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Un lujo sostenible en busca del consumo energético cero

La compañía especializada en construcción pasiva industrializada Arquima presenta uno de sus nuevos proyectos residenciales ubicado en el municipio de S’Agaró (Girona). Con una superficie de 288 m² construidos, se trata de una vivienda que será certificada Passivhaus y que aúna diseño y sostenibilidad, ofreciendo a sus dueños la posibilidad de vivir en condiciones óptimas en un entorno privilegiado, en plena Costa Brava.

Diseñada por el equipo de arquitectos de Arquima —Ana Martínez, Stefano C. Ascione y Sara Ferreras—, en colaboración con el arquitecto técnico Jordi Collado, la vivienda se desarrolla en dos alturas, planta baja y planta primera y consta de 6 habitaciones y 5 baños. El primer nivel se presenta como un solo volumen alargado en el que los espacios servidores (acceso, sala de instalaciones, baños, etc.) están ubicados al norte y los espacios de día (suite principal, salón- comedor, cocina) están volcados hacia el sur. 

Toda la planta del proyecto está pensada como un volumen alargado quebrado, adecuándose así lo mejor posible a los condicionantes del terreno. Es decir, se ha proyectado un volumen que invade lo menos posible la zona arbolada de la parcela, dejando espacio al fondo del solar para la colocación de una piscina.

En la planta baja, una escalera abierta de dos tramos preside el espacio, aportando mayor espacialidad al salón y a la zona de acceso a la vivienda.

La planta primera se desarrolla como una zona más privada, compuesta por un programa de cuatro dormitorios, tres baños y una sala de juegos.

Los materiales exteriores utilizados son un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) con un revoco mineral en color blanco que reviste los cerramientos longitudinales que envuelven el volumen en planta baja y primera. En cambio, los cerramientos de la envolvente en la orientación sur han sido revestidos parcialmente con un acabado de madera de Douglas sin albura.

La construcción se ha llevado a cabo con el sistema industrializado de Arquima. Este sistema permite cumplir con gran facilidad los principios básicos del Passivhaus: gran aislamiento térmico, envolvente estanca al exterior, control de puentes térmicos, uso de carpinterías de altas prestaciones e instalación de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor.

Esta nueva vivienda combina todos esos factores consiguiendo que las necesidades de calefacción o refrigeración del aire interior se reduzcan un 80% respecto a una vivienda de construcción tradicional. En su interior no hay corrientes de aire y la temperatura, constante entre los 22 y 24 grados, no varía de una habitación a otra, por lo que es muy confortable.

Se consigue que las necesidades de calefacción o refrigeración del aire interior se reduzcan un 80% respecto a una vivienda de construcción tradicional

Una cuidada decoración

Los dueños de la vivienda han optado por una decoración minimalista, y nada recargada, basada en tonos claros y neutros. La planta baja es un único espacio diáfano, con mucha luz natural, que combina el blanco de paredes y techos con un pavimento laminado de roble.

Esta amalgama de tonalidades claras crea una atmósfera armoniosa y equilibrada y transmite calma, sencillez y elegancia. Un diseño con grandes ventanales en la cara sur de la vivienda hacen que la luz mediterránea tan característica de la Costa Brava invada todas las estancias y ofrece una gran sensación de amplitud y naturalidad, y la instalación de una viga de madera en el salón-comedor actúa como separador de ambientes.

La decoración de esta acogedora vivienda de típico estilo mediterráneo ha tenido muy en cuenta todos los elementos necesarios para transmitir serenidad a sus habitantes y sus posibles invitados. Los colores neutros de muebles y complementos (sofás, sillones, alfombras, lámparas, etc.) en tonos beige y gris claro, contrastan con el verde del entorno exterior y con el azul intenso típico del cielo del Baix Empordà.

La cocina, abierta al salón y muy funcional, también sigue la línea decorativa del resto de la casa y está pensada no solamente como un espacio para cocinar, sino para compartir buenos ratos en familia. Dispone de un frente de silestone blanco y de un extenso sobre de madera en tono claro, con isla integrada, que acaba en una pequeña barra con espacio para dos comensales, ideal para desayunos.

Los dueños de la vivienda han optado por una decoración minimalista, y nada recargada, basada en tonos claros y neutros

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