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Residencia de estudiantes en el barrio de el Arenal, Sevilla

El edificio se encuentra en el barrio del Arenal, un entramado de calles estrechas y alargadas a extramuros de la ciudad histórica y a medio camino entre la Catedral y el río Guadalquivir.

Ocupa un solar próximo a las Atarazanas medievales y a la plaza de toros de la Maestranza, un espacio que en su día formaba parte de una antigua fundición y almacén de hierros de estética regionalista. Con frentes a la calle Rodo y a un pequeño adarve trasero aún más estrecho, el solar queda delimitado lateralmente por las medianeras de los edificios contiguos.


Hacia el exterior el edificio dialoga con la arquitectura tradicional que lo rodea, integrando una nueva arquitectura atenta a su tiempo pero que se incardina en la memoria histórica del lugar. No lo hace recurriendo al mimetismo, ni tampoco a la ruptura tan propia en ocasiones del movimiento moderno, sino a través del diálogo con su entorno y el respeto hacia el carácter histórico del barrio, reinterpretando sus tradicionales fachadas de huecos alargados y pequeños balcones pero pasadas por el tamiz de un lenguaje actual y dinámico.

Proyectamos una fachada para ser vista no solo de forma frontal, sino también dada la estrechez de las calles, desde el lateral. Esta visión del edificio lateral y sesgada deviene en principal, incorporando un diseño nuevo y de calidad sustentado en materiales tradicionales y sostenibles como son el mortero de cal, la cerámica esmaltada y el hierro pintado para balcones y cancelas. Frente al predominio del blanco, la fachada incorpora una nota de color mediante los recercados de azulejos esmaltados que rodean los rehundidos de fachada. El gesto sencillo de enmarcar mediante los rehundidos los huecos de las plantas superiores consigue que estos aumenten su presencia y destaquen sobre el plano de fondo.

Una vez dentro del edificio el espacio se articula en torno a un patio central que es el elemento que asume todo el protagonismo. Cubierto por una ligera montera de vidrio transparente, el patio transita verticalmente todos los niveles inundando de luz natural el corazón del edificio.


La luz natural se convierte así en la materia principal que construye el espacio interior, fluido y continuo, intimo e introvertido. El patio bañado de luz y acompasado por el rumor del agua de la fuente, es un lugar de estancia sosegado y tranquilo que deviene en punto de encuentro y disfrute de la vida en común de los estudiantes.

Este patio no solo constituye una zona de estancia en planta baja, en las plantas superiores dos grandes pasarelas cruzan el vacío de lado a lado, al mismo tiempo que las galerías perimetrales se dimensionan con una anchura generosa, de modo que surgen nuevos espacios con posibilidad de asumir múltiples usos que se configuran como lugares de encuentro y estancia, a la vez que de tránsito.

La planta del edificio de geometría básicamente rectangular, cuenta con dos crujías de habitaciones que se abren a las calles, mientras que en los laterales correspondientes a los muros medianeros se disponen, a un lado una banda que agrupa los elementos de comunicación vertical y al otro dependencias de uso comunitario como son la sala de estudio, el gimnasio y la lavandería.

La estructura del edificio se resuelve con estructura metálica dejada a la vista, en la que pilares y forjados aligerados de chapas plegadas definen y organizan los distintos espacios. Todos los elementos estructurales se pintan de color blanco a excepción de las chapas plegadas de acero galvanizado de los forjados que permanecen en su color natural y a la vista definiendo así una brillante, luminosa y vibrante trama sobre los techos.

La organización de la residencia sigue el esquema tipológico tradicional de la casa sevillana zaguán-patio-estancias, de este modo el zaguán se convierte, merced a su condición de espacio filtro con doble cerramiento (cancela de barrotes y puerta acristalada) en un eficaz y solvente regulador térmico que actúa conjuntamente con las ventanas de la montera acristalada.

El edificio logra alcanzar la mayor eficiencia energética sin acudir a sofisticados sistemas activos de control climático ni a costosas maquinarias, tan solo recurre a procedimientos sencillos, quizá puestos a punto y actualizados, ya experimentados por la tradición y la memoria. Estos procedimientos son, entre otros, buen factor de forma, ventilación natural, control solar adecuado, iluminación natural, relación adecuada superficie cerrada/acristalada, utilización de aerotermia, recogida de las aguas pluviales para riego de la vegetación y sistema de control de temperatura centralizado.

Arquitectos: Garcia & Melero Arquitectos
Eduardo Melero Rada e Ignacio García Carrasco
(proyecto y dirección de obra)
Arquitecto Técnico: Pablo Trujillo (dirección de obra)
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