios habitables”. En este sentido García Escudero concluyó que “todos tenemos derecho a un urbanismo que mejore nuestra calidad de vida y cubra nuestra necesidades”.
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