Mezclemos en una coctelera innovación, sostenibilidad, diseño y construcción pasiva y tendremos el combinado perfecto: CSO Arquitectura. Capitaneado por Javier de Antón Freile, el estudio ha llevado a cabo la primera residencia de ancianos certificada Passivhaus Classic de España, y una de las primeras quince del mundo. A ello se suman viviendas de bajo consumo energético, edificios geriátricos, casas prefabricadas, reformas interiores y edificios de oficinas. Conversamos con el fundador del despacho para conocer de primera mano los beneficios que supone para el cliente, y para el propio planeta, diseñar y construir bajo el estándar Passivhaus.
Abanderáis el estándar Passivhaus a la hora de diseñar proyectos, ¿qué lleva al estudio a especializarse en este tipo de construcción?
El diseño y la sostenibilidad son los dos principales ejes sobre los que se enfoca cada uno de nuestros proyectos, independientemente de su escala o tipología. Durante los más de veinte años de experiencia con los que contamos en nuestro estudio, siempre hemos apostado por la sostenibilidad y por incorporar estrategias pasivas en todos nuestros proyectos.
Para nosotros, el estándar Passivhaus significa un certificado de buena construcción que ofrecemos a nuestros clientes. Este certificado promueve la utilización de las estrategias pasivas sobre las activas a través de cinco principios básicos:
- Sobreaislamiento térmico.
- Carpinterías exteriores de altas prestaciones.
- Ausencia de puentes térmicos.
- Hermeticidad al aire.
- Ventilación mecánica con recuperación de calor.
Gracias a ello, se reduce el consumo energético del orden del 80% sobre las construcciones tradicionales, consiguiendo una demanda energética muy baja que se puede suplir de forma sencilla con sistemas activos como placas solares fotovoltaicas o sistemas de climatización como la aerotermia o la geotermia.
Se estima que una vivienda pasiva se amortiza en 4 o 5 años, sin embargo, el sobrecoste que puede suponer en un principio (pese a no ser tan elevado como se cree), supone a veces una barrera para el cliente. ¿En qué medida/forma se debe fomentar y concienciar para avanzar por el buen camino?
Cada vez más clientes nos demandan de entrada la realización de una vivienda pasiva o certificada Passivhaus, pero es verdad que ese pequeño sobrecoste muchas veces es un impedimento para aquellos clientes que no conocen los beneficios de dicho estándar. Desde las diferentes administraciones se debería fomentar la construcción de viviendas y edificios pasivos, otorgando subvenciones a los promotores que compensen ese sobrecoste. A pesar de la crisis, cada año se triplican los proyectos con certificación Passivhaus. Hay una progresión sostenida y se empieza a reconocer cada vez más, por lo que veremos un avance aún mayor esta década.
La teoría está clara: la arquitectura tiene un impacto directo tanto en las personas como en el medio ambiente. ¿Cómo trasladarías esto a la práctica en alguno de los proyectos que hayas diseñado?
Con cada proyecto que diseñamos y construimos siguiendo los criterios del estándar Passivhaus dejamos de emitir gases de efectos invernadero a la atmósfera. Por ejemplo, con la Residencia de ancianos Passivhaus de Camarzana de Tera (Zamora), se dejan de emitir 8.652 kg de CO2 al año respecto a un edificio equivalente que no se hubiese construido con este estándar. Además, se otorgan diversos beneficios a los usuarios. Un ejemplo es una casa pasiva que realizamos, donde la hija de los propietarios tiene alergias y, gracias a la estanqueidad de la vivienda y a la ventilación mecánica con filtros, ha mejorado su calidad de vida. En el caso de la ya mencionada residencia de ancianos, la ventilación mecánica 24 horas al día ha ayudado a que no se haya detectado ningún caso de covid-19 positivo en las instalaciones durante todo este año de pandemia.
«En la Residencia de Camarzana de Tera se dejan de emitir 8.652 kg de CO2 al año respecto a un edificio equivalente que no se hubiese construido con el estándar Passivhaus»
No dejemos pasar por alto que el proyecto que comentas es la primera residencia de ancianos Passivhaus en España, ¿cómo ha sido concebida? ¿Cómo repercute el diseño en el propio residente?
Uno de los objetivos iniciales del proyecto era la medicalización de la arquitectura para que ayudara en el bienestar diario de los usuarios. Como consecuencia, se atiende a dos ejes de actuación. En primer lugar, se conciben pequeños espacios cálidos “hogar”, que difieren de los grandes espacios fríos “hospitales”, comunes en este tipo de edificios. El objetivo es que los residentes se sientan en su propia casa —con la posibilidad incluso de traerse sus propios muebles—, utilizando la madera y la luz a través de grandes cristaleras a sur, introduciendo la naturaleza de los patios al interior mediante las transparencias. Por su parte, la instalación de la ventilación mecánica con recuperación de calor junto con los filtros y la hermeticidad el edificio, a la vez que una mejora energética, permite obtener una calidad del aire óptima para este tipo de edificios, evitando alergias respiratorias a los usuarios.
En este centro cabe destacar el autoabastecimiento del edificio con diversos sistemas renovables, ¿cuáles son?
Se concibe el edificio como una máquina energética, un edificio pasivo donde el consumo es cero y produce más energía de la que consume, derivando la energía sobrante al edificio anexo. Esta demanda tan baja se consigue mediante las siguientes estrategias pasivas:
- Sobreaislamiento en fachada, solera y cubierta.
