Francisco Arévalo es un arquitecto español con una destacada trayectoria profesional y académica. Graduado en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1994, se distinguió al recibir el Primer Premio en el concurso internacional de estudiantes organizado por RIBA. Inició su carrera trabajando con Alberto Campo Baeza entre 1989 y 1994, participando en diversos concursos y proyectos.
A lo largo de su carrera, Arévalo ha colaborado con arquitectos como Javier Carvajal Ferrer y Jesús Aparicio Guisado, y con el estudio británico Broadway Malyan. Desde el año 2000, trabaja en el estudio de Rafael de La-Hoz, donde es Director de Diseño y Equipos de Proyecto, destacándose en proyectos como el Centro Corporativo en el Distrito C de Telefónica y el Hospital Universitario «Juan Carlos» en Móstoles. Además, es docente en la Universidad Europea de Madrid desde 2007 y participa en conferencias y mesas redondas.
Tras su paso por Espacio NAN Sostenibilidad en 2024, hablamos con él para profundizar en algunos de los temas que trató durante su intervención.
Francisco, ¿qué te motivó a estudiar Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid? ¿Qué te atrajo entonces de esta disciplina y qué es lo que más te atrae ahora?
Desde que tengo uso de razón siempre quise ser arquitecto, seguramente muy influenciado por mi madre. En los años 60 ella trabajaba como secretaria de dirección en la empresa de ingeniería de Ricardo Barredo. Siempre que iba a su oficina me fascinaban los dibujos y fotografías de los proyectos y obras que veía en la oficina.
«Creo que la formación actual es muy buena, aunque me parece que se han perdido muchas cosas respecto a planes de estudios anteriores»
Como muchos niños de mi generación crecimos con juegos de construcción (Lego, Tente, Exin Castillos, Mecano). Además, me pasaba el día dibujando. Supongo que con estos antecedentes era claro a que me quería dedicar.
En la ETSAM tuve la suerte y fortuna de estudiar y posteriormente trabajar con Alberto Campo Baeza, al que siempre estaré agradecido por todo lo que me enseñó, pero sobre todo por la pasión por la Arquitectura que me transmitió.
Hoy en día, lo que más me atrae de esta disciplina es participar en la creación de edificios y espacios que hagan más confortable la vida de la gente. Creo que es una parte importante de nuestro trabajo y que debemos aportar a la sociedad.
Antes siquiera de finalizar tus estudios ya ganaste un premio. Concretamente el Primer Premio del concurso internacional de estudiantes de RIBA. ¿Cómo influyó en tu carrera?
Cinco amigos que teníamos muchas ganas y pasión por la arquitectura, animados por unos magníficos profesores de la ETSAM, decidimos presentarnos a un concurso convocado por el RIBA (Royal Institute of British Architects). Se presentaron casi 1.000 equipos de todo el mundo e increíblemente lo ganamos.
En el jurado estaba Alvaro Siza y para nosotros fue un espaldarazo para terminar la carrera y empezar la profesión con más ilusión todavía.
«Trato de infundir el rigor y la pasión por la arquitectura que me enseñaron tanto en la ETSAM»
Muchas cosas suceden “tras las cámaras” de un proyecto de arquitectura. Actualmente eres Director de Diseño y Equipos de Proyecto en Rafael de La-Hoz. ¿Qué aspectos consideras más importantes dentro de tu rol?
Trato de infundir el rigor y la pasión por la arquitectura que me enseñaron tanto en la ETSAM, como a lo largo de estos años con Rafael de La-Hoz a los arquitectos más jóvenes que pasan por el estudio.
Creo en el trabajo en equipo e intento crear un buen ambiente de trabajo. Son muchas horas las que pasamos juntos y probablemente el resultado final, a parte del posible talento y de las muchas horas que hacemos, influye poderosamente la buena relación dentro del equipo.
Si hablamos del estudio Rafael de la Hoz, en Espacio NAN Sostenibilidad nos dijiste que ha cumplido ya 100 años. ¿Qué hitos importantes destacarías en esta trayectoria de 100 años? ¿Y en los que tú hayas estado involucrado?
Personalmente estoy muy orgulloso de trabajar durante tantos años en el estudio de Rafael de La-Hoz.
Creo que de los mejores edificios de Madrid, por no decir el mejor, es el edificio Castelar de Rafael de La-Hoz Arderius. Una obra maestra, que creo que todos los estudiantes de Arquitectura deberían conocer.
Además pienso que la sede de Telefónica en Las Tablas, el hospital Rey Juan Carlos de Móstoles y la sede de Repsol en Méndez Álvaro son hitos construidos muy importantes en los que he podido colaborar intensamente.
Más de 500 proyectos en 20 países diferentes. Entre ellos, muchos emblemáticos de los que el estudio ha sido responsable. ¿Cuál es para ti el más representativo, o el que tiene un valor más significativo y por qué?
Difícil respuesta, porque hay unos cuantos muy representativos. Seguramente, de los proyectos construidos, elegiría el Distrito C de Telefónica en Las Tablas. Fue un gran reto para el estudio. Se dedicaron muchísimas horas y sobre todo muchísima ilusión. Cada vez que paso por el “Campus” de Telefónica pienso que su arquitectura sigue vigente hoy en día.
