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Hospital general de Collado Villalba: funcionalidad, diseño e innovación para afrontar los nuevos retos de la salud

Cuando en 2010 ENERO Arquitectura asume el encargo de proyectar y construir el Hospital General Universitario de Collado Villalba, nadie podía imaginar que este emblemático edificio debería resistir el impacto de la primera pandemia de alcance mundial. De ahí que aunque los primeros objetivos que asumió el estudio con este proyecto fueron los de minimizar el impacto ambiental (se diseñó un edificio que no generase una disrupción con su entorno natural en plena Sierra Norte de Madrid) y aumentar a través de la innovación su sostenibilidad (máximo aprovechamiento de la luz natural, reciclaje de materiales procedentes del movimiento de tierras, reforestación de más de 2.200 árboles de especies autóctonas o una clara apuesta por las energías renovables son sólo algunos ejemplos de la nueva concesión a la necesaria conciencia ambiental aplicadas en este hospital), su éxito ha residido en ser uno de los hospitales españoles que mejor han resistido el impacto de la Covid-19 (alcanzando el certificación de AENOR que le avala como Hospital libre y seguro frente a la Covid-19), en parte gracias a otro de los grandes objetivos que se imprimió en este proyecto: El Hospital General Universitario de Collado Villalba persigue la mayor funcionalidad posible en su dimensión de centro sanitario.

El hospital ha recibido en 2020 la certificación de AENOR que le avala como Hospital libre y seguro frente a la Covid-19

Aunque este hecho era desconocido para el equipo de ENERO Arquitectura a la hora de proyectar este edificio, y asumiendo que la mayor carga y esfuerzo por la Covid-19 recae en todo el personal sanitario y asistencial, el diseño de este hospital (Premio Design & Health International Academy –Highly Commended– por su diseñador innovador) ha demostrado su funcionalidad y flexibilidad para soportar de la forma más eficiente el inmenso reto en cuanto a la respuesta de las infraestructuras que también deben asumir los centros sanitarios durante la pandemia.

Este enfoque funcional dio pie a un edificio compacto, cuyas distancias están calculadas con arreglo a una escala humana, con la intención de lograr la reducción de los tiempos de desplazamiento en su interior o la separación de sus estancias públicas y privadas, lo que ha posibilitado una mejor gestión asistencial del paciente.

Su distribución atiende también a los diferentes circuitos y recorridos asistenciales en función de las necesidades (consultas médicas, pruebas diagnósticas, tratamiento u hospitalización) que ha de recibir cada uno de sus pacientes, de modo que las áreas de, admisión y consultas se sitúan en la entrada, y –en cambio– la zona de urgencias o los bloques quirúrgicos y de hospitalización se encuentra en su extremo opuesto. Entre esos dos polos se ubican asimismo las áreas de diagnóstico y tratamiento que dan servicio a las diferentes áreas.

Uno de los mejores ejemplos de este hospital en cuanto a funcionalidad se refiere es el Bloque Quirúrgico, que ocupa una posición estratégica dentro del hospital. Está localizado en una posición de accesibilidad inmediata, tanto desde urgencias –situada bajo esta área–, como desde la UCI, ubicada enfrente. La conexión con las hospitalizaciones se produce utilizando los núcleos de montacamas, desde donde se accede a un pasillo interno que distribuye los accesos al bloque quirúrgico, que ocupa una superficie total de 724,49 m2.

ENERO Arquitectura optó por crear un bloque compacto, en el que se adosan el programa de quirófanos de Cirugía Mayor Ambulatoria y el área de quirófanos de la Cirugía con Ingreso. La Reanimación Post-Anestésica, por su parte, forma una unidad con el Hospital de Día Quirúrgico. El Bloque Obstétrico se dispone al mismo nivel enfrente, con posibilidad de acceso inmediato a quirófanos. Esta configuración le confiere al conjunto una gran flexibilidad.

La organización del área responde a un esquema axial, con un pasillo limpio. Desde él se accede a los quirófanos dispuestos al norte. Entre cada dos quirófanos se ubica un lavamanos quirúrgico, y los almacenes de material estéril consisten en armarios pasantes en cada uno de los quirófanos. Mediante este esquema se consigue unificar las áreas de antequirófano en un único recinto controlable por parte del personal sanitario. El área técnica de quirófanos se completa con 2 salas de pre-anestesia y 2 tránsfer de acceso, que constituyen el inicio del circuito limpio y el punto desde el que parten los pacientes al área de recuperación post anestésica o el Hospital de Día Quirúrgico.

De esta forma, la funcionalidad y la flexibilidad de la arquitectura Hospitalaria ideada por ENERO Arquitectura, permite a los centros que proyecta afrontar de la mejor forma posible los enormes retos sanitarios desde el diseño y la innovación.

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