En Ibiza, al pie de la Muralla Renacentista calificada como Patrimonio de la Humanidad, el Paseo Vara de Rey y la Plaza del Parque son los espacios públicos más vitales de la ciudad. Desde el crecimiento de la ciudad fuera de la Muralla, este es el lugar donde los vecinos se encuentran para el café o para celebrar las fiestas locales. El espacio decimonónico del Paseo, paralelo a la Muralla y definido por un andador de arena y líneas de árboles, se mantuvo como el gran salón de Ibiza hasta los años sesenta y setenta.
Con la llegada de España a la modernidad, el coche empezó a ocupar gran parte del espacio y una desafortunada operación transformó un espacio unitario en fragmentos de aceras mínimas y un reducido espacio central aislado por aparcamientos y carriles de circulación. La base de la Muralla, protegida por la Unesco, se había convertido en un aparcamiento de coches y patio trasero de contenedores de basuras y casetas de infraestructuras. Tras años de progresivo deterioro, finalmente se decidió recuperar el Paseo y mejorar la Plaza del Parque.
La propuesta del concurso ganado por aldayjover extendió el objetivo inicial a las calles adyacentes y al espacio a pie de Muralla, a fin de peatonalizar todo el sector del primer ensanche histórico, dignificar el acceso al casco amurallado y recuperar el valor cívico e histórico del corazón urbano de Ibiza. Además, el proyecto dota a estos espacios de capacidad de articulación urbana, conectando peatonalmente dos polos vitales, como son el puerto y el casco amurallado, en una sucesión de espacios ligados diagonalmente hasta llegar a un futuro ascensor que mejore la accesibilidad y revitalice el sector más inaccesible de la ciudad antigua. Las líneas de árboles y los grandes bordillos de piedra, reciclados del propio lugar, guían los pasos y las vistas de los peatones.
Se reciclan no solo los bordillos sino también las farolas y el mobiliario urbano —bancos de piedra históricos y otros muebles—. Se mantiene toda la vegetación, y en especial, los ejemplares monumentales. La estrategia de reciclaje va más allá de la conciencia medioambiental para ser parte de un nuevo paradigma económico. En 2010, el presupuesto para urbanizar espacios peatonales se había reducido a la mitad. El vocabulario estándar de losas de piedra —costosamente acarreadas en barco desde la península— y la renovación completa de farolas y mobiliario ya no era viable. Necesitábamos inventar otro vocabulario que, con la misma o mejor calidad y durabilidad, nos permitiera reducir el coste de 300 euros/m2 a 154 euro/m2, casi un 50%. Dado que el impacto de las infraestructuras es difícilmente reducible, el pavimento era la parte principal de la urbanización para absorber esta masiva reducción de coste.
La estrategia de reciclaje va más allá de la conciencia medioambiental para ser parte de un nuevo paradigma económico
La solución propuesta es un repertorio de hormigones tintados y lavados, con diferentes texturas y diferentes tipos de piedras locales. Un único material, con distintos matices y articulado con finas líneas de acero galvanizado, organiza los espacios de circulación de bicicletas y de vehículos de emergencias, los espacios de estar y las bandas de tráfico peatonal intenso junto a las fachadas.
El resultado es un nuevo modelo peatonal y de integración de la arquitectura histórica de la Muralla y del Ensanche. Y un nuevo paradigma que muestra cómo seguir recuperando los espacios públicos en una nueva era económica.
La solución propuesta es un repertorio de hormigones tintados y lavados, con diferentes texturas y diferentes tipos de piedras locales
