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BAU presenta los temas principales para su edición 2017

Recurso-BauBAU 2017 arranca con cuatro temas principales, temas que son cruciales para el futuro de la construcción. Muchos expositores adaptarán sus presentaciones a estos temas y ofrecerán las soluciones correspondientes. En los foros de exposición, los arquitectos, ingenieros de obras y desarrolladores de proyectos discutirán estos temas principales bajo aspectos diferentes. Y en las exposiciones especiales de BAU, los temas se ilustrarán con ejemplos de productos y proyectos.

La fachada inteligente

A lo largo de los siglos, la fachada, la estructura, los materiales y sus principales propiedades de protección eran conceptos inseparables. La fachada era un reflejo de la estructura subyacente del edificio. Anticipaba el uso, decía mucho sobre los propietarios del edificio, su condición social, su patrimonio y, no menos importante, sus sensibilidades estéticas. Esta imagen monocroma de la fachada ha cambiado drásticamente. Hoy en día, las fachadas son innovadoras envolventes multifuncionales que deben y pueden cumplir los requerimientos más complejos. El progreso tecnológico en el sector de la construcción es uno de los aspectos esenciales en el camino a una envolvente del edificio inteligente, pero también cada vez más compleja. Esto también lo deben tener en cuenta los arquitectos, los planificadores y los fabricantes de productos para la construcción.

La protección contra la lluvia y la intemperie es una función básica que deberá seguir desempeñando también en el futuro la envolvente del edificio. Energéticamente optimizada —la fachada es la protagonista en este cometido— se complementa ahora con sistemas de control automatizados para incrementar la eficiencia y el bienestar. La sostenibilidad y la reciclabilidad son ineludibles, así como la climati-zación con elementos termoactivos y el uso de elementos fotovoltaicos. La envolvente del edificio del futuro se utilizará como fachada mediática que interac-tuará con los usuarios y el espacio urbano y que incluso servirá como modelo de arrendamiento.

Planificación, construcción y explotación digitales

La construcción y, en particular, la tecnología de la construcción, están cambiando actualmente a un ritmo vertiginoso. Mientras que durante siglos se construyó según las mismas reglas, las innovaciones tecnológicas de la última década están aportando una variedad inesperada de productos inteligentes para la construcción, por un lado, y una nueva forma de (re)producción arquitectónica por otro lado. Los procesos digitales de planificación y producción, adaptados de la automoción y la ingeniería mecánica, permiten fabricar en serie hasta muy pequeñas cantidades de una pieza.

Hoy en día son posibles los componentes a medida, con una calidad de precisión y fabricación que todavía se refleja actualmente en proyectos insignia. Pero en la arquitectura del futuro, la tecnología de la construcción digital, cuyas bases apenas empiezan a apreciarse hoy, será la que marque las pautas. La fabricación asistida por ordenador, desde el diseño hasta la logística en la obra y la explotación de los edificios o el reciclaje, esconde un enorme potencial económico para el sector de la construcción y represen-ta una gran seguridad para los planificadores, los propietarios del edificio, los usuarios, los operadores y los reusuarios.

En el entorno de estos cambios incipientes pero de gran alcance en la industria internacional de la construcción y la resultante cultura de construcción, forzosamente desconocida, es más importante que nunca controlar los procesos existentes y desarrollar nuevos. Pero, ¿quién define estos procesos de construcción? ¿Dónde se concentra estructuran e integran en la cadena de valor de la construcción esa inmensa cantidad de opciones tecnológicas para formar una calidad total? ¿Y cuáles son las ventajas, pero también los riesgos, de una cadena digitalizada de planificación, construcción y explotación? Estos son los temas candentes en la actualidad.

El edificio interconectado

La digitalización e interconexión de toda la tecnología en los edificios permite saltos cuánticos en el ahorro energético sin los que no se alcanzarían las ambiciosas metas políticas de reducción de CO2.

En el futuro, el control de los edificios podrá predecir el comportamiento de sus residentes. Con la interconexión de los perfiles de movilidad de los residentes con la demanda energética del edificio y las condiciones marco como el clima, la radiación solar o el consumo temporal de la electricidad, por ejemplo para los electrodomésticos, será posible alcanzar un potencial de optimización antes impensable en esta complejidad.

Al mismo tiempo, está creciendo una nueva generación para la que ya es absolutamente normal acceder a todos los servicios digitales. Esta nueva generación descubrirá otras prioridades como el confort y la seguridad. Un «edificio inteligente» ofrece mucho más de lo que era imaginable hace 25 años, al comienzo de la digitalización de la tecnología de los edificios. En el futuro se habrá regulado una temperatura agradable cuando el usuario regrese de sus vacaciones sin que haya tenido que preocuparse de hacerlo. Las puertas se abrirán automáticamente en cuanto se aproxime a la vivienda y se volverán a cerrar automáticamente cuando vuelva a salir de la misma o del edificio. La luz se habrá encendido antes de que un sensor de movimiento pudiera reaccionar, el buzón de correo enviará un SMS cuando haya recibido un mensaje y la lavadora aprovechará la mejor tarifa. Si es que es necesario pagar un recibo de la luz, porque el «edificio inteligente» del día de mañana será energéticamente autosuficiente. El edificio en sí se convertirá en la «Internet de las cosas», siempre conectado con los residentes y con el resto del mundo.

Construcción y vivienda 2020

Hoy se fijan ya las pautas de cómo serán nuestros pueblos y ciudades dentro de 25 años. Lo que se construye hoy en día, crea el espacio donde se vivirá y trabajará en las próximas décadas.

En el futuro, el lugar de trabajo y la vivienda estará mucho más interconectado y tendrá lugar con una mayor flexibilidad en diferentes lugares y con diferentes configuraciones. Hoy en día, los equipos temporales trabajan en «Co-working-spaces» en proyectos comunes de carácter transitorio. El futuro del trabajo ya no dependerá de dónde tiene la empresa su ubicación física, lo que traerá consigo un entendimiento diferente de la movilidad. Los futuros atributos de la calidad de la circulación de las personas dejarán de ser la rapidez y la distancia, sino la proximidad y la tranquilidad. Pero esto solo es posible si el lugar donde se vive pue-de convertirse también a veces en el lugar de trabajo.

En poco tiempo, la industria de la construcción será capaz de construir 400.000 viviendas y más al año. En pocos años este enorme volumen de construcción se convertirá en un elemento integrador de la ciudad productiva, que hará posible vivir y trabajar en el siglo XXI.

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