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AGi Architects da color a la arquitectura sanitaria de Kuwait

Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager. Foto Nelson Garrido
Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager. Foto Nelson Garrido

AGi Architects es un estudio internacional creado en el año 2006 de la mano de dos jóvenes arquitectos formados en la Universidad de Harvard, el español Joaquín Pérez- Goicoechea y el kuwaití Nasser B. Abulhasan. Esta fructífera conexión está dando sus frutos en Kuwait, donde varios centros sanitarios llevan la firma del estudio. AGi nos explica los detalles de su última obra, el Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager.

En la mayoría de los casos, los hospitales son percibidos como lugares con connotaciones negativas, y más si nos referimos a centros de rehabilitación y seguimiento donde los pacientes pasan mucho tiempo durante largos periodos. Así, el objetivo a la hora de diseñar el Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager era cambiar esta percepción y conseguir idear un espacio positivo que pudiese actuar como contenedor de actividad social, más que un centro puramente hospitalario.

El primer elemento a considerar fue el exterior del edificio (incluida su materialidad y volumetría) ya que genera la primera conexión entre el paciente, el hospital y su entorno. En vez de tratar la volumetría como una construcción hospitalaria (volúmenes contenedores meramente funcionales) AGi architects propone un tratamiento más cercano a dotaciones socio-culturales, generando un cuerpo rotundo de piedra marcado por dos grandes aperturas de color rojo en fachada, que invitan a acceder al interior de nuestro edificio /organismo, e insinúan lo que el usuario se va a encontrar una vez penetra en él. Esta piel de piedra es la que nos proporciona, además, la protección necesaria a las duras condiciones climatológicas kuwaitíes, garantizando unos niveles altos de sostenibilidad y bajos costes de mantenimiento.

El esquema anatómico del corazón y su funcionamiento en el conjunto del cuerpo humano fue el tema utilizado para el diseño del proyecto. El corazón es la cavidad central del sistema, un gran “atrio” que bombea la sangre nutriendo al resto de órganos y las células que los componen. De esta forma, nuestro corazón está presente en el diseño del gran atrio central de triple altura al que vuelcan los espacios de espera y circulación; un espacio de color rojo, ampliamente iluminado con luz natural a través de distintos patios, que posibilita una experiencia hospitalaria desahogada, en contraste con los espacios de escala más ajustada que usualmente constituyen los edificios de esta índole. La circulación de pacientes se produce hacia y desde este espacio (fuente de luz y vida), como circulan los glóbulos rojos en la sangre, y son recibidos en las consultas y diferentes departamentos para devolveros al sistema circulatorio una vez “reoxigenados”. La medicina cardiaca, sus fundamentos, e incluso la estética de sus herramientas de trabajo nos sirve para construir un discurso arquitectónico sobre el que proponer un edificio hospitalario diferente, con una clara vocación experiencial, que tiene en cuenta especialmente la situación específica del tipo de usuario: pacientes, y trabajadores, tratando de facilitar al máximo su paso por el centro.

Las consultas, agrupadas en tres niveles en el cuerpo sur del edificio, están planteadas como pequeñas células especializadas de gestión propia (gestionadas por un único doctor y su equipo), estando constituidas por dos áreas de exploración, una sala de consultas y un área de espera propia. Cada célula se organiza en torno a un pequeño patio que dota de iluminación y ventilación natural, a la vez que de máxima privacidad, a cada una de las zonas. Pacientes y trabajadores acceden por zonas diferentes para una mayor eficiencia en las circulaciones.

Los servicios especializados de rehabilitación (como la piscina, el gimnasio y la pista de marcha), de investigación y de gestión del centro, se encuentran estratégicamente situados en la zona norte del edificio, lo que nos permite abrirlos hacia el exterior y proporcionar a estos, vistas directas de la bahía de Kuwait así como unas condiciones de iluminación óptimas. Dentro de este grupo, los espacios principales de actividad física, se desarrollan en doble altura con el fin de exteriorizarlos en fachada y “oxigenar” al máximo la experiencia.

En el interior, la selección de materiales también está basada en criterios funcionales y relativos a las condiciones locales. Los suelos y zócalos en las zonas públicas son una extensión de la piedra exterior, confluyendo con paños metálicos de color rojo que conforman el atrio principal y los patios circundantes. En contraposición, las zonas de uso restringido al personal hospitalario, que tienen requerimientos de control bacteriológico y sanitario más altos, están acabadas en vinilo siguiendo un código de colores que ayuda a la distinción de los distintos departamentos y una mejor orientación dentro del edificio.
Podríamos decir que el hospital no sólo cura las enfermedades cardíacas sino que trata de recrear un entorno de confort y positivismo, lo cual consideramos clave en un edificio de estas características.

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