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Una Case Study House en el centro de Madrid

De la mano del estudio La Reina Obrera, este proyecto consiste en una reforma integral de una luminosa vivienda especialmente marcada por la estructura original del edificio.

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Una de las principales premisas es proyectar una intervención que respete la estructura original del edificio con ánimo de no incurrir en sobrecostes, a veces innecesarios (gestiones urbanísticas, cálculos estructurales, visados, esperas para las concesiones de licencias, etc.). En este caso, respetar los muros y los pasos originales realizados en ellos es un condicionante muy fuerte y se realiza un estudio previo de viabilidad para saber si la funcionalidad de la vivienda puede resolverse sin necesidad de tocar estructura.

Desde el estudio se apuesta, como primera medida, por realizar un proyecto que cumpla las expectativas del cliente sin intervenciones complejas y, solo en el caso de que sea imprescindible, se trabaja en la otra línea para solucionar esas vicisitudes que de otra forma no pueden salvarse.

Una vez solventado este punto, el reto es que el proyecto “respire” la estética pretendida.

El muro longitudinal será el que marque claramente la zona de día y la zona de noche. A un lado del mismo, vinculados a un gran patio de luces, se disponen los tres dormitorios demandados en el programa. Uno de ellos en suite y los otros dos cuentan con un baño compartido con acceso desde pasillo. Este baño se proyecta con una puerta de vidrio translúcido, de suelo a techo, de forma que se inunda de luz natural un pasillo que, a priori, hubiera sido oscuro.

Los dormitorios de las niñas tienen dimensiones generosas para tratarse de habitaciones individuales. El dormitorio principal cuenta con grandes armarios que recubren el contorno del dormitorio. Un cabecero de lamas de madera de iroko se funde con el frente del vestidor, adaptándose al perímetro irregular de la estancia. Cuenta con dos mesillas voladas, diseñadas en conjunto con el mismo.

El baño en suite se diseña con un azulejo marrón-óxido de Diésel, suministrado por Matimex, con una atractiva textura de lineas onduladas. Las piezas son de pequeño formato, rectangulares, dispuestas de forma “desordenada”. La encimera del baño se propone de porcelánco Mod. Calacata Gold, también de Matimex. Es una encimera longitudinal que al llegar al ámbito de la ducha se transforma en banco.

La cocina

El ámbito de la cocina es un espacio rectangular delimitado mediante una repetición seriada de seis pórticos cosidos unos a otros en su parte superior por tirantes en diagonal. Esto simula un efecto de «espiral» envolvente del mobiliario dispuesto en su interior.

Se proyecta como un elemento independiente, separándola de la fachada principal, provocando con ello que se vea la seriación completa de todas las ventanas de la misma. Estas son esbeltas y se alargan casi hasta suelo, por lo que son un condicionante. Se decide no adosar mobiliario a las paredes y se potencia así la condición de “angar” del espacio (rectangular y con una altura libre generosa).

El cubo

Dos muros de carga gemelos, orientados en la misma dirección y paralelos entre sí, delimitan en planta casi un cuadrado perfecto. Se aprovecha esta particular geometría para unirlos revistiendo su perímetro con lamas verticales de madera de iroko, generando un único volumen.

Se baja el falso techo dentro del mismo para esconder instalaciones y se enmarca así el paso. Se exagera aún más el concepto de “cubo atravesado por un pasadizo” utilizando el color naranja en todos los paramentos interiores del mismo. Se utiliza laca satinada en los muebles y en los tableros registrables del falso techo, y resina en el suelo casi de idéntico color, textura y brillo. El cubo aloja gran capacidad de almacenamiento adosado a uno de los dos muros de carga.

Por un lado, los armarios naranjas que se vinculan a la cabina, que incorporan ventilación para alojar en su interior los equipos de sonido. Por otro, en el contorno exterior del cubo se esconden piezas de mobiliario directamente relacionadas con la zona de comedor. Además, se diseña un cubre-radiador realizando un toquelado en parte del panelado, que aportará textura y conferirá al cubo una estética mejorada.

El replanteo del cubo era muy complejo porque debían resolverse encuentros de diferentes pavimentos y coincidencias con la carpintería. 

Fotografías: Carla Capdevilla

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