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Rescatando la esencia de un enclave marítimo privilegiado

El Cuartel del Mar, en Chiclana de la Frontera, consiste en un proyecto de hostelería, cultural y de ocio que Azotea Grupo pone en marcha en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de la Loma del Puerco, en una parcela de más de 2.000 m2 de explotación. Con una terraza con vistas a la Playa de la Barrosa, un patio con capacidad para 250 personas y una zona de restaurante para 100 comensales, el espacio cuenta también con una azotea mirador que es un punto privilegiado para la observación de la naturaleza de la zona.

A nivel arquitectónico, se ha confiado en el estudio More&Co de Paula Rosales, que propone una intervención muy respetuosa poniendo en valor las características únicas del entorno de la Playa de la Barrosa. El proyecto se ha completado con una delicada decoración del estudio de Alejandra Pombo y paisajismo de Rent a Garden.

El proyecto de rehabilitación y acondicionamiento del edificio tiene como objetivo reconvertirlo en restaurante y sala de exposiciones abierta al público. Este edificio se eleva en un enclave privilegiado por varios aspectos. Por un lado, disfruta de un entorno natural único, coronando la ladera de la Loma del Puerco, con la playa a a sus pies. Además, a escasos metros del cuartel se encuentra la Torre del Puerco, antigua atalaya militar del siglo XVI utilizada entonces para vigilar la costa en prevención de ataques berberiscos, ahora reconvertida en punto de observación de movimientos migratorios de aves.

El cambio de uso del edificio requiere repensar los espacios para adecuarlos a su nueva vida. Se han efectuado una serie de mejoras en la distribución, tanto interior como exterior, para aprovechar al máximo las condiciones del lugar, potenciar las vistas y permitir el uso fluido tanto de visitantes como de trabajadores por las instalaciones:

  • El edificio se compone de dos naves longitudinales, paralelas a la playa. El pabellón oeste, más cercano a la costa, alberga el restaurante y la cocina; el este integra la sala de exposiciones y espacios de servicio. Ambos pabellones se conectan en el acceso principal en la fachada noroeste.
  • Se aleja la cocina del acceso principal de visitantes, permitiendo el acceso posterior para carga y descarga; y se sitúa la barra de recepción en la entrada al restaurante para guiar al visitante hasta su mesa.
  • Se agrupan los espacios húmedos y de instalaciones para ser más eficientes: aseos para visitantes fácilmente visibles cerca de la entrada; aseos y vestuarios de personal más “escondidos”, liberando el pabellón este.
  • La zona expositiva se amplía, se deja diáfana y se sitúa en directa relación con el patio, entendiendo este como un espacio multifuncional exterior y protegido del viento, que puede ser ampliación de área expositiva.
  • La nueva escalera de caracol se incorpora e integra en el proyecto para permitir el acceso y uso de la cubierta.
  • Se incluyen además nuevas pérgolas en puntos estratégicos, orientando al visitante hacia el acceso principal, el punto de avistamiento de pájaros en cubierta o la terraza suroeste, uno de los espacios con mejores vistas del entorno.

La rehabilitación del edificio busca realzar lo conservado, y acondicionarlo implica integrar las instalaciones y la estructura que requiere la normativa actual de la manera más respetuosa y discreta posible. Se incluyen además estrategias pasivas de protección solar, como son las pérgolas de madera, que tamizan la luz natural para controlar la incidencia solar sobre el edificio y sus usuarios, o la elección de colores claros en la envolvente del edificio para evitar su sobrecalentamiento.

El respeto por el entorno no pasa solo por potenciar el valor natural e histórico del conjunto, sino que además lo integra utilizando materiales y técnicas constructivas locales, de uso tradicional, en una relación directa con lo artesano, revalorizando lo propio del lugar con una visión contemporánea. Priman los materiales naturales, mínimamente tratados para que se lea claramente su origen, creando un ambiente cómodo, informal y fresco. Se apuesta por el producto español, realzando el diseño local y nacional.

Se incluyen estrategias pasivas de protección solar, como son las pérgolas de madera, que tamizan la luz natural para controlar la incidencia solar sobre el edificio y sus usuarios

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