InicioDestacadasAmpliación IES Jacarandá: un nuevo espacio de transición vibrante y luminoso

Ampliación IES Jacarandá: un nuevo espacio de transición vibrante y luminoso

El instituto Jacarandá se encuentra en la localidad de Brenes, inmerso en la fértil vega sevillana del Guadalquivir, en un paisaje de gran amplitud caracterizado por una topografía completamente plana rodeada de zonas de cultivo.

La ampliación del centro, firmada por Palenzvela Taller de Arquitectura, tiene lugar en una pequeña parcela intersticial, entre un ala del edificio existente y el pabellón polideportivo, orientada al sur frente a la vega. La nueva construcción se concibe desde una gran compacidad para cumplir con un estricto programa de necesidades compuesto por aulas y talleres que se encuentren perfectamente comunicados con el edificio existente.

Desde la conexión de la nueva construcción y la preexistencia de la medianera del antiguo edificio, surge la necesidad de crear un intervallum, un nuevo espacio de transición que dialogue entre el espacio exterior del patio y el interior de la construcción. De igual modo, este espacio intersticial se relaciona con la zona de juegos, ya que también funcionará como puerta de entrada de la nueva ampliación.

Las aulas se distribuyen a ambos lados del pasillo central que conecta con la línea de circulación principal del edificio actual en sus tres plantas. La transición de lo existente a la nueva ampliación se realiza sin estridencias, adoptando un lenguaje arquitectónico austero, sereno y no disruptivo con el edificio existente que es obra de finales de los años 90 de los arquitectos Albalá y Cordero. En los interiores predominan los alicatados de color azul cobalto y los forjados en hormigón visto, recreando un ambiente funcional y fresco para el uso diario de la actividad docente.

El exterior está protagonizado por la apertura espacial o intervallum que se abre en fachada como una amplia entrada que se transforma en un vaso comunicante entre la zona de juegos al sur y el jardín del norte. Este espacio se materializa por medio de un alicatado de azulejos vidriados de color amarillo albero que es vibrante y luminoso. Los brillos y reflejos provocados evocan claras reminiscencias a la tradición azulejera hispalense. La explosión de luz y color se convierte en el nodo de conexión de la actuación con respecto al edificio matriz y se erige como eje generador de la intervención.

En los interiores predominan los alicatados de color azul cobalto y los forjados en hormigón visto, recreando un ambiente funcional y fresco para el uso diario de la actividad docente

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