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Un dúplex de 66 m² que lo tiene todo para un ‘single’

El estudio de interiorismo Düem Studio ha llevado a cabo la reforma de un ático dúplex para un hombre soltero en Manresa (Barcelona). La vivienda, de tan sólo 66 metros cuadrados, ha sido redistribuida y diseñada acorde a un estilo de vida joven y muy activo.

La vivienda luce moderna, elegante, sobria, en sus dos plantas se respira una atmósfera relajante y equilibrada, favorecida por una cuidada selección de materiales y un esmero en la iluminación, tanto diurna como nocturna.

En la planta baja se ubica la zona de día, donde destaca una amplia cocina-comedor, que facilitará las cenas de fin de semana con amigos, y en la planta superior, además de la habitación en suite, también se ha habilitado un pequeño despacho para teletrabajar.

Una zona de día de 35 m² que lo tiene todo

Los 35 metros cuadrados de la planta baja se han exprimido al máximo. En el área de entrada a la vivienda se ha integrado un pequeño baño, zona de limpieza con lavadora y un armario de almacenamiento debajo de la escalera. Estos tres elementos funcionales quedan ocultos e integrados tras puertas paneladas, creando un efecto de cubo.

El mismo revestimiento se ha aplicado en las escaleras que ascienden a la planta superior.
El pequeño baño de cortesía se ha concebido como una caja, cuyo look “total black” se ve ligeramente matizado por el aplacado de la puerta de madera en su interior. Su intención es obtener una atmósfera elegante, masculina, con un punto misterioso, donde el único punto de calidez fuese aportado a través de la luz y la madera.

La pared del pasillo se ha tratado con un estuco a la cal con estética hormigón, que aporta textura y volumen al paso.

Dinamismo, espacio de almacenamiento y una isla protagonista

El ritmo de vida dinámico de su propietario se palpa en toda la zona de día. Al tratarse de una persona joven y single, son habituales las comidas entre horas y también las invitaciones a cenas con amigos. Para facilitar todas las actividades, la zona de cocina y comedor se ha tratado como una sola unidad, algo que además ha permitido aprovechar al máximo la capacidad de almacenamiento.

A lo largo de toda la pared de la cocina hasta el comedor se han diseñado una serie de armarios altos, bajos y estanterías que quedan totalmente integrados. «En espacios tan pequeños es muy importante generar sensación de amplitud, pero a la vez dotar de mobiliario funcional con gran capacidad de almacenamiento» explican las interioristas de Düem Studio.

La isla central, además de muy cómoda, capta todo el protagonismo. Su presencia, entidad y carácter se consigue gracias a los muebles bajos de melamina símil porcelánico y a la encimera de un porcelánico real. La mesa de comedor contigua compensa el peso visual de la isla gracias al efecto de ligereza de sus patas de vidrio.

Las cortinas venecianas en negro tamizan la luz natural. El salón, abierto a la cocina y al comedor, cuenta con un sofá y un puf rectangular, ambos en un discreto tapizado gris, que han sido diseñados a medida por Düem Studio.

Coherencia mediante una secuencia de escasos materiales

Un espacio no sólo queda delimitado por las paredes, «también influye cómo se utilizan los materiales» puntualizan desde Düem Studio. La sensación de espacio coherente global y diáfano se ha conseguido con una selección de pocos materiales, que se van repitiendo en toda la planta: aplacados traseros de estantería con melamina acabado madera de olmo oscura, armarios con acabado liso color gris piedra y estanterías de MDF lacado con un acabado negro. Con esta combinación de materiales se ha creado un ritmo de repetición. La luz indirecta en las estanterías contribuye a dar profundidad y dinamismo al conjunto.

Una planta superior de 28 m² con habitación doble, despacho y baño

La nueva distribución de la planta superior, cuya superficie es 28 metros cuadrados, ha supuesto eliminar tres habitaciones muy pequeñas y dar vida a una habitación doble con vestidor, un baño y un despacho completo, con posibilidades de conversión a habitación simple si en un futuro fuera necesario.

El tratamiento estético opta por la sencillez y la pureza de líneas, para lograrlo el cromatismo en blanco y negro domina las estancias. En la zona de distribuidor, discreta a nivel de materiales, los tiradores, la barandilla, la lámpara suspendida y la iluminación ofrecen el contraste perfecto en color negro.

Las puertas correderas han sido grandes aliadas para ganar espacio. El guiño a la conciencia medioambiental lo pone la lámpara negra suspendida, realizada en cuerda fabricada con botellas de plástico recicladas y trenzada artesanalmente.

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