Considerada como una de las operaciones inmobiliarias más exclusivas de Madrid, Paseo de la Habana 75, a escasos metros de la Castellana, se ha proyectado como una gran escultura. Se trata de un edificio de 11 viviendas firmado por el estudio Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos y ubicado en un entorno mayoritariamente residencial.
“El volumen del edificio se fue tallando como un objeto escultural”, según palabras de los arquitectos autores del proyecto. El estudio proyecta el nuevo edificio teniendo que superar numerosos condicionantes como el tamaño pequeño de la parcela, un gran desnivel en la calle (en su parte norte) y la cercanía de los edificios colindantes.
Hormigón, piedra, acero, vidrio y madera entre los materiales empleados en la estudiada geometría escultural del edificio
© Alfonso Quiroga
Con estas premisas y partiendo de un estudio de detalle, el proyecto distribuye las viviendas —cada una con una superficie de aproximadamente 200 metros cuadrados— en cuatro plantas y dos más para un ático dúplex con piscina. El edificio cuenta con un garaje-aparcamiento de 33 plazas y 11 trasteros. El acceso rodado se produce desde el Paseo de la Habana mediante una rampa.
Entre las singularidades de su arquitectura, cabe destacar: el giro de 45 grados de sus fachadas, para buscar el soleamiento y evitar la vista frontal y muy cercana de los edificios colindantes; la elevación, a 5 metros del suelo de la calle, de la zona comunitaria y con ella, las plantas de viviendas, para evitar el gran desnivel de la calle, el cerramiento de la primera planta y reducir el impacto del tráfico rodado. Como recurso arquitectónico, se crea en altura una amplia zona comunitaria porticada de entrada, que incluye una piscina y un gimnasio. Entre los materiales empleados en la estudiada geometría escultural del edificio, prevalecen el hormigón, la piedra, el acero, el vidrio y la madera.
El edificio, encargo de Martell Investments, se levanta en el solar que ocupaba el viejo inmueble de la que fuera primera sede de RTVE y que la sociedad compró en 2015.
El giro de 45 grados de sus fachadas, para buscar el soleamiento y evitar la vista frontal y muy cercana de los edificios colindantes