- Cubierta ajardinada extensiva.
- Carpinterías de madera con vidrio triple.
- Ventilación natural.
- Captación de agua de lluvia para riego.
- Control solar mediante porches en las estancias.
- Invernadero en la zona del comedor que atempera el aire existente en invierno (aprovechando la cristalera a norte), mientras que en verano permite una ventilación cruzada.
- Orientación sur en todas las estancias.
Gracias a todas estas estrategias pasivas, se consigue una demanda energética baja que se suple con las siguientes estrategias activas:
- 18 kW de placas solares fotovoltaicas en la cubierta.
- 20 paneles solares térmicos para apoyo en la generación de ACS.
- Ventilación mecánica con recuperación de calor del 92% de eficiencia.
- Climatización mediante aerotermia para suelo radiante-refrescante y generación de ACS.
Además, el edificio ha sido elegido para albergar el piloto del Proyecto I+D+i Sisgener (coordinado por Ideas Tx Ingenieria S.L., Ciemat, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, Centro Tecnológico Cartif, New-Ener Nueva Energía S.L., Biomasa y Madera de Zamora y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y Universidades), consistente en un gestor de sistema de gestión energética de bajo coste que establece de forma optimizada la gestión de la generación (sistemas convencionales y renovables) y los consumos (calefacción/refrigeración, iluminación, energía solar…) implantando nuevas técnicas predictivas sobre modelos dinámicos simplificados y facilitando las tareas de mantenimiento preventivo.
Si hablamos de Passivhaus es inevitable hacer referencia a la envolvente térmica. En el caso de la residencia, ¿cuál fue la solución llevada a cabo?
El edificio se construyó mediante un sistema de entramado ligero de madera prefabricado, elaborándose inicialmente en Arquima, en Barcelona. Posteriormente se traslada, panelizado, en camiones a Zamora donde se monta en obra en una semana. De esta forma, se consigue ahorrar costes y tiempo, así como mejorar el comportamiento térmico y disminuir la huella ecológica. Las fachadas del edificio se han realizado con entramado de madera con 20 cm de aislamiento térmico. Además, hemos añadido una fachada ventilada con policarbonato, separada de la envolvente térmica, muy útil en verano, ya que se convierte en un auténtico parasol y mejora el confort térmico. En lo que respecta a la cubierta, se ha apostado por una cubierta ajardinada con plantas crasas, a la que hay que sumar 25 cm de aislamiento, mientras que en solera se ha dispuesto de 15 cm de aislamiento. Por último, se ha dispuesto de una lámina estanca al aire que engloba toda la envolvente y permite conseguir una tasa de infiltración del edificio inferior a las 0,6 renovaciones/hora a 50 Pa de presión, más de 10 veces inferior a la de un edificio tradicional.
La sostenibilidad es también la gran protagonista en la vivienda Levitt, en La Moraleja (Madrid). ¿Podrías detallarnos cómo funciona la fachada energética implantada en esta construcción? ¿Qué otros rasgos hacen de esta obra una reforma sostenible?
La vivienda Levitt en La Moraleja es la primera de una serie de viviendas que hemos ampliado y reformado siguiendo estrategias bioclimáticas y apostando por un diseño moderno y actual. Con la ampliación, se realiza una nueva fachada energética realizada con estructura de madera, como contrapartida al resto de muros existentes de la vivienda que son de ladrillo. Esta fachada se conforma con grandes ventanales con carpinterías de madera y contraventanas mallorquinas que permiten controlar la incidencia solar en el interior de la vivienda. Además, se mejora el aislamiento de toda la envolvente, se instalan placas solares, se fomenta la ventilación cruzada natural y se instala un nuevo sistema de climatización en toda la vivienda con una máquina aerotérmica que sirve para dar servicio al suelo radiante-refrescante y la producción de agua caliente sanitaria.
«En la vivienda Levitt se mejora el aislamiento de toda la envolvente, se instalan placas solares, se fomenta la ventilación cruzada natural y se instala un nuevo sistema de climatización»
En proyectos como la casa prefabricada en Boadilla del Monte, también en Madrid, nos encontramos con dos conceptos independientes que convergen en esta construcción: ser industrializada y ser pasiva, ¿qué aporta cada uno de ellos?
Una construcción pasiva se puede desarrollar perfectamente con arquitectura tradicional, y una construcción industrializada puede no ser pasiva. En este caso concreto, al unir los dos conceptos nos permitió obtener los beneficios de ambos conceptos. La estructura de la vivienda se levantó literalmente en cuatro días, y gracias a la industrialización de todos los sistemas nos permitió controlar una ejecución perfecta de toda la envolvente térmica de la vivienda, evitando los puentes térmicos y consiguiendo una mejor estanqueidad de la envolvente.
Acabemos yendo a las cifras y al impacto directo en el bolsillo del inquilino. En el caso de la factura de la calefacción en esta vivienda, ¿de cuánto estamos hablando?
Este pasado mes de enero, hemos vivido el invierno más gélido de los últimos 50 años, con una gran nevada y temperaturas de -12 grados. La factura de calefacción de esta vivienda, de unos 600 m2 de superficie construida, ha sido solo de 80 euros. En una vivienda construida sin estos estándares, la factura podría haber alcanzado los 800 o 1.000 euros.
En el caso de la vivienda en Boadilla del Monte, la factura durante el mes de enero fue de 80 euros frente a los 800 o 1.000 euros que se podrían haber alcanzado en una vivienda construida sin estos estándares