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Cinco razones por las que es necesario construir bajo el estándar Passivhaus

La concienciación pública sobre la necesidad de proteger el medio ambiente a través de la reducción de emisiones, junto con la concienciación ciudadana sobre la necesidad de habitar espacios saludables hace necesario que la sociedad requiera de mayor información.

Principios Passivhaus.

Por ello, la Plataforma de Edificación Passivhaus ha valorado las razones por las que se hace cada vez más necesario construir bajo el estándar Passivhaus teniendo en cuenta criterios de salud, consumo, confort y ahorro.

  • Ahorro: tanto económico como energético. El ahorro energético de las casas pasivas procede, principalmente, de la optimización de dos parámetros en los que el estándar Passivhaus es especialmente exigente: calefacción y refrigeración. Un ejemplo es que el pasado mes de abril, a pesar de las abundantes lluvias, los precios de la electricidad subieron un 6,2% respecto al mes de marzo, situándose en 42, 66 euros/MWh. Con una edificación Passivhaus podríamos asegurar una reducción de hasta un 75% de demanda en calefacción, quedando así el consumidor final menos expuesto a dichas subidas.
  • Confort: el que proporciona un edificio en que todas las estancias están a una temperatura constante y homogénea dentro de los rangos de confort (entre 20º y 25º según la estación) independientemente de si es día o noche, o de las temperaturas exteriores. Esto se produce porque las viviendas edificadas bajo el estándar Passivhaus realizan un uso eficiente del sol, aprovechando su energía tanto para iluminar naturalmente la vivienda, como para calentarla. Passivhaus, además, asegura esta temperatura gracias a medidas que eliminan las pérdidas o ganancias indeseadas de energía y que contribuyen a garantizar el confort interior del edificio. Además del confort que proporciona un ambiente limpio y saludable con la ventilación mecánica, y del confort acústico que proporciona un edificio en el que se ha cuidado la envolvente.
  • Eficiencia: trabajando de forma conjunta y coordinada cinco principios básicos: alto aislamiento térmico, eliminación de puentes térmicos, carpinterías y vidrios de altas prestaciones, control de la hermeticidad y ventilación con recuperador de calor. Si además se aprovecha la energía de la radiación solar en los periodos fríos y se evita en los cálidos, el resultado que se obtiene es de una elevada eficiencia, que se traduce en un alto confort interior con una demanda de energía muy baja. Una demanda tan baja se puede abastecer fácilmente con energías renovables.
  • Calidad del aire: la ventilación de los edificios es obligada por la normativa, contribuye a eliminar la concentración de dióxido de carbono que se genera solamente a través de nuestra presencia, además de los compuestos orgánicos volátiles generados por los adhesivos, pinturas, barnices, aerosoles y productos de limpieza. Sin embargo, si se realiza mediante un sistema de ventilación forzada o mecánica con un recuperador de calor se consigue renovar el aire de manera continuada sin variar la temperatura del edificio. Estos sistemas vienen provistos de filtros que impiden el paso de polvo, polen y otras partículas en suspensión que se encuentran en aire exterior, resultando altamente efectivo para las personas que padecen de afecciones respiratorias o problemas de alergia. Con esto se consigue un alto grado de confort en el ambiente interior de los edificios. Dado que la calidad del aire es clave para garantizar unas condiciones óptimas de aprendizaje y crecimiento, así como, el aumento de la productividad y la mejora del ánimo, la Plataforma de Edificación Passivhaus, en colaboración con la Universidad de Burgos, está realizando estudios de las condiciones del aire interior a través de monitorizaciones en colegios.
  • Inversión a largo plazo: se debe considerar que el coste de un edificio no es solo el de su construcción, sino que también se debe tener en cuenta el coste de mantenimiento y el energético a lo largo de toda su vida útil. Las construcciones Passivhaus son realmente una buena inversión, con respecto a un edificio “no pasivo”, en lo que a condiciones de habitabilidad se refiere, dado que la inversión inicial de su construcción puede suponer entre un 3% y un 8% más, (aunque hay ejemplos de edificios a sobrecoste 0%) pero su coste global se amortiza, según el tamaño de la edificación, entre los primeros 5 y 10 años de uso, gracias al elevado ahorro en la factura energética que proporciona.
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