El diseño de interiores enfrenta constantemente el reto de optimizar espacios pequeños sin sacrificar la estética ni la funcionalidad. Un claro ejemplo de esta capacidad es la reciente transformación de una antigua portería en el vibrante barrio de La Chopera, Madrid, donde la arquitecta Isabel Velarde y la diseñadora de interiores Anouk de Lesparda han dado vida a un micro-loft de 43 m².
Aprovechando cada centímetro
Este proyecto pone de manifiesto cómo la sinergia entre arquitectura y diseño puede maximizar el potencial de un espacio limitado. La reforma no solo ha potenciado la eficiencia del loft, sino que ha permitido ganar 10 m² adicionales, gracias a la creación de una entreplanta sobre la cocina que alberga el dormitorio. Este espacio elevado destaca por su simplicidad y serenidad, manteniendo una atmósfera zen con un enfoque minimalista en el mobiliario.
La colaboración entre Velarde y de Lesparda fue clave para crear un espacio coherente. Según la diseñadora, “el proyecto se concibió como un diálogo constante entre la forma estructural del espacio y la experiencia sensorial de los interiores”. Este enfoque permitió que todas las decisiones fueran tomadas en conjunto, asegurando una coherencia visual y funcional en todas las etapas, desde la disposición del plano hasta los detalles más pequeños. La luz y la funcionalidad fueron prioridades, aprovechando al máximo la altura y jugando con texturas, colores y materiales.
Soluciones de diseño inteligentes
Uno de los elementos más innovadores del diseño es la escalera, que se convierte en el núcleo del espacio. Además de conectar las dos plantas, integra cajones y estanterías que añaden capacidad de almacenamiento sin comprometer el estilo. La combinación de tonos contrastantes, como el rojo arcilla en el exterior y un azul metálico en el interior, aporta dinamismo al conjunto.
La zonificación del espacio abierto mediante mobiliario a medida es otro acierto de este proyecto. Un ejemplo destacado es el mueble del recibidor, que además de separar de forma sutil la entrada del salón, cuenta con puertas de espejo que crean una mayor sensación de amplitud y luminosidad.
Sostenibilidad y eficiencia energética: un enfoque integral
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto es su compromiso con la sostenibilidad. “El proyecto adopta un enfoque integral de eficiencia y sostenibilidad para reducir al máximo la demanda energética, aumentando la calidad y el confort del espacio”, explica de Lesparda. Para ello, se aislaron todos los paramentos en contacto con el exterior, utilizando materiales de alta durabilidad y respetuosos con el medio ambiente. Entre los materiales seleccionados se incluyen paneles de aislamiento en la solera y ventanas Schüco de PVC con vidrios de alto rendimiento térmico y acústico. Además, las instalaciones de climatización y ACS (agua caliente sanitaria) son altamente eficientes, contribuyendo a la reducción del consumo energético sin comprometer el confort.
El color como protagonista sensorial
El uso del color en este proyecto fue un factor cuidadosamente estudiado para generar un impacto emocional positivo en los habitantes. De Lesparda destaca que el color se concibió como un recurso activo en la creación de la atmósfera del espacio. «La paleta cromática se eligió considerando factores como la iluminación natural y la función de cada espacio», menciona. Así, se utilizaron tonos suaves en las áreas de descanso y cocina, que fomentan la relajación, mientras que los colores vibrantes, como los de las escaleras, se destinaron a las zonas de circulación para estimular la fluidez entre las plantas.
Vivir en el corazón de Madrid
La ubicación del loft es otro de sus grandes atractivos. Situado en el barrio de La Chopera, sus residentes pueden disfrutar de una amplia oferta cultural y de ocio en las inmediaciones, con el Matadero de Madrid a solo unos pasos. Esta revitalización urbana ha permitido que un espacio antes limitado se transforme en un hogar funcional y estético, que refleja una perfecta unión entre diseño contemporáneo y eficiencia.
