fbpx
InicioDestacadas¿Quién no querría vivir en esta casa de ensueño?

¿Quién no querría vivir en esta casa de ensueño?

El estudio de arquitectura Joan Folch Arquitectes ha diseñado esta idílica vivienda en el municipio barcelonés de Matadepera​. Consta de diferentes volúmenes y piezas, orientadas al máximo a sur, que se organizan alrededor de un original patio central a partir del cual nace la estructura de circulación perimetral de la vivienda. La idea se basa en la estructuración de un volumen de hormigón con grandes voladizos y diferentes alineaciones que gravitan sobre una planta baja vidriada y ligera. El juego de vuelos y cortes genera una estructura de pliegues que se superponen y dan sentido a las diferentes alturas interiores.

La planta se estructura mediante una disposición geométrica oblicua que genera un dinamismo al conjunto y permite generar una serie de figuras que juegan con el cuerpo paralelepípedo de la parcela.

La relación interior exterior del proyecto es toda una declaración de intenciones de la propuesta, así como el tratamiento de una volumetría angulada que juega con diferentes alineaciones y materiales. Estos contrastan con materiales pesados que se confrontan con los espacios y transparencias, que hacen que la magnitud de la volumetría acabe constituyéndose como un atributo positivo y singular.

Singularidad en estado puro en la cocina

Los propietarios de esta vivienda tenían claro que la cocina sería un espacio clave y, por ello, la han dotado de grandes cristaleras para aprovechar al máximo la iluminación natural. Teniendo siempre en cuenta el gusto y las necesidades del cliente, Infrastructuras Yeste, de la mano de su arquitecto, planteó el reto de diseñar una cocina en concordancia con el resto de la casa. Por este motivo, se ha optado por el modelo Roka en porcelánico de la firma Rekker. La combinación de materiales nobles como la piedra y madera son siempre una apuesta segura.

Se han revestido las paredes y puertas del mismo color negro abujardado, creando un bloque homogéneo que resalta, sin estridencias, en una arquitectura sobria y luminosa. La isla y los muebles columna se han dispuesto en paralelo, reuniendo todo lo necesario para cocinar y almacenar de forma compacta y organizada. Siguiendo la idea de una cocina con líneas sobrias y depuradas se ha optado por simplificar los frentes utilizando un sistema de perfil gola y motorizando todas las puertas de las columnas para evitar la presencia de tiradores. La isla, situada justo en el centro, adopta una forma escultórica que hace olvidar su naturaleza de mueble de almacenaje.

Asimismo, se han simplificado la encimera y el fregadero fusionándolos en una sola pieza realizada en el mismo material que el resto del mobiliario, otorgándole así mayor calidad y durabilidad. El extremo más cercano al comedor alberga varios armarios columna con apertura eléctrica donde se integran electrodomésticos, módulos de servicio con cajones interiores y un mueble escamoteable. Los frentes de este último se ocultan temporalmente en los laterales, dando accesibilidad total a su interior, totalmente personalizado.

Incluye estantes con iluminación, horno, microondas, vinoteca y un área de trabajo auxiliar con encimera y enchufes móviles. Por ello, resulta ideal como zona de desayunos, o bien para utilizar pequeños electrodomésticos sin cambiarlos de lugar. Para completar el lineal, en ambos extremos encontramos muebles despenseros con paneles retroiluminados, una de las múltiples opciones que ofrece Rekker para hacer más accesible el producto almacenado. Una vez cerrado el mueble, todo queda recogido y apartado de la vista, un factor clave tratándose de una cocina abierta a otros espacios de la casa. 

artículos relacionados