En un encinar de una hectárea con acceso, vistas, orientación y topografía convergentes a mediodía se desarrolló un esquema orgánico, sobre una malla ortogonal de 1 metro, un programa de vivienda definido por el cliente que en todo momento confió en el estudio Bueso-Inchausti Rein Arquitectos.
Se proyectó la vivienda en el único clareado del encinar, habiéndose integrado algunas de las encinas en la trama de la planta. El tratamiento de la parcela define subzonas vinculadas a los distintos niveles de privacidad que vuelcan sobre los distintos espacios. Asimismo, el tratamiento del paisajismo es más geométrico y concordante con la arquitectura en las zonas de circulación controlada, accesos y en torno de terrazas y piscina, y más salvaje y espontáneo en las zonas menos transitadas.
Los espacios se suman sin solución de continuidad, diferenciándose espacialmente a través de patios, niveles y planos ortogonales en un esquema de planta libre. Hormigón entablillado con madera machihembrada en planos horizontales y verticales, mármol abujardado, vidrio y madera conforman la arquitectura, existiendo una continuidad plástica y formal entre el interior y el exterior.
Fotografías de Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero).