El Hotel Suecia de Madrid abrió sus puertas en 1956 y atesora entre sus paredes cientos de historias y anécdotas. Entre sus ilustres visitantes figura el ilustre escritor Ernest Hemingway o el Che Guevara. Su cafetería-bar fue un icono y punto de encuentro de diversas generaciones de madrileños y era el punto obligado de encuentro de la populosa comunidad escandinava en Madrid.
Su ubicación es estratégica, situado junto al Círculo de Bellas Artes y a escasos metros de la calle Alcalá y la Plaza de la Cibeles, en el centro histórico de Madrid.
El nuevo Suecia combina modernidad y esplendor clásico, confort y minimalismo, algo de lo que se siente especialmente orgulloso uno de los arquitectos del equipo de Alta3 Arquitectos, Álvaro Otamendi. “hemos conseguido dotar al Suecia de una nueva identidad, acorde a las solicitudes del cliente, que quería maximizar la utilización del hotel, de sus espacios y servicios”.
Para sus acabados se ha intentado utilizar materiales de alta calidad y máxima durabilidad, intentado compaginar el interiorismo y diseño de mobiliario con la propia arquitectura. Por este motivo y por la necesidad de contar con una protección acústica adicional, el equipo de Alta´3 Arquitectos eligió Placa standard de Knauf para la tabiquería interior y techos acústicos con tecnología Cleaneo que garantizan una importante absorción acústica. Según Álvaro Otamendi “Knauf es sinónimo de fiabilidad. Llevamos muchísimos años trabajando con materiales de la compañía, y hemos hecho muchísimos edificios. Lo que más tranquilidad nos da de una empresa como Knauf es su fiabilidad y la garantía de poder contar con ensayos hechos y sistemas homologados”.
En su interior cuenta con 127 habitaciones estándar, suites, superiores y familiares repartidas en diez plantas. En las plantas baja, semisótano y sótano -1 se localizan la recepción, el bar, los servicios comunes, los salones de congresos, el restaurante, el gimnasio, etc. Estos espacios cuentan con la característica principal de ser muy flexibles y ofrecen una diversidad de usos y funciones de acuerdo a las necesidades de los clientes y la hora de uso.
“Nos sentimos orgullosos porque ha quedado un buen proyecto en conjunto”, asegura Otamendi, “se han creado espacios equilibrados, agradables y acogedores que van cambiando su uso a lo largo del día. Es un hotel completamente abierto a la ciudad y a los ciudadanos, incluso a los que no están alojados allí”.
El ahorro energético también ha sido una prioridad. Para la iluminación en zonas comunes se han utilizado leds de bajo consumo que, combinados con la arquitectura, generan espacios y situaciones muy especiales y cambiantes a lo largo del día. El sistema de climatización es centralizado con controles individualizados por planta y habitación.
Pincha sobre las imágenes para verlas a tamaño completo