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Recuperando las palmeras: un nuevo y elegante hotel y plaza pública en el corazón de Sevilla

EL estudio Borgos Pieper ha concluido gracias a Millenium Hotel Real Estate un nuevo hotel Radisson Collection de cinco estrellas y transformado la Plaza de la Magdalena en el centro histórico de Sevilla. El proyecto LEED Gold ha reinventado por completo dos edificios, que juntos definen el límite occidental de la plaza: “Edificio Magdalena”, unos antiguos almacenes comerciales con fachada de cristal de los años 60, y “Edificio Rioja”, un edificio de oficinas más pequeño que bordea la calle Rioja. En Magdalena estuvo ubicado en su momento el Hotel Paris, un hotel adornado con palmeras, el lugar de moda para ser visto a finales del siglo XIX. El diseño busca restaurar algo de este glamour perdido, creando un nuevo y elegante destino para los visitantes en una atractiva plaza peatonal.

El enfoque del diseño es tranquilo, refinado y actual, pero se inspira en la historia de la zona y la mezcla de estilos arquitectónicos de Sevilla. La impresión general es contemporánea, pero respeta el ritmo y las proporciones tradicionales: la fachada de piedra está abujardada a nivel del suelo, en contraste con los bloques lisos de arriba. Bajo la cornisa hay un friso sencillo y lineal, y en la base del edificio hay una pérgola de color bronce.

El enfoque del diseño es tranquilo, refinado y actual, pero se inspira en la historia de la zona y la mezcla de estilos arquitectónicos de Sevilla

Detalles: un delicado cofre de joyas

Entre las características más distintivas están las barandillas, que dan la impresión de un joyero, brillando desde el interior. Su intrincada filigrana está inspirada en el elaborado trabajo en aluminio cortado al láser de los balcones de la ciudad y los motivos de las tradicionales celosías mudéjares.

En lo que se refiere al piso superior del edificio Magdalena, se retira para crear terrazas para invitados y mantener un perfil del edificio consistente. La estructura, similar a un pabellón, está envuelta en listones de aluminio anodizado en color bronce para que parezca retroceder. En la azotea del edificio Rioja hay una piscina y una gran terraza ajardinada. La entrada del hotel se ha trasladado a la calle lateral entre los dos edificios, que se conectan por una pérgola de aluminio anodizado de color bronce, una referencia a los toldos de algodón que se colocan a lo largo de las calles españolas para dar sombra.

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Interiores: una interacción entre lo orgánico y lo geométrico, lo antiguo y lo nuevo

En contraste con la fachada, clásica y sobria, el núcleo del edificio es contemporáneo. En el edificio Magdalena, pasillos curvilíneos de paneles blancos rodean una escalera central iluminada desde arriba. A partir de la primera planta, el edificio Rioja se organiza en torno a un patio acristalado, que lleva luz natural al centro del edificio, donde cuatro árboles introducen el verdor de la plaza en el hotel.

El arquitecto Etienne Borgos destaca que su enfoque «proviene de nuestra investigación; estudiar los edificios de Sevilla y conocer la historia de la Plaza de la Magdalena. Sentimos que la arquitectura no tiene que gritar ni competir por la atención, puede ser tranquila en sus proporciones, escala y relación con la plaza. Estamos mirando al pasado y al futuro al mismo tiempo, buscando un equilibrio: el resultado es un edificio que pertenece a su lugar, pero también a su tiempo”.

Las 89 habitaciones están diseñadas para ser apacibles y elegantes. La sofisticada paleta de accesorios de bronce, vidrio translúcido, mármol y suelos de parqué se acentúa con muebles en tonos azules. Para las paredes se han seleccionado fotografías en blanco y negro de Sevilla, que celebran la arquitectura y la vida urbana de la ciudad. Los baños cuentan con espejos redondos y un tocador diseñado a medida por los arquitectos; sus curvas de bronce evocan la arquitectura del hotel.

Plaza de la Magdalena: un escenario para la vida urbana

La labor de Borgos Pieper se extiende más allá del hotel para incluir la peatonalización y el rediseño de toda la plaza, en colaboración con el Gobierno local y las autoridades de Patrimonio y Transporte. El proyecto transforma la Plaza de la Magdalena de una rotonda, dominada por vehículos, a una atractiva plaza pública transitable que se conecta con la red peatonal a lo largo del casco antiguo. Se han peatonalizado las calles y se han reubicado los setos para restituir a la fuente como la pieza central de la plaza. Las nuevas zonas pavimentadas proporcionan un espacio cívico donde sociabilizar y se han plantado árboles para dar sombra y devolver la vitalidad a este rincón de la ciudad que una vez supo ser atractivo.

“Ambos eran edificios abandonados en una plaza descuidada. Queríamos sanar el espacio y devolver la vida a los edificios. Al reutilizarlos, evitamos generar una gran cantidad de residuos, derrochando energía y materiales. También redujimos la contaminación, retirando vehículos y plantando nuevos árboles. El proyecto muestra los beneficios de aunar nuevos desarrollos con la inversión en espacio público, tanto para las personas como para el medio ambiente”, destaca la arquitecta Nadine Pieper.

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