TEXTO: Fernando Pozuelo. Fernando Pozuelo Landscaping Collection. www.fernandopozuelo.com @Jardindeautor
Actualmente nos encontramos inmersos en una profunda crisis surgida como consecuencia de la expansión internacional del Covid-19, obligándonos a permanecer confinados en casa. Esta situación ha provocado un cambio en el tejido empresarial, haciendo que numerosas compañías se hayan visto obligadas a adaptar sus procesos de trabajo. Así, modalidades como el teletrabajo, que estaban muy poco extendidas en nuestro país y para lo que no todas las empresas estaban preparadas, se ha convertido en una obligación para gran parte de ellas.
Son muchas las voces que coinciden en afirmar que esta situación va a suponer grandes cambios en la forma de relacionarnos entre nosotros y con el entorno que nos rodea. La incertidumbre es la gran protagonista en estos momentos y aún no sabemos cuándo se producirá la vuelta al trabajo en la oficina, pero no cabe duda de que esta situación ha dejado clara la importancia de contar con un espacio de trabajo adecuado a un nuevo contexto profesional, así como la necesidad que tiene el ser humano de estar en contacto con la naturaleza o espacios verdes. La clave de todo esto podemos encontrarla en las conocidas como Green Office.
Aunque es cierto que en los últimos años ya veníamos observando una creciente preocupación por parte de algunas empresas en apostar por mejorar la sostenibilidad y el impacto ambiental en su actividad, renaturalizar los espacios de trabajo será una tendencia por la que muchas empresas se decantarán cuando se normalice la actividad profesional. En este sentido, será fundamental aplicar los parámetros que marca el diseño biofílico, una corriente que aboga por una reconexión con la naturaleza a través de su inclusión en entornos urbanos.
Incluir plantas integradas en el diseño de nuestro espacio, por ejemplo, a través de un jardín vertical, de la instalación en un espacio de descanso que invite a la relajación o junto a los propios puestos de trabajo, ayudará a mejorar la calidad del aire en toda la oficina y a suavizar la temperatura, lo que puede aportar a los trabajadores grandes beneficios que, sin duda, tendrán un efecto directo sobre su rendimiento en el trabajo.
La luz es otro de los elementos fundamentales y, siempre que sea posible, es recomendable apostar por la iluminación natural, ya que esto beneficia nuestro estado de ánimo y nuestro cerebro, ya que hace que aumenten nuestras funciones cognitivas, y por ende, aumente nuestra productividad.
Otra gran opción que tenemos a nuestro alcance es incorporar elementos a base de materiales sostenibles. Hoy en día encontramos en el mercado un amplio abanico de posibilidades, pudiendo apostar por materiales como el bambú, el barro cocido o la lana de oveja, cada uno con particularidades que los convierten en grandes materiales sostenibles.
Un claro ejemplo de todo esto lo encontramos en empresas como Telefónica y su Distrito C, un espacio de trabajo que fue construido siguiendo distintos criterios de arquitectura sostenible, eligiendo materiales en su construcción que permitan minimizar el consumo de energía, y lo más importante, con la naturaleza como eje central de todo el complejo.
Lo que está claro es que esta situación nos ha situado en un escenario que evidencia la necesidad de un cambio, así como la adaptación a nuevas formas de trabajo, abrazando la tecnología y optando por una renaturalización de aquellos espacios en los que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
