El edificio se sitúa en un típico chaflán del Ensanche barcelonés, en la confluencia de la calle Sardenya y Consell de Cent, en donde antiguamente se erigía una gasolinera urbana. Como ha ocurrido en muchas otras ocasiones, la estación de servicio ha sido desplazada hacia la periferia de la ciudad y ello ha posibilitado la construcción de un edificio de viviendas que ha sido proyectado por Batlleiroig Arquitectura y promovido por Grupo Inmobiliario Castellví.
El plan Cerdà para el ensanche de Barcelona definía los cruces de las calles en forma de chaflán, estas singularidades en una malla regular se han convertido en su principal seña de identidad. El espacio vacío que se genera en las intersecciones de las calles acaba propiciando plazas, actualmente ocupadas por los coches, pero que el futuro se espera su peatonalización a través del proyecto de las Superillas.
La singularidad geométrica de la parcela es la que ha determinado las decisiones principales del proyecto. Casi a modo de retal, el solar de forma triangular disponía de una gran fachada a la calle, pero por contra, en el interior de manzana se reducía considerablemente la longitud de contacto con el exterior. Este hecho propició la distribución interior con tres viviendas por planta, priorizando la colocación de las estancias en la fachada principal.
En el centro del triangulo se sitúa el núcleo de comunicación vertical anexo a un patio de ventilación o celobert. Sobre los lados, pivotan dos viviendas pasantes y simétricas de tres dormitoritos, con la sala de estar hacia la calle y las habitaciones abiertas hacia la fachada interior. En el vértice de las dos fachadas principales se sitúa la tercera vivienda de tres habitaciones, disponiendo de la sala de estar y dormitorios abiertos hacia la calle Sardenya y el chaflán.
En la planta quinta se reduce el número de viviendas a 2 para ampliar cuantiosamente las salas de estar, aprovechando las vistas generadas sobre el patio de la escuela Ramon Llull. En estas viviendas, las cocinas pasan a estar abiertas a la sala de estar y a fachada, posibilitando la aparición de un cuarto dormitorio interior.
La complejidad en la composición del alzado consistió en dar verticalidad a un elemento claramente horizontal como es un balcón corrido, esto se consigue con dos elementos: las tribunas y las lamas cerámicas de protección solar. Se han incorporado a la fachada cuerpos volados cerrados que consiguen fraccionar en alzado y funcionan también a modo de separador entre terrazas. Las tribunas ligeras son también un elemento característico de la arquitectura del Eixample por lo que estos elementos son acordes con la arquitectura del entorno.
El edificio ha sido diseñado respondiendo a parámetros de sostenibilidad y ahorro de energía, esto ha supuesto una buena calificación energética, tanto en emisiones como en consumo. La envolvente térmica del edificio se proyectó con un sistema de fachada ventilada hacia la calle y un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) en la fachada interior y patio. Se ha reforzado el aislamiento térmico incorporando unas carpinterías de altas prestaciones con rotura de puente térmico y con vidrios bajo emisivos, que reducen al máximo la pérdida de energía y reducen al mínimo el consumo energético de las viviendas.
© Antonio Navarro Wijkmark
El elemento más característico del edificio es la doble piel formada por lamas cerámicas que realizan la función de protección solar, así como también generan cierta intimidad al uso de las terrazas
Localización: C/ Sardenya 225, Barcelona
Cliente / Promotor: Grupo Iinmobiliario Castellvi SL
Autores: Enric Batlle, Joan Roig, Helena Salvadó – Arquitectos
Equipo: Josep Maria Navarrete, Lourdes Romeo, Pablo Navas, Borja Laucirica – Arquitectos
Colaboradores: Tècnics G3 – arquitectos técnicos + project managers / STATIC – ingeniería estructural / JSS Asociados – ingeniería instalaciones
Constructora: Dragados SA
Fecha finalización obra: 2020
Superficie construida: 2.760 m²