Cambiando un poco de tercio: también has sido docente, así que tenemos un par de preguntas al respecto. La primera, en tu opinión, ¿qué aspectos deberían ser prioritarios en la formación de los arquitectos para abordar los desafíos actuales y futuros de la profesión?
Bueno, eso de docente son palabras mayores. He tenido el privilegio de colaborar con la Universidad Europea gracias a la generosidad de mi buen amigo Francisco Domouso.
La verdad es que fue una experiencia muy gratificante. Te obliga a prepararte bien las charlas y seguramente ser más objetivo con tu trabajo. Mi más absoluta admiración a todos aquellos que se dedican a la enseñanza por puro servicio vocacional.
Creo que la formación actual es muy buena, aunque me parece que se han perdido muchas cosas respecto a planes de estudios anteriores. No quiero decir que lo de “antes era mejor”. En absoluto, de hecho me parece un gran acierto que desde primero se den clases de “Proyectos”. En mi generación se empezaba a proyectar “alguna cosita” en 3º de carrera.
Lo que sí me parece muy importante es el distanciamiento que hay del mundo académico con la realidad de la profesión. Creo que se debería reflexionar en conectar ambos mundos. Hay magníficos arquitectos docentes, pero creo que los profesionales menos “teóricos” podrían aportar mucho a la formación de los futuros arquitectos. Que éstos, tuvieran una idea mucho más clara de lo que les espera más allá de la Escuela.
«Como dice Alberto Campo “tenemos la profesión más bonita del mundo”, pero eso no significa que sea un camino fácil»
Y la segunda pregunta del tema estudiantes, ¿qué consejos darías a los jóvenes arquitectos que están comenzando su carrera?
Que viajen y lean mucho. Que estén en constante formación, y sobre todo que no se desanimen con la realidad. Como dice Alberto Campo “tenemos la profesión más bonita del mundo”, pero eso no significa que sea un camino fácil.
¿Y a los arquitectos ya profesionales que buscan integrar la sostenibilidad en sus proyectos de manera efectiva pero puede que aún no lo tengan claro o que simplemente no cuenten con tu/vuestra experiencia?
Hoy en día, afortunadamente se está tomando conciencia del tema de la sostenibilidad en la Arquitectura, pero creo que no es fácil. Por un lado está el tema económico, por otro los certificados más o menos eficaces, pero para mí lo más importante es aplicar el sentido común, fundamentalmente en las medidas pasivas.
Recuerdo una entrevista a Souto de Moura en donde le preguntaban sobre este tema y respondía “que no hay Arquitectura sostenible o no sostenible, hay Arquitectura buena o mala”. Para mi, esto significa que la buena Arquitectura debe tener en cuenta todos los aspectos, y por supuesto la sostenibilidad.
Hablando de aprender y mejorar. ¿Qué aprendizajes clave has obtenido a través del trabajo en tus proyectos de arquitectura a lo largo de tu trayectoria?
En la Escuela había un profesor que decía “cuanto más proyectes, más aprendes y mejor lo harás”.
El aprendizaje en nuestra profesión es constante. Con cada proyecto se aprenden cosas nuevas, sobre todo si no te dedicas solo a una cosa. Si se abarcan muchas tipologías te obligas a estar aprendiendo constantemente. Afortunadamente, tocamos muchos “palos”. Oficinas, sedes empresariales, viviendas unifamiliares y colectivas, residencias, hoteles, hospitales, juzgados, estadios deportivos, edificios docentes, culturales, infraestructuras ferroviarias, etc.
«Dedicamos muchos recursos y horas a esos primeros “pasos” de un proyecto»
También hay que tener en cuenta cómo la innovación nos “obliga” a todos a seguir aprendiendo y a evolucionar. Rafael De la Hoz, cito textualmente “apuesta por la innovación, la sostenibilidad y la excelencia”. ¿Qué técnicas, herramientas o enfoques innovadores consideras que os definen como arquitectos? ¿Y a vuestros proyectos?
En un porcentaje muy alto el diseño de cada proyecto es diferente al anterior. Intentamos innovar desde el principio. Dedicamos muchos recursos y horas a esos primeros “pasos” de un proyecto. Empezamos no solo con un solo enfoque, buscamos muchas variantes, alternativas. Usamos maquetas, modelos en 3D, para encontrar la mejor respuesta posible. Normalmente trabajamos en paralelo con varias opciones, para luego elegir la que creemos que es la mejor y presentarla a los clientes.
Si hablamos de arquitectura sostenible en concreto, ¿qué oportunidades ves para seguir innovando sobre ella en los próximos años?
Seguramente habrá que buscar un equilibrio entre las técnicas actuales, las venideras y la arquitectura tradicional, que creo nos sigue enseñando muchas cosas.
En general, y como reflexión final, ¿cuáles consideras que son los mayores desafíos para lograr la sostenibilidad en la industria de la arquitectura y la construcción?
Creo que lo más difícil ya se está logrando: tener conciencia de que la sostenibilidad es algo necesario y a tener en cuenta desde el principio de un proyecto. Pero todavía queda mucho camino por andar y espero que esto no se quede en solo buenas intenciones.
Además, creo que las administraciones deberían liderar este tema, no solo con ayudas económicas, sino también con normativas sensatas que ayuden a su implantación en todo el territorio nacional. Desde luego es todo un reto, y como tal apasionante.