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Rehabilitación y eficiencia: una realidad viable y con un gran potencial

RehabilitaciónLa rehabilitación con el objetivo final de mejorar la eficiencia energética de nuestros edificios es una realidad con un gran potencial por explotar y viable económicamente. Es una de las conclusiones a las que llega la Oficina de Javier García Breva en el último de sus Cuadernos IPM. En él, analiza la estrategia a largo plazo para la rehabilitación presentada por el Ministerio de Fomento a la Comisión Europea, en cumplimiento de la Directiva de eficiencia energética, en la que establece tres tipos de actuaciones: sobre el uso y gestión del edificio, sobre la piel del edificio y para la mejora de las instalaciones térmicas. Los ahorros podrían alcanzar entre el 10% y el 30% en la primera de las actuaciones, mientras que las que intervienen sobre la envolvente del edificio podrían alcanzar el 50%.

Según explica en su informe García Breva, experto en energía y exdirector general del Idae, esta estrategia deja de tener en consideración varios factores, como “los sistemas de gestión inteligente por su elevado coste o los ahorros de emisiones de CO2 por falta de instrumentos para calcular su capitalización”. Hay varias cifras a tener en cuenta, que hablan de las necesidades y del potencial re rehabilitación del parque de inmuebles nacional. Los edificios son responsables del 30% del consumo de energía final y de un tercio de las emisiones de CO2. Por otro lado, el 56% de los edificios existentes se construyó sin ninguna exigencia de ahorro de energía y un 38% según la norma básica de 1979. Más de nueve millones de edificios precisan actuaciones para cumplir las nuevas exigencias de eficiencia energética derivadas de las directivas europeas y los compromisos de ahorro de energía y reducción de emisiones en el sector de la edificación para 2020 y 2030.

El 56% de los edificios existentes se construyó sin ninguna exigencia de ahorro de energía

En el último Congreso Mundial de Edificación Sostenible, celebrado en Barcelona y organizado por el Green Building Coincil España (GBCe), se concluyó que el mayor potencial de reducción del consumo de energía y de las demisiones se encuentra en las actuaciones sobre el aislamiento térmico de los edificios, especialmente en el caso de los inmuebles construidos antes de 1980: “al no incorporar aislamiento en su envolvente son grandes consumidores de energía y los porcentajes de reducción de la demanda energética y emisiones de CO2 pueden ser muy importantes, al reducir el uso de la calefacción en invierno, la refrigeración en verano los niveles de ruido y el riesgo de condensaciones y humedades”. Con estas actuaciones, las mediciones confirman reducciones de la demanda energética y emisiones de CO2 de entre el 53% y el 56%.

Gran potencial económico
El potencial económico de este ahorro sería muy sustancial. Así, WWF cuantifica una reducción del 30% del consumo de energía final en el parque de viviendas en un ahorro medio anual de 2.312 millones de euros. Por su parte, el Informe del Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación (GTR) 2014 detalla las ventajas de una trasposición “ambiciosa” de la Directiva de Eficiencia Energética. Esta generaría 150.000 puestos de trabajo, solo en la renovación energética de los hogares españoles, a lo que habría que sumar “otras decenas de miles” a través de la renovación de edificios no residenciales. Asimismo, los edificios se revalorizarían hasta un 15% a través de la rehabilitación energética.

Según WWF, una reducción del 30% del consumo de nergía supondría un ahorro medio anual 2.312 millones de euros

Otro punto destacado por el Informe GTR 2014 habla de una reducción de la dependencia energética, que actualmente es del 76%, con la consiguiente reducción del déficit comercial. Por otro lado, los edificios españoles son responsables de un tercio de la energía usada en el país, situación que podría revertirse, consiguiendo un ahorro del 70-80% en 10 millones de hogares para 2050. Sumados los tres tipos de actuaciones anteriormente mencionados, significarían un ahorro anual de 9.360 millones de euros en la factura energética. “La rehabilitación es el mejor instrumento para reducir los costes energéticos de hogares y empresas”, concluye el informe.

Comparación con Europa
La resolución del Parlamento Europeo sobre los objetivos de 2030 estimaba en cinco millones de empleos los que se podrían crear en el sector de las renovables y la eficiencia energética. El cuaderno IPM se hace eco del análisis de las estrategias de rehabilitación de edificios de diez países europeos llevado a cabo por el Buildings Performance Institute Europe, entre los que destacan los casos de Alemania, Dinamarca, Francia y Gran Bretaña. En el caso alemán, la planificación energética pasa por lograr un objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 40% para 2020 y del 80-95% para 2050; reducción del consumo de energía primeria en los edificios del 20% en 2020 y del 80% en 2050; y consumo final de renovables del 18% en 2020 y del 60& en 2050. Parte de esta estrategia pasa por incentivos fiscales a las inversiones y una dotación de 2.000 millones anuales a la corporación de crédito KfW para inversiones en eficiencia. El sector de la rehabilitación ha creado 278.000 empleos en el país germano en 2011.

En Dinamarca, la estrategia para 2030 pasa porque toda la electricidad y calefacción sea renovable en los edificios

Dinamarca propone desvincular el crecimiento económico del consumo de energía y emisiones de CO2, con un objetivo de reducción de emisiones del 40% para 2020, un 35% de consumo final de renovables, un 50% de electricidad con eólica, un 70% de consumo eléctrico y un 12% de ahorro de energía sobre el consumo de 2006. Para 2030, la estrategia pasa porque toda la electricidad y la calefacción sea 100% renovable en los edificios.En Francia el proyecto de transición energética se ha propuesto en términos de lucha contra el desempleo y la creación de un mercado de renovables y eficiencia energética. Los objetivos son reducir las emisiones de CO2 un 40% y un 30% el consumo de combustibles fósiles en 2030; rebajar la cuita nuclear al 50% en 2025 y elevar la cuota de renovables al 32% del consumo final, 40% de electricidad y 38% de consumo de calor en 2030. Asimismo, se propone reducir un 50% el consumo final de energía en 2050 a través de la rehabilitación anual de 500.000 viviendas con ventajas fiscales del 30% y acceso a financiación con interés cero.

El último de los casos destacados, el de Reino Unido, difiere en el objetivo prioritario, consistente en la descarbonización de su economía. El Reino Unido ha cuantificado los beneficios de la eficiencia energética en 3,20 euros por cada euro invertido por el gobierno y más de 8.600 millones anuales de ahorro de energía en el parque de viviendas. Pero los beneficios más importantes son la creación de 108.000 empleos netos anuales, la reducción de 23,6 millones de toneladas de CO2 y del 26% de las importaciones de gas en 2030. Para apoyar las inversiones se establecen subvenciones y préstamos a 10 años sin interés, según el riesgo de pobreza energética, para que en 2035 se eleve la calificación energética de todos los hogares a la letra C y para los de bajos ingresos en 2025.
A la vista de estas acciones, el cuaderno destaca la apuesta de la industria europea por las renovables y la eficiencia energética, incluso en casos donde se han producido cambios de gobierno y de partidos gobernantes pero no de estrategia energética.

“Hay mercado de eficiencia energética. Ahora es preciso crear demanda de proyectos de eficiencia energética y productos financieros específicos a través de la colaboración público-privada con las entidades financieras para la utilización de los fondos europeos”, concluye Javier García Breva.

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