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Polivalencia y adaptabilidad para afrontar los nuevos desafíos sanitarios

ENERO Arquitectura ha abordado el proyecto del Centro Médico Quirónsalud Valle de Henares con el objetivo de crear un edificio vivo e innovador, que tenga la posibilidad de crecer en función de las exigencias asistenciales de la zona. El nuevo espacio sanitario se sitúa en una parcela de 17.600 m², sobre la que se han edificado —en una primera fase— 2.047 m², con la posibilidad de ampliar el edificio hasta los 11.500 m² según las necesidades futuras de la zona de influencia. Se ha diseñado un edificio muy compacto y eficiente, de tres plantas, con una volumetría sencilla y atractiva que albergará en la actualidad 29 consultas, un área de radiodiagnóstico, espacios de rehabilitación y de análisis clínicos.

“Si algo ha incorporado la pandemia al sector de la arquitectura hospitalaria es su capacidad para dar soluciones concretas al contexto de incertidumbre sanitaria que domina el mundo en este momento”, comenta Francisco Ortega, director general de ENERO Arquitectura. El desarrollo constructivo parte de un sistema altamente eficiente que incorpora elementos industrializados para la construcción de las fachadas, cuyas principales ventajas han sido la reducción de los tiempos de ejecución de obra y el control exhaustivo de calidad en todo el proceso de edificación, impulsando la calidad arquitectónica. Uno de los principales objetivos que se pretendían con este proyecto era un acomodo formal que permitiera identificar claramente este edificio con su homólogo, también proyectado por ENERO, en el cercano municipio de Torrejón de Ardoz (Madrid), dotándolo de una apariencia semejante.

El desarrollo constructivo parte de un sistema altamente eficiente que incorpora elementos industrializados para la construcción de las fachadas

El conjunto se articula en torno a un gran volumen y se posiciona en un extremo de la parcela. La nueva edificación deja a sus espaldas el espacio suficiente para futuras ampliaciones, pero previendo el espacio necesario para la resolución de los accesos y el aparcamiento en la parte frontal del edificio.

Como en todos sus proyectos, ENERO Arquitectura vuelve a plasmar su seña de identidad por medio de la integración de amplios lucernarios que favorecen la entrada de abundante luz natural en el centro, estableciendo un sutil juego con los colores claros y las líneas de luminarias instaladas a lo largo de los techos. Una combinación que da como resultado espacios amables y tranquilos perfectos para la espera y asistencia de los pacientes; así como para los trabajadores.

El edificio está proyectado para lograr un alto grado de eficiencia energética con elementos activos y pasivos de ahorro energético, sinónimo de sostenibilidad. La última finalidad de esta construcción es la de dotar a la zona de un centro sanitario del siglo XXI, donde la humanización se consigue por medio del diseño integrador de la tecnología y los espacios para conseguir la mejor calidad asistencial.

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