Olga Rengel, directora de proyectos en Fenwick Iribarren Architects, presentó en su ponencia de Espacio NAN Rehabilitación uno de los proyectos más emblemáticos que el estudio ha desarrollado en Madrid: la rehabilitación y reconstrucción del Social Hub, ubicado en la Cuesta de San Vicente. Un proyecto bien conocido por NAN, ya que en su momento fue publicado en nuestra web.
Sin embargo, dentro de la exposición de Olga, tuvimos la oportunidad todos los presentes de conocer más en profundidad todo lo que realmente supone como desafío arquitectónico el integrar la restauración de edificios históricos y la construcción de uno nuevo, para en este caso, crear un espacio funcional y moderno en pleno centro de la capital.
Tal como explicaba Rengel, la complejidad del proyecto radica en la combinación de diferentes niveles de protección histórica, el estado de deterioro de las estructuras, y la necesidad de dotar al conjunto de un carácter contemporáneo, sostenible y alineado con las nuevas exigencias del mercado.
El Social Hub comprende tres edificios: uno de ellos, el más antiguo, data de 1844 y albergó la sede de Industrias Gráficas Rivadeneyra, donde se imprimía la Gaceta (el antiguo BOE). Este edificio presenta un alto valor patrimonial y ha sido restaurado manteniendo sus fachadas originales y respetando los elementos arquitectónicos de la época. La intervención no solo ha respetado su historia, sino que ha buscado integrarla dentro de una nueva función como parte de un complejo hotelero dirigido tanto a estudiantes como a turistas.
Uno de los principales logros, nos explicaba, es la creación de espacios interconectados, tanto interiores como exteriores, que mejoran la ventilación y el acceso a la luz natural. Los patios interiores, que previamente estaban desconectados, han sido recuperados, generando un entorno más saludable y agradable para los usuarios. Además, se ha apostado por una combinación de elementos sostenibles, como la instalación de paneles solares, la reutilización de materiales del propio edificio y la reducción de plazas de aparcamiento en favor de bicicletas, todo ello en línea con la filosofía Blue & Green Architecture del estudio.
La intervención de Fenwick Iribarren no se limita a la mejora estética o funcional del edificio. Olga Rengel destacó cómo este proyecto es una muestra clara de cómo la rehabilitación arquitectónica puede generar un impacto social positivo en el entorno. El Social Hub no solo ofrece alojamiento, sino que se plantea como un punto de encuentro para la comunidad, donde se celebran actividades culturales, talleres y eventos integradores que fomentan el sentido de pertenencia. Según sus palabras, el proyecto busca recuperar no solo un edificio, sino un espacio que hasta ahora estaba desaparecido en el tejido urbano de Madrid.
El Social Hub, con sus 330 habitaciones, espacios de coworking y zonas comunes, es un ejemplo de cómo se puede conjugar la innovación arquitectónica con el respeto al patrimonio histórico. La recuperación de elementos como las antiguas máquinas de escribir o la reutilización de carpinterías originales aportan una conexión con el pasado del edificio, mientras que las soluciones sostenibles aplicadas aseguran su proyección hacia el futuro.