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Mestres Wåge diseñará el nuevo nodo formativo y tecnológico del sector de la náutica en Barcelona

El ayuntamiento de Barcelona, bajo licitación de la empresa municipal BIMSA y en el marco de las actuaciones que realiza para la renovación del litoral urbano y el impulso de la Economía Azul, ha organizado un concurso restringido para el diseño del nodo formativo y tecnológico de la náutica en la ciudad condal.

AEREA MestresWage Nautic Barcelona C2

La propuesta desarrollada por el despacho internacional Mestres Wåge —con sede en Barcelona y Oslo— resultó ganadora en el concurso a dos vueltas, en el que participaron 50 despachos de reputada trayectoria entre los que figuran nombres como Sergison Bates Architects, Estudio Carme Pinós, BAAS, DATAAE o Mario Corea Arquitectura, entre otros. De las diez obras que pasaron a la segunda fase, el proyecto de Mestres Wåge sobresalió, en palabras del jurado, por su alta calidad arquitectónica y urbanística. Se subrayan la inteligente ordenación de los usos y el sistema estructural propuesto, así como su permeabilidad y capacidad de apropiación del espacio público.

El nuevo equipamiento tendrá 13.689 metros cuadrados de techo edificable, repartidos prácticamente a partes iguales entre la Facultad de Náutica de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y una incubadora para empresas emergentes con componente tecnológico relacionadas con la economía azul, es decir, cuya actividad económica esté vinculada al mar. El innovador volumen se ubicará en la Bocana Norte del puerto de Barcelona y dispondrá de 5 plantas de altura y una planta subterránea.

Calidad arquitectónica y urbanística de la propuesta

El futuro edificio, cuya finalización está prevista para 2026, formará parte del sistema de equipamientos del entorno urbanístico de la Bocana Norte, la zona más reciente del puerto de Barcelona. El nuevo nodo náutico, entre reflejos de arquitecturas de vidrio, se quiere erigir como puente de mando de esta bocana, con una visión panorámica en el dominio marítimo. La propuesta rompe con el iconismo y monolitismo de los edificios contenedores colindantes y propone un apoderamiento del nuevo espacio público urbano mediante diversas estrategias, siendo la composición volumétrica y las alteraciones en fachada lo que permiten que el edificio sea percibido en diferentes escalas y matices.

De esta manera, se enriquece la percepción del nuevo espacio público, al alterar el skyline y derribar las impermeabilidades imperantes, al generar visuales de interiores cálidos y vitalizados. En concreto, la fachada principal, sobre el Paseo Juan de Borbón, en su modulación, transparencias y piel cerámica complementa los frontales laterales que muestran la configuración del pórtico estructural, y dota de ritmo y orden, tanto al interior como al exterior. A su vez, el juego de llenos y vacíos, la permeabilidad, la ubicación estratégica de los accesos y la escaparatización del canal de experiencias hidrodinámicas le confieren la capacidad de difuminar las fronteras físicas y lograr una relación fluida entre interior y exterior.

Calidad de los espacios interiores y ordenación de usos

Entendido como una moderna ágora de la náutica, el nuevo espacio, que se configura como punto de encuentro para estudiantes, emprendedores, empresas y profesionales, tiene un carácter industrial, fruto de los condicionantes de sus exigentes espacios de innovación.

En cuanto a los usos, en la planta baja, a la que se accede tanto desde el sur como del norte, y a ambos lados, se sitúan las partes más públicas del programa, todas ellas de uso compartido: el auditorio, la sala polivalente, el restaurante, el comedor y el área de descanso. Esta configuración abierta invita al ciudadano y da gran flexibilidad a los usuarios, permitiendo la celebración de eventos más o menos privados sin interferir en el uso ordinario del equipamiento. Sobre este espacio central de planta baja, se abren dos atrios que perforan todas las plantas del edificio y regulan el clima y la iluminación del mismo. El atrio sur, desde donde el usuario tiene una vista privilegiada de la ciudad con el puerto y Montjuïc en primer plano, llega a fachada oeste y funciona como acceso a cada piso. Allí, están también la escalera y el núcleo de ascensores y montacargas. Entre ambos patios se coloca el programa más público de cada planta.

La última perforación, entre dos de los pórticos estructurales, genera una terraza en planta cuarta para uso interno de los usuarios de Barcelona Activa, que conecta con su comedor y tiene vistas a la ciudad. La zona privativa de Barcelona Activa ocupa las dos últimas plantas del edificio. A su vez, el área de ocupación, el coworking de economía azul y el espacio divulgativo se reparten la tercera planta con el centro de simulación integral. Las aulas y los laboratorios de la UPC, la parte del programa de mayor densidad, ocupan las plantas primera y segunda. En la planta sótano, se colocan el canal de experiencias hidrodinámicas, el túnel de viento, los laboratorios de máquinas y construcción naval y parte de las piezas del área interna.

Entendido como una moderna ágora de la náutica, el nuevo espacio, que se configura como punto de encuentro para estudiantes, emprendedores, empresas y profesionales, tiene un carácter industrial

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