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Un cuidado estadio para los grandes amantes del atletismo

Bajo la firma de Estudio Cano Lasso y con una superficie construida de 1.450 m2, el estadio de atletismo de Vallehermoso, ubicado en Madrid, dispone de una pista con ocho calles y 400 metros de cuerda, con curvas de un solo radio de 36,5 metros y pavimentación con material sintético; graderío parcialmente cubierto para 10.000 espectadores (todos sentados) y una recta cubierta de entrenamiento de 75 x 12 metros.

Una pista con historia

Desde 1961 ha sido la pista de referencia del atletismo español, siendo también la primera pista en nuestro país en instalar pavimento sintético. Por su anillo han pasado los mejores atletas mundiales, como Said Aouta, Carl Lewis, Edwin Moses o Yerena Isinbáyeva, que superó el récord del mundo en esta pista. También se batieron 258 récords de España, constituyendo un histórico e inolvidable pasado. Asimismo, cabe destacar que este mismo lugar lo había ocupado la Sacramental de San Martín y San Ildefonso, entre 1849 y 1927, según traza del arquitecto Wenceslao Gaviña.

El antiguo y obsoleto estadio de seis calles fue demolido en 2008, el ahora construido está preparado tanto para acoger las competiciones de alto nivel según la normativa IAAF como para alojar Escuelas de Iniciación y Aprendizaje. Y, a diario, se abre a los atletas de Madrid para su entrenamiento.

El plano del suelo se adecua, se labra y se modifica para obtener el vacío cráter que contiene la pista. Debajo de él se sitúan los servicios propios: vestuarios, oficinas, aseos, almacenes, aparcamiento… que, gracias a la diferencia de cota de las calles que forman su perímetro, tienen entrada de luz y ventilación directa.

Sobre el plano “labrado” del terreno se levanta el ligero velo de la cubierta de ETFE que se enlaza con la bóveda de la recta de entrenamiento, un cuerpo sobreelevado del suelo que acompaña y abraza al estadio en su lado de poniente. En el resto de las orientaciones se envuelve al estadio con vegetación, arbustos y arbolado, hasta construir una isla verde en la trama urbana de Madrid. El color verde de la pista, único en el mundo, enfatiza esta idea.

La energía más limpia es la no consumida, por lo que, aprovechando que el uso principal es al aire libre, todos los espacios en los que no hay una permanencia constante de personas estáticas se adecuan térmicamente mediante sistemas pasivos, fundamentalmente ventilación natural. En la climatización de vestuarios, en invierno se aprovecha el calor latente del agua de las duchas mediante una ventilación forzada con recuperación de calor al 96% y en verano tan solo se ventila. El agua caliente se produce con energía renovable. Los espacios son luminosos y minimizan la utilización de luz eléctrica. Javier Odriozola es el impulsor y alma del proyecto.

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