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Arquitectura para sanar: nuevo centro de día para enfermos de Alzheimer

El nuevo centro de día para en enfermos de Alzheimer de Benavente (Zamora), proyecto de studioVRA (Rubén García Rubio & Sonsoles Vela Navarro), surge ante el creciente envejecimiento que sufre la población en su comarca. En el momento del diseño todavía no existía ningún esquema probado que estructurase esta tipología, aunque dicho crecimiento había sido progresivo en los últimos años en muchas regiones del país, de ahí que el programa inicial solo especificase la inclusión de espacios para la estimulación cognitiva y física y áreas para comer y reposar para 50 usuarios. Por ello, la primera tarea fue comprender el funcionamiento de esta tipología y cristalizarlo en un esquema arquitectónico.

Otra característica importante de partida fue la ubicación del centro dentro en una doble situación limítrofe (territorial y urbana). Por un lado, la localidad se ubica en la periferia de la gran meseta castellana por lo que está dotada de una topografía particular, entre lomas, valles y planicies, y una histórica condición de cruce de caminos, con la distribución de algunas de las principales arterias del país. A su vez, la parcela también se sitúa en un lugar limítrofe dentro del municipio, en una loma con cierta pendiente entre una zona de expansión y tierras de cultivo, lo que enfatiza nuevamente la conjunción de paisajes en el edificio.

Todo ello motivó el posicionamiento del edificio en la parte superior de la parcela para facilitar que un estrato de la misma pudiese girar rasgando la pendiente hasta crear una nueva planicie. Posteriormente, en un segundo movimiento, parte de dicho estrato se eleva verticalmente una planta para proteger al edificio en su frente urbano. De esta forma, se crea una nueva línea de horizonte, verdadera protagonista del proyecto, que simboliza la sinergia de la comunidad frente a esta enfermedad a la vez que dialoga con el paisaje.

Una vez en la superficie, el estrato emergente se excava para albergar los diferentes espacios que se dividen en cuatro zonas según sus niveles de privacidad y uso. Por un lado, dos grandes muros de contención se extienden hacia el exterior para marcar la entrada y separar los espacios públicos (diferenciados a su vez en administrativo y salas polivalentes) de los privados. Mientras que estos últimos se articulan alrededor de dos pasillos de gran anchura, aunque diversa para caracterizarlos y fomentar la orientación, concebidos como las estancias más importantes dentro del funcionamiento terapéutico del Centro. A partir de cada uno de ellos se accede al resto de espacios privados, uno da acceso a las estancias de uso frecuentes (aulas, baños geriátricos, patios-estancias…) y el otro a los espacios ocasionales (sala de estar, comedor…). Todos ellos proyectados según las necesidades específicas de personas con la enfermedad de Alzheimer. Así se desarrolla un esquema claro y rotundo que optimiza el funcionamiento del edificio, permitiendo el uso simultáneo, sencillo e independiente de las diferentes zonas, y el aprovechamiento de sus recursos energéticos.

En el interior adquieren gran importancia aquellos elementos que ayudan a cualificar el espacio y hacerlo más reconocible y cómodo para el paciente, como pueden ser la continuidad de la línea de barandillas en los pasillos, los patios-aulas que permiten desarrollar actividades en el exterior a la vez que obtener ventilación e iluminación natural o el uso de materiales que mejoran el confort del usuario y la utilización del Centro. En este sentido, las aulas cobran un valor especial tanto por su disposición espacial como por la utilización de los grandes ventanales que conectan el espacio excavado con el horizonte lejano.

El resto de la parcela es un gran jardín de dos niveles. No obstante, ambos están concebidos conjuntamente, incluso la parte superior se extiende sobre la cubierta-aljibe, debido a su común origen conceptual. De esta forma el edificio se relaciona con el paisaje tanto formal como materialmente. Pero, sobre todo, esta zona se concibe como la estancia más grande del Centro ya que en ella se fomentan las actividades al aire libre, lo que garantiza a los usuarios el contacto directo con el exterior y el paisaje de su memoria.

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