Hablar de Formentera conlleva transportarse a un universo de paz, equilibrio, serenidad, armonía y respeto por el medio ambiente. Adentrarse en la arquitectura de Marià Castelló significa entrar de lleno en ese cosmos en el que tierra, mar y aire se entrelazan a la perfección con construcciones austeras en su interior con una fuerza arrolladora en su exterior. Viajemos juntos a la menor de las islas Pitiusas para deleitarnos con los pinos y sabinas que conforman su paisaje, las aguas cristalinas que bañan sus costas y su agradable clima mediterráneo. Disfrutemos de su atmósfera inigualable, de su artesanía y, por supuesto, de los espacios diseñados por Marià con el firme propósito de generar calidad de vida, belleza, salud y felicidad.
Eres un sastre de la arquitectura, solo que, en lugar de trajes a medida, confeccionas espacios únicos e inigualables según las necesidades de cada usuario. ¿Qué crees que es lo que más valoran tus clientes?
Somos un estudio muy pequeño, lo que se traduce en que desarrollamos un número muy limitado de proyectos a la vez y podemos implicarnos mucho en cada uno de ellos. Esto último lo perciben nuestros clientes y en alguna ocasión nos han transmitido que se sienten escuchados y sorprendidos a la vez: escuchados porque ven sus demandas atendidas con atención y sorprendidos por el modo en que lo hemos resuelto.
La cultura y el paisaje de Formentera vertebran tu arquitectura, ¿cómo se traduce este arraigo con tu tierra en los diseños que firmas?
La sabiduría popular de la arquitectura tradicional ha acumulado muchas soluciones y adaptaciones al medio específico que no podemos olvidar. Ese conocimiento es un legado vital y nosotros tratamos de aprovecharlo en nuestras obras. Hablamos del uso de la materia prima propia del lugar, de atender a las directrices territoriales que encontramos en el paisaje, de poner a nuestro servicio los vientos y brisas dominantes, de aprovechar la vegetación circundante y un largo etcétera.
Vanguardia y tradición: ¿Cómo reinterpretas la arquitectura tradicional a la hora de adaptarte a las nuevas formas de construir? ¿Qué debe permanecer y qué debe transformarse?
Creo que se trata de entender la esencialidad de lo que se consigue con cada estrategia arquitectónica y de adaptarla a los sistemas constructivos que tenemos a nuestro alcance. No vivimos del mismo modo ni construimos con los mismos materiales y soluciones que lo hacían nuestros abuelos, pero el paisaje sigue siendo igual de frágil, el clima bastante similar (de momento) y los sistemas pasivos que se perfeccionaron generación tras generación, igual de válidos que antes.
En el caso de las intervenciones de Patrimonio, como la Torre des Pi des Català, ¿en qué medida se analiza el pasado para dejar huella en el presente? ¿Cómo se garantiza la integridad global del monumento, su carácter e identidad?
Solo escuchando con atención todo lo que el legado patrimonial nos transmite se puede ofrecer una respuesta adecuada y sensible. Aunque no se hable con el mismo léxico se pueden establecer relaciones que enriquezcan y pongan en valor el Patrimonio. En estos casos soy más partidario de la sinceridad constructiva y conceptual para no caer en lo mimético y desleal.
Recientemente has rendido tributo al patrimonio arquitectónico de Formentera a través del proyecto artístico Fragmentos de Arquitectura, ¿qué pretendes transmitir con esta muestra? ¿Por qué consideras tan importante poner en valor estas piezas?
Gracias al proceso de abstracción necesario para concebir y materializar las piezas de Fragmentos de Arquitectura, el observador puede descubrir en ellas detalles, relaciones, experiencias y anécdotas que ni siquiera visitando las obras de referencia, se pueden apreciar. De alguna manera, cada pieza intensifica una parte concreta del valor de cada edificio.
Torre des Pi des Català. 
Exposición Fragmentos de Arquitectura.
«Si se trata de Patrimonio, soy más partidario de la sinceridad constructiva y conceptual para no caer en lo mimético y desleal»
Que los materiales se expresen tal y como son es una prima en todos tus proyectos, ¿qué papel juegan en encargos como Bosc d’en Pep Ferrer?
En este caso, el contraste entre lo telúrico y lo tectónico se traduce en una dualidad material muy acusada entre el nivel inferior y el superior, donde cada material trabaja del modo más acorde a sus propiedades.
Can Xomeu Sord. 
Bosc d’en Pep Ferrer.
No nos olvidemos de una de las grandes herramientas de trabajo de los arquitectos: la luz natural. Analicemos el caso de Es Pou, donde se genera un juego de luces y sombras a través de celosías cerámicas.
Las celosías cerámicas de Es Pou tienen diferentes razones de ser, pero sin duda la más lírica de todas es hacer tangible la cuarta dimensión: el tiempo. De algún modo, hacen más evidente el constante fluir del tiempo, siendo las sombras proyectadas como la arena que se escapa entre los dedos.
Can Manuel d’en Corda. 
Es Pou.
«Solo escuchando con atención todo lo que el legado patrimonial nos transmite se puede ofrecer una respuesta adecuada y sensible»
Sin salir de la isla, pasemos de viviendas a equipamientos públicos. En el caso del Centro de Deportes Náuticos, en el puerto de la Savina, ¿bajo qué criterios de bio-construcción se ha diseñado este espacio? ¿Qué representa esta intervención?
Creo que representa lo efímero; un concepto que no siempre tenemos presente cuando nos referimos a la arquitectura y que, en un lugar de alto valor ambiental como el que ocupa, era necesario ponderar. Teniendo en cuenta esa componente fugaz del edificio, así como también la salud de sus usuarios, optamos fundamentalmente por soluciones constructivas ligeras, realizadas en seco y por materiales naturales poco o nada procesados que, como ocurre con los alimentos, son mucho más saludables.
Formentera cuenta con una superficie muy limitada pero, sin embargo, existe una gran presión urbanística que tiende a la masificación de la isla. ¿De qué manera se puede contener este crecimiento? ¿Cuál sería el modelo a seguir idóneo?
La vía debería ser la concienciación de la sociedad residente y de la que tiene cualquier vínculo con la isla para poder tener consenso a la hora de aplicar normativas territoriales muy restrictivas. Dado el ritmo de crecimiento que se ha experimentado en las últimas décadas, creo que el modelo idóneo para Formentera sería el de crecimiento cero y rehacer paulatinamente lo que se ha hecho hasta ahora con mayor sensibilidad paisajística y ambiental.
¿Cómo vislumbras el futuro de la arquitectura? ¿Hacia dónde tendemos (o deberíamos tender) a la hora de diseñar?
Ahora más que nunca, creo la arquitectura debería ser generosa con la sociedad y el planeta. Ser un manifiesto tangible de los valores que deseamos y que facilitarán vivir en armonía a las próximas generaciones.
«No construimos con los mismos materiales y soluciones que lo hacían nuestros abuelos, pero el paisaje sigue siendo igual de frágil»
