El estudio Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos ha puesto en marcha la construcción de las torres Up-site Bucharest. Integrado por dos torres, será el conjunto residencial más alto de Bucarest e incluirá un novedoso y sofisticado sistema estructural anti-seísmo diseñado por el despacho español.
Tras los trámites necesarios y un largo periodo de trabajo, la multinacional propietaria del conjunto, la inmobiliaria belga Atenor, ha obtenido el permiso necesario para iniciar la construcción de las torres.
El proyecto de las Torres Floreasca, Up-site Bucharest, encargado por Atenor al estudio Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos, comprende un total de 270 viviendas, distribuidas en dos torres, de 14 y 27 plantas, que se levantarán en el bulevar Calea Floreasca, entre el distrito de negocios (CBD) de Bucarest y el lago Floreasca. Una situación privilegiada que le aportará magníficas vistas.
Con un total de 29.300 m2 destinados a uso residencial y 1.950 m2 a servicios, la propuesta está formada por dos torres de planta cuadrada, unidas por un basamento prismático.
La condición de zona sísmica bajo la que se encuentra la ciudad de Bucarest, deriva en una restrictiva normativa, que ha obligado al estudio a realizar un considerable esfuerzo para liberar las fachadas de elementos estructurales (que hubieran restringido las magníficas vistas sobre los lagos en todas las orientaciones), y a diseñar un novedoso y sofisticado sistema de isoladores que garantizan la seguridad del edificio frente a la actividad sísmica.
El conjunto residencial ofrecerá una amplia gama de servicios, como una zona de bienestar –situada en las plantas baja y entreplanta- con un lobby de grandes dimensiones, cafetería, piscina, gimnasio, lavandería, etc.; espacios verdes, aparcamiento subterráneo y bodegas de almacenamiento. Las viviendas estarán equipadas con las últimas tecnologías, como techo radiante activo, control de humedad, medición inteligente, etc.
Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos realiza proyectos, algunos de ellos premiados, en Rumanía desde el año 2005 y cuenta con la colaboración de profesionales como Alfredo Biosca, director gerente de Kickland, así como otros arquitectos y empresas locales.
