Bajo la firma de Carlos Seoane Arquitectura, O Lavadeiro Do Rio Artes es un trabajo de recuperación de un lavadero construido en los años 40 y, a la vez, de puesta en valor de un espacio público singular hasta ahora en desuso.
Espacio de la mujer
Los espacios de los lavaderos han tenido en la Galicia rural una doble función, una inmediata como un lugar de acceso al agua corriente donde poder lavar cuando no existía todavía el suministro de agua extensivo y una segunda como espacio de relación entre las mujeres del entorno.
El lavadero ha sido tradicionalmente un espacio exclusivo de la mujer y un lugar de relación entre las vecinas. Un ámbito donde el hombre no podía entrar y donde las mujeres del lugar se relacionaban fuera del espacio del hogar marcado por la estructura de la familia. El lavadero ha sido, por tanto, un espacio de relación social pero, a la vez, un espacio único de exclusividad femenina y, en consecuencia, un lugar de especial valor antropológico.
La propuesta de recuperación pretende con la realización de una grada en “V” ese carácter de espacio de relación con una actuación que fomente de algún modo la interacción entre las personas que lo visiten, pero a la vez con espacios distintos donde también se pueda estar en tranquilidad y hasta en cierta soledad como es un bolo de piedra justo en frente de la grada.
El lugar se sitúa en el cruce del río Artes con la carretera que va a Corrubedo, en las proximidades del Parque Nacional de las dunas de Corrubedo. Un espacio definido por un paisaje de fuerte carácter rural. La propuesta pretende recuperar el lavadero como un espacio donde el agua circulante del río sea la protagonista dándole al lugar una dimensión sobre todo social pero también de reflexión, donde la presencia de una corriente sosegada de agua de 30 m de longitud a la sombra de árboles autóctonos permita un estado de percepción distinto, precisamente en un punto que puede ser de encuentro, al llegar o al partir por una senda de naturaleza que hay al borde del río Artes (5km) y que llega hasta las inmediaciones del Dolmen de Axeitos.
La primera propuesta de actuación ha sido recuperar el estado original derribando la cubierta metálica con su estructura de hormigón y recuperar a la vez la acometida de agua desde el río que se había perdido dado el desuso del espacio como lavadero. Se recupera también los espacios circundantes adoquinando las plataformas de llegada y los pasillos laterales, pero dejando siempre visible el paso del agua mediante una cubrición distinta con losas de piedra recicladas.
El material básico propuesto es granito silvestre de Barbanza de una cantera situada a escasos 15km del lugar, permitiendo así realizar una propuesta sostenible, con un material como es el granito de nulo mantenimiento y de fácil reciclaje, pero a la vez con esa capacidad que tiene la piedra para transmitir una cierta idea de eternidad.
