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Habitaciones secretas, la tendencia de la que nadie habla

Como su nombre indica, las habitaciones secretas son estancias que no solo se mantienen ocultas en las conversaciones habituales (entre amigos, con la familia, etc.), sino también en el propio sector del interiorismo, sin embargo «existe actualmente un incremento en este tipo de trabajos tan peculiares», comenta Alberto Torres, fundador del estudio de interiorismo que lleva su nombre, del Grupo PortobelloStreet.es. La razón con la que el interiorista justifica este secretismo en el ámbito profesional se debe precisamente a «la necesidad de discreción y confidencialidad que exigen estas peticiones, además de la experiencia y profesionalidad que requieren».

En sus más de 27 años en el sector de la decoración, Torres ha recibido peticiones de habitaciones ocultas, y compartimentos secretos en muebles y vestidores, aunque reconoce que «de un tiempo a esta parte se nos ha multiplicado la demanda de este tipo de proyectos«.

La respuesta la encuentra en la llegada a España de clientes de otros continentes con alto poder adquisitivo «donde este tipo de necesidades son más habituales», afirma. Madrid y Barcelona son las ciudades en las que más trabajan estas peticiones, seguidas de otras como Marbella, San Sebastián, Ibiza, Mallorca y Girona, donde los clientes tienen sus segundas residencias.


La creación de estas habitaciones secretas en las viviendas puede responder a diversos intereses. Hay quien las solicita por cuestiones de seguridad, de poder esconderse en caso de un posible robo encontrándose dentro de la vivienda, conociéndose como ‘habitaciones del pánico’. Otras peticiones tienen un componente más personal que responde a deseos y/o necesidades de carácter íntimo, tal como explica el propio Alberto Torres: «En una ocasión, un cliente nos solicitó reproducir la habitación roja de ’50 Sombras de Grey’ en una estancia oculta de su vivienda».

El componente clandestino de estos proyectos es lo que hace que «resulte casi un tabú hablar de ello, pero la realidad es que estas estancias secretas existen, se solicitan, y más de lo que creemos, sea cual sea su uso final», comenta el interiorista. Cabe entender, pues, que se trata de una tendencia en el sector del interiorismo «de la que se habla más bien poco porque no se puede desvelar dónde se encuentra el proyecto, ni mostrarlo, por razones obvias, sobre todo en viviendas particulares», añade Torres.


Este exclusivo Speakeasy clandestino ya no es un secreto

Pero esta situación cambia cuando se trata de un proyecto público, como puede ser un Speakeasy, cuyo origen se remonta a los bares clandestinos que surgen con la Ley seca en los años 20 en Estados Unidos.

El estudio de interiorismo Alberto Torres ha realizado recientemente The Macallan, un Speakeasy dentro de la sastrería Púgil Store, en el Barrio de Salamanca de Madrid, un proyecto que le ilusiona especialmente porque «por primera vez lo puedo contar y mostrar a todo el mundo», explica.

El desarrollo es el mismo: crear un espacio oculto, en este caso, en la trastienda de la propia sastrería en forma de bar, dirigido a su exclusiva clientela con la idea de ofrecerle un lugar discreto donde reunirse y tener privacidad, mientras visitan la tienda. Asimismo, también se usa como espacio para eventos afines a la marca.


La idea surge a raíz de la reforma del local para la que los propietarios solicitan al estudio de interiorismo «una transformación espectacular que incluyera un espacio especial, que trascendiese y estuviera en boca de sus clientes«, explica Alberto Torres. De la mano de su socio David González, experto en desarrollo de negocio, y tras barajar varias opciones, se plantean esta sugerencia de valor en forma de Speakeasy como «propuesta única, inolvidable y diferencial».

Este espacio oculto y exclusivo ya ha dejado de ser un secreto para convertirse en un proyecto elegante y diferenciador que podemos contar y mostrar

Este bar clandestino exclusivo se sitúa al fondo de la sastrería, en el antiguo almacén, y se accede a través de la puerta oculta en forma de uno de los espejos de la zona de probadores. Llama la atención el predominio del color negro y los toques dorados del mobiliario y los detalles, así como la estudiada iluminación, destacando diferentes piezas hechas a medida para el proyecto. «Este espacio oculto y exclusivo ya ha dejado de ser un secreto para convertirse en un proyecto elegante y diferenciador que podemos contar y mostrar», confiesa orgulloso Alberto Torres.

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