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José Sanz Gorordo: «los materiales que se usan tradicionalmente en la arquitectura local siguen una lógica»

Beatriz Ruiz Corvillo
Como SEO Content Manager en NAN Arquitectura, Beatriz aplica la capa de posicionamiento web a todas sus publicaciones. Enfocada en entrevistas que aporten valor y crónicas de eventos, debido a su licenciatura como bióloga le interesan especialmente todos los temas que tienen que ver con la sostenibilidad o la salud en la arquitectura. Síguela en Linkedin.

José Sanz Gorordo (1987) es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM – UPM), con estudios complementarios en la Academia de Bellas Artes de Viena. Desde 2012 ha desarrollado una sólida trayectoria profesional en estudios como SSARQ, FRM y Malta Estudio, participando en proyectos de rehabilitación, reformas y concursos internacionales. En 2016 se unió a Batlleiroig, donde asumió la dirección de importantes proyectos de oficinas y residencias de estudiantes, y desde 2022 dirige la oficina de la firma en Madrid. Además, es miembro activo de ULI y la AEO.

Tras su participación en Espacio NAN Sostenibilidad, donde habló sobre arquitectura y sostenibilidad, presentando algunos de los proyectos de Batlleroig ejemplares en el uso de materiales, de integración vegetal, o de la gestión del agua, hemos querido entrevistarle para saber más sobre ese concepto de «fusionar ciudad y naturaleza», conocer sus estrategias y analizar algún caso de éxito específico.

«hemos desarrollado una matriz de compromisos que recoge las principales estrategias que aplicamos en nuestros proyectos de planeamiento, paisajismo y edificación para mitigar la emergencia climática»

¿Podrías profundizar en cómo nació la filosofía de «fusionar ciudad y naturaleza» en Batlleiroig y cómo ha evolucionado a lo largo de los años?

Batlleiroig empezó su andadura en 1981 con un proyecto de paisajismo y desde los inicios el paisaje ha estado presente en nuestra práctica, tanto en proyectos específicos como de manera transversal, en proyectos de edificación y planeamiento. Esta manera de trabajar nos ha permitido comprobar los beneficios que aporta integrar la naturaleza en nuestros proyectos y por eso se ha convertido en nuestro lema y en la manera de enfocar nuestro trabajo.

¿Cuáles son las principales estrategias que Batlleiroig implementa para mitigar los efectos de la emergencia climática en sus proyectos?

«es muy interesante ver cómo el resultado formal del edificio atiende a estas estrategias pasivas»

A partir de nuestra filosofía de fusionar ciudad y naturaleza, y con la experiencia adquirida en nuestros proyectos, hemos desarrollado una matriz de compromisos que recoge las principales estrategias que aplicamos en nuestros proyectos de planeamiento, paisajismo y edificación para mitigar la emergencia climática. Lo interesante es que son estrategias que se pueden aplicar de manera transversal; no son específicas de una sola disciplina, son un reflejo directo de nuestra manera de trabajar. Entre ellas destacan la promoción de la biodiversidad, la movilidad sostenible, la autosuficiencia, la correcta gestión del agua, el ciclo de vida verde o alcanzar las emisiones casi cero.

¿Podrías compartir algún caso específico donde estas estrategias hayan tenido un impacto significativo?

El edificio Entegra, en el 22@ de Barcelona, se diseñó desde el inicio con el objetivo de alcanzar un consumo energético casi cero. Para ello se estudiaron una serie de estrategias pasivas relacionadas con nuestra matriz de estrategias y se optimizó su grado de implantación hasta llegar al valor nZEB. Estas estrategias eran sencillas, como vuelos en fachada, las dimensiones y posición de los huecos o la ventilación natural cruzada. Pudimos comprobar con datos el impacto que tenían estas pequeñas decisiones de diseño y es muy interesante ver cómo el resultado formal del edificio atiende a estas estrategias pasivas. Logramos reducir el consumo del edificio con elementos propios del lenguaje arquitectónico.

¿Qué criterios utilizas para decidir cuándo es viable reutilizar una estructura existente en lugar de construir una nueva?

En primer lugar, analizamos el uso actual del edificio y lo comparamos con el nuevo uso que se desea implantar, para comprobar si la nueva tipología se puede adaptar fácilmente a la disposición de la estructura.

En segundo lugar, estudiamos el estado en que se encuentra la estructura y cómo le afecta el nuevo estado de cargas para determinar las actuaciones de saneado y refuerzo. Comparamos este estudio con la hipótesis de derribo y construcción de una estructura de nueva planta, tanto en términos de emisiones como funcionales, de plazos y económicos.

Con estos datos tenemos una visión clara de la viabilidad de reutilizar o no la estructura, y lo revisamos con el promotor para tomar las decisiones necesarias. En nuestro recorrido hemos podido comprobar que, en general, la aplicación de este tipo de medidas no es absoluta, hay muchos factores que se deben tener en cuenta más allá del impacto ambiental y buscamos soluciones mixtas que sean óptimas, como en el caso de las oficinas Lumen, donde reaprovechamos la estructura existente y además añadimos una parte nueva.

«la industria de producción de materiales ha dado un paso adelante para demostrar con datos el impacto de sus productos»

¿Qué ventajas has encontrado en el uso de materiales locales y naturales como la madera y la cerámica en tus proyectos? 

Los materiales que se usan tradicionalmente en la arquitectura local siguen una lógica que se deriva de su disponibilidad y sus cualidades resistentes, higrotérmicas o representativas. Utilizar materiales locales en nuestros proyectos es reconocer estas cualidades y aprovecharlas, a la vez que se dota al proyecto de un lenguaje que es reconocible por sus usuarios. Del mismo modo, nos permite apoyar a los productores locales.

¿Podrías compartir más sobre el proceso de selección de materiales para asegurar que tengan un bajo impacto ambiental?

Actualmente, con el auge de la conciencia en aspectos climáticos, la industria de producción de materiales ha dado un paso adelante para demostrar con datos el impacto de sus productos. Las declaraciones ambientales de producto nos sirven para cuantificar y tomar decisiones razonadas respecto a los materiales que introducimos en nuestros proyectos. Hay materiales más artesanales que, por cómo son sus procesos de producción, no cuentan con estas declaraciones. En estos caso, estudiamos bien los procesos de antemano para decidir si su colocación está alineada con obtener un impacto ambiental mínimo.

En Espacio NAN hablaste de una balsa de laminación creada en el proyecto Impluvium en Esplugas de Llobregat. ¿Qué otras innovaciones en la gestión del agua han implementado en sus proyectos recientes?

Creemos que la correcta gestión del agua es un punto que no está recibiendo la atención que debería, sobre todo teniendo en cuenta los episodios de sequía o lluvias torrenciales que cada vez son más frecuentes y, lamentablemente, cada vez veremos con mayor frecuencia. En todos nuestros proyectos buscamos estrategias para alcanzar este objetivo. Por ejemplo, mediante balsas de laminación o SUDS, que son sistemas sencillos que permiten retener el 100% del agua creando un nuevo paisaje urbano. También es importante conservar cursos de agua existentes, ya que además contribuyen a reducir la isla de calor. Otras estrategias con las que solemos contar son la recuperación de aguas pluviales y grises para el riego, o la fitodepuración del agua en piscinas.

«tratamos la vegetación como un elemento más del proyecto que tiene la misma importancia que la estructura o los acabados»

¿Qué tecnologías específicas han sido más efectivas para convertir los edificios en estructuras productivas en términos de energía?

A nivel de generación de energía, la implantación de placas y vidrios fotovoltaicos, que permiten el consumo de electricidad proveniente del sol. De manera pasiva podríamos nombrar las cubiertas verdes productivas. No generan energía en sí, pero sí contribuyen a aislar el edificio aprovechando la inercia térmica de la tierra natural y permiten crear huertos y plantaciones productivas.

¿Cómo integras la vegetación en tus proyectos urbanos y qué beneficios se han observado para los usuarios y el entorno?

Como ya hemos comentado, en nuestros proyectos, ya sean de planeamiento, paisaje o edificación, buscamos fusionar ciudad y naturaleza. Para ello tratamos la vegetación como un elemento más del proyecto que tiene la misma importancia que la estructura o los acabados. A nivel de usuario, la vegetación potencia la biofilia y produce proyectos que son más saludables. Cuando hablamos del entorno, hemos podido comprobar con datos cómo la vegetación promueve la isla de frescor y permite bajar la temperatura en la ciudad hasta 3º, como en el caso del Parc Central de Sant Cugat.

¿Qué nuevas tendencias en materiales sostenibles estáis explorando actualmente en Batlleiroig?

«Pienso que el concepto de la sostenibilidad se ha desvirtuado y actualmente es una palabra de la que se abusa. El desafío es volver a dar valor a este concepto»

Actualmente, se está dando en España un auge de la construcción en madera. Es un sector que parte de la correcta gestión forestal de los bosques, genera industria en los lugares de origen del material y facilita la industrialización de la construcción, todo ello produciendo un material que contribuye a la reducción de las emisiones de carbono. En Batlleiroig hemos utilizado la madera como material de estructura, de contención de taludes, de acabado o en fachada en proyectos recientes de paisajismo y edificación.

¿Cómo ves el futuro de la sostenibilidad en la arquitectura y qué desafíos anticipas para los próximos años?

Pienso que el concepto de la sostenibilidad se ha desvirtuado y actualmente es una palabra de la que se abusa. El desafío es volver a dar valor a este concepto. Los arquitectos tenemos una formación técnica y debemos ser capaces de cuantificar las medidas que implementamos en nuestros proyectos para demostrar el esfuerzo que hacemos para mitigar la crisis climática. Creo que nuestra labor debe enfocarse a hacer una Arquitectura centrada en las personas, lo que implica no sólo el bienestar del usuario sino aspectos energéticos y de emisiones, ya que un edificio saludable lo es tanto para sus usuarios como para el planeta.

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