El aeropuerto internacional de Gran Canaria es la puerta de entrada para los millones de turistas que cada año visitan la isla. Para hacer frente al incremento de la demanda, Aena ha realizado una inversión de 170 millones de euros en su ampliación. La obra, proyectada por Estudio Lamela y ejecutada por FCC, ha sido finalizada en 2014, dotando de una mayor infraestructura y de una nueva imagen a la terminal.
Fotos: FCC
Tras la ampliación sur finalizada en marzo del año 2013, ya se ha puesto en servicio la ampliación norte y oeste del Aeropuerto de Gran Canaria, cuyo objetivo es, ante todo, mejorar la calidad del servicio que se presta a los pasajeros y a las compañías aéreas. La intervención conlleva, además de nuevas zonas de embarque, las nuevas salas de facturación y recogidas de equipaje, dedicadas fundamentalmente al tráfico insular, la ampliación del nuevo gran filtro comunitario y la apertura de un gran Hall tras la ampliación oeste del edificio Terminal.
Estas obras de ampliación del Aeropuerto de Las Palmas cuentan con una inversión de más de 200 millones de euros, de los que 170 millones se destinan a la ampliación del Edificio Terminal y la plataforma.
La Terminal cuenta con una superficie total de unos 163.000 m2; dispone de 18 nuevos mostradores de facturación, que hacen un total de 114 unidades; 7 nuevas cintas de recogidas de equipaje; 6 nuevos controles de seguridad en salidas; 4 nuevos controles de pasaportes en salidas y 2 en llegadas; un total de 14 pasarelas de embarque; y una capacidad global de diseño de 7759 pasajeros/hora.
Con esta ampliación, el incremento de la capacidad del aeropuerto permite atender a más de 16 millones de pasajeros anuales, mejorando el confort y cuidando especialmente la accesibilidad de personas de movilidad reducida, ya que suprime todo tipo de barreras arquitectónicas.
La ampliación del aeropuerto ha sido llevada a cabo mediante la ampliación del edificio ya existente, tanto longitudinalmente, mediante una nueva estructura de hormigón, como en su sentido transversal, con la integración en su interior del vial actual y mediante la construcción de una nueva cubierta. Esta actuación ha obligado, por un lado, a rediseñar la circulación de los vehículos de la zona afectada, y por otro, a reforzar parte de los pilares existentes y a ejecutar una cubierta de grandes dimensiones llevada a cabo con madera laminada encolada.
Lee el reportaje completo con más información e imágenes en el número 103 de NAN Arquitectura y Construcción.