La arquitectura y el urbanismo han evolucionado significativamente en las últimas décadas, adoptando principios de accesibilidad que buscan crear entornos inclusivos y funcionales para todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales. Porque en los últimos años, la accesibilidad se ha convertido en un componente esencial del diseño urbano y la arquitectura, asegurando que las ciudades sean habitables y acogedoras para todos sus residentes y visitantes.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, tal como pudimos comprobar al asistir el pasado 10 de julio al evento de Accesible EU “Smart Cities: Enhancing Urban Design and Mobility for All”, acogido por la Fundación ONCE.
Con los aprendizajes obtenidos, hemos querido desarrollar esta breve guía sobre arquitectura universal y accesible en las ciudades, aportando además algunos de los puntos de vista y proyectos que se expusieron durante la mañana, para poder avanzar en desarrollo urbano y sostenibilidad.
¿Qué es la arquitectura accesible o inclusiva?
Antes de nada, vamos a resolver lo básico. La arquitectura accesible o inclusiva es un enfoque de diseño que busca crear espacios, edificios y entornos que sean utilizables por todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas. Este tipo de arquitectura considera las necesidades de personas con discapacidades, personas mayores, niños y cualquier individuo que pueda enfrentar barreras en el entorno construido.
Ejemplos de elementos de diseño accesible incluyen rampas y ascensores, puertas y pasillos amplios, baños adaptados, señales en braille, iluminación adecuada y tecnología asistiva. La meta es eliminar barreras y permitir que todas las personas puedan interactuar con su entorno de manera autónoma y digna.
Pero como vamos a ver y como bien se exponía en Accesible EU, «no se trata solo de poner rampas». El concepto es mucho más amplio que eso, y se trata en realidad de conseguir una accesibilidad universal.
La accesibilidad universal es esencial para mejorar la vida de las personas con discapacidad. En Europa, la Comisión Europea ha adoptado la Estrategia sobre los Derechos de las personas con discapacidad, comprometiéndose a aplicar la accesibilidad en entornos, productos y servicios. Mientras que el Centro Europeo de Recursos de Accesibilidad es una iniciativa clave en este esfuerzo, ofreciendo eventos de sensibilización como al que asistió NAN Arquitectura, talleres técnicos y una red de expertos en accesibilidad que trabajan para implementar mejoras en toda Europa.
Principios del diseño accesible
Para conseguir todo lo anterior, hay que tener muy claras las pautas básicas a seguir, de las que aquí destacamos las siguientes.
Diseño inclusivo
El diseño inclusivo implica considerar las necesidades de todas las personas desde la fase inicial del diseño. Esto incluye a personas con discapacidad, personas mayores y aquellos con necesidades temporales. Por ejemplo una persona que ha tenido un accidente de tráfico y durante un tiempo necesita ir en silla de ruedas.
Por este motivo, los arquitectos y urbanistas deben trabajar con la premisa de que sus creaciones serán utilizadas por una amplia variedad de personas con diferentes capacidades. Y además, contar con ellas en el proceso, como vamos a ver en un ejemplo más adelante.
Accesibilidad sensorial
Las personas con discapacidades sensoriales, como la ceguera o la sordera, también deben ser consideradas en el diseño urbano. Esto incluye la instalación de señales táctiles y auditivas, así como la provisión de información en braille y formatos de fácil lectura.
Durante el evento, Alexandre Bloxs, perteneciente a European Union of the Deaf, compartió algunas reflexiones sobre la importancia de reconocer y promover las lenguas de señas nacionales para mejorar la accesibilidad. Entre sus propuestas destacan algunas como el reconocimiento legal de las lenguas de señas nacionales, permitiendo su uso en todos los ámbitos, o la contratación de profesionales sordos en puestos donde puedan ofrecer servicios en lenguas de señas.
Uso de tecnologías asistivas
Las tecnologías modernas pueden ser aliadas poderosas en la creación de entornos accesibles. Desde aplicaciones móviles que facilitan la navegación por la ciudad hasta sistemas de iluminación adaptativa que ayudan a las personas con discapacidades visuales, la tecnología puede mejorar significativamente la accesibilidad.
Precisamente en nuestro Espacio NAN sobre Accesibilidad en marzo de 2024, Jesús Hernandez Galán, director de Accesibilidad e Innovación de Fundación ONCE, nos hablaba del proyecto AccessRobots, que ha sido desarrollado a través de Inserta Innovación. «Se trata del primer robot capaz de proporcionar asistencia a personas con discapacidad (sensorial, física y cognitiva) en entornos complejos, como son las infraestructuras de transporte tales como los intercambiadores modales, aeropuertos y estaciones de tren, los hospitales o centros comerciales y grandes superficies».
¿Cómo se puede garantizar que los diseños sean verdaderamente inclusivos?
Aparte de lo obvio, como es cumplir con normativas y estándares, hay muchas más acciones que se pueden llevar a cabo para conseguir la meta de la accesibilidad en arquitectura y espacios.
Eliminar las barreras físicas y no físicas
Por ejemplo, uno de los puntos más tratados en el evento: las barreras físicas. Es decir, escaleras sin rampas alternativas, aceras sin rebajes y puertas estrechas, deben ser eliminadas. Por otra parte, la implementación de rampas, ascensores, puertas automáticas y pasillos amplios son algunas de las soluciones que facilitan la movilidad.
Si hablamos de las barreras no físicas, nos referimos, haciéndonos eco de lo expuesto en Accesible EU, de la visibilidad y comunicación. Y es que hay que garantizar que la información y la señalización sean claras y comprensibles para todos.
Mercedes Mayoral, secretaria de la European Dyslexia Association, habló durante su participación en “Smart Cities: Enhancing Urban Design and Mobility for All” de que las personas neurodiversas experimentan y utilizan los espacios públicos de manera diferente, y se deben diseñar los espacios teniendo en cuenta estas diferencias.
Señalaba algunas pautas a seguir: proporcionar entornos predecibles en las ciudades, con señales claras y fáciles de entender. Que la información debe ser concisa, con un enfoque en la simplicidad. O que las ciudades deben proveer zonas tranquilas, alejadas del ruido y el tráfico intenso, para ayudar a las personas hipersensibles a manejar mejor su entorno.
Participación inclusiva
Se destacó también a lo largo del evento la necesidad de involucrar a personas con discapacidades y organizaciones representativas en el proceso de diseño y planificación para asegurar que sus necesidades y perspectivas sean consideradas. Este enfoque colaborativo asegura que los entornos públicos no solo acomoden a las personas con discapacidad, sino que también incluyan sus voces y experiencias en el diseño propiamente dicho.
Agnes Kojc, perteneciente a CP-ECA – Cerebral Palsy in the European Union Association, hablaba de la situación en Eslovenia, su país. Expuso los diversos obstáculos que enfrentan las personas con discapacidades, pero también algunas iniciativas que se han tomado para empezar a tener en cuenta su punto de vista. Actualmente, explicaba, se están ejecutando proyectos para sensibilizar sobre la accesibilidad en el transporte público. Estos proyectos conciernen a empresas de aeropuertos y ferrocarriles y los invitan a incluir a las personas con discapacidades en su organización y operación. También explicaba que se invitó a asociaciones de estudiantes discapacitados a evaluar la usabilidad de un centro de salud recién renovado. En este caso, los arquitectos solicitaron sus opiniones para probar la entrada y pavimentos de manera práctica, permitiendo identificar qué funciona y qué no. Y que algunos edificios modernos en Eslovenia siguen las recomendaciones de diseño urbano accesible e involucran a los usuarios en su diseño mediante encuestas y evaluaciones.
Monitoreo e implementación
La implementación de diseños inclusivos requiere mecanismos eficaces para comprobar su éxito. Es esencial involucrar tanto a usuarios como a expertos en el monitoreo de estos mecanismos, para asegurar que las soluciones sean prácticas y sostenibles. La sostenibilidad no solo se refiere a la longevidad de los materiales utilizados, sino también a la adaptabilidad de los entornos a los cambios tecnológicos y demográficos.
Por ejemplo, se pueden realizar auditorías y evaluaciones regulares de accesibilidad para identificar y corregir barreras en los entornos construidos, también es necesario diseñar espacios que puedan ser fácilmente modificados o adaptados para satisfacer necesidades cambiantes y diversas. Sin olvidar el mantenimiento y actualización de los entornos conforme evolucionan las necesidades y tecnologías.
Tecnología y accesibilidad
El uso de tecnologías emergentes tiene el potencial de transformar nuestras ciudades en espacios más accesibles. Sin embargo, es vital abordar la brecha digital para evitar crear nuevas formas de inaccesibilidad. La tecnología debe integrarse de manera que no abrume a los usuarios, sino que facilite la navegación y el uso de los entornos urbanos.
En este punto ahondaba Igor Stefanovic, representante de UN Tourism, quien compartía un ejemplo concreto que le había pasado a él mismo durante un viaje a Seúl para ilustrar cómo la tecnología puede ser abrumadora. Durante una conferencia en Seúl, se sintió deshumanizado y abrumado por la gran cantidad de tecnologías presentes, al punto de decidir no interactuar con ellas para evitar el estrés. Se encontró, explicaba, en un entorno excesivamente tecnológico, sin consideraciones de accesibilidad, lo cual puede alienar y excluir a ciertos grupos de personas.
Por lo tanto, es fundamental equilibrar la innovación con la accesibilidad. Esto implica diseñar tecnologías que sean inclusivas desde su concepción, asegurando que todos los usuarios, independientemente de sus capacidades, puedan beneficiarse de ellas sin dificultad. Además, las soluciones tecnológicas deben ser intuitivas y fáciles de usar, minimizando la posibilidad de generar estrés.
En el evento también se destacaba que formar a tecnólogos en empatía es crucial para lograr una verdadera inclusión y accesibilidad en nuestras ciudades.
Ejemplos de buenas prácticas
A lo largo del “Smart Cities: Enhancing Urban Design and Mobility for All”, se mencionaron algunos. En ciudades como Singapur y Madrid, se han implementado proyectos de urbanismo sin barreras que promueven la interacción y la innovación. La Fundación Metrópoli, por ejemplo, trabaja en el diseño de ecociudades que integran edificios tradicionales con sistemas naturales. En Madrid, proyectos como la transformación de la M-30 en un ecoboulevard demuestran cómo se puede mejorar la accesibilidad y la movilidad sostenible.
Pero vamos a destacar dos ejemplos concretos.
Transporte público accesible
El diseño de estaciones de metro y paradas de autobús accesibles, con rampas, ascensores y sistemas de información visual y auditiva, asegura que todas las personas puedan utilizar el transporte público de manera independiente.
Este punto se puede ilustrar con precisamente un proyecto español, ganador del Premio Ciudad Accesible de 2024, como es el de San Cristóbal de La Laguna. De él nos hablaron Paloma Contreras, perteneciente a Autism Europe, y Antonella Candiago, de la European Network on Independent Living, y uno de los aspectos que lo habían hecho merecedor del premio es precisamente que todas las estaciones de la red de tranvía son plenamente accesibles, acompañado de que el centro de la ciudad tiene señales acústicas en los semáforos y pavimento táctil para guiar a las personas con discapacidad visual.
Parques y espacios públicos inclusivos
Los parques y espacios públicos deben ser diseñados con rutas accesibles, áreas de descanso, y equipamiento adaptado. Esto incluye juegos inclusivos para niños, que pueden ser utilizados por todos, independientemente de sus habilidades físicas.
Concretamente, Laurence Colleran, Superintendente Ejecutivo Superior de Parques en el Consejo del Condado de Dublín Meridional, explicaba la estrategia que habían seguido para hacer las zonas de juego accesibles para todos los niños. Han incluido elementos naturales como árboles y arena, que permiten un juego más libre y sin restricciones. Se han quitado las reglas estrictas, como la dirección en la que se debe subir o bajar por un tobogán. Esto hace que el juego sea más accesible y menos estresante. Se han creado áreas con materiales sensoriales, como el lodo y la arena, que proporcionan experiencias táctiles importantes para los niños con necesidades especiales. O la construcción de senderos accesibles para que todos puedan moverse fácilmente por las áreas de juego.
Lo que además recalcaba Laurence es que todas estas medidas no solo mejoran la accesibilidad para los niños con discapacidades, sino que también enriquecen la experiencia de juego para todos, fomentando un entorno inclusivo y diverso.
Y es que, finalmente, ya sea por el paso del tiempo o por circunstancias de la vida, uno nunca sabe cuándo puede necesitar que los espacios sean accesibles también para él o ella. Por lo que construyendo edificios, ciudades y espacios públicos enfocados en la accesibilidad, ganamos todos.